пять

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Aquella mañana soleada indicaba un buen día, el cielo azul brillaba, los pájaros cantaban y la gente se despertaba de buen humor.

Bueno, puede que no toda la gente.

Taehyung bufó, por la noche después de su turno aclaró todo con el señor Kim, aceptó y ahora tenía que desvelarse para agarrar un tren a las malditas 6:00 AM hacia Seúl.

Claro, sin olvidar a su compañero, que lucia mucho más molesto que él.

Ambos chicos se encontraban en la casa de Taehyung, pues este aún no tenía del todo lista su maleta; cosa que hizo enojar a Yoongi, quien ahora estaba con sus cachetitos rojizos de tanto que los ha estado jalando la abuelita de su tan estúpido compañero.

—Eres tan adorable. —mencionó por millonésima vez la anciana volviendo a abusar de sus mejillas.

—Gracias. —sonrió levemente, a pesar de no estar a gusto con la cercanía, siempre fue débil ante las personas mayores.

—Ya estoy listo, Yoongi Hyung. —informó el rubio entrando a la sala, en donde se encontró con la graciosa escena de su compañero siendo tratado como un bebé por parte de su abuela; así que no pudo evitar soltar una carcajada.

—¡No te rías, tonto! —gruñó Yoongi intentado amablemente de apartar a la linda anciana y que dejara de abusar de sus rojitos cachetes.

—Niños, dejen de andar ligando y ya váyanse, se les pasará el tren. —dijo comenzando a sacarlos de la casa a ambos. De pronto Taehyung recordó algo muy importante.

—¡¿Quién te cuidará mientras no esté?! —gritó alarmado Taehyung, la mujer lo miró con una ceja elevada.

—No soy tan vieja como para no poder hacer las cosas independientemente. —después de ese regaño suavizó su mirada y tomó de los hombros a su tan querido nieto. —No te preocupes, mi bebé oso. Jimin estará pasando a verme, y si me siento mal no dudaré en llamarte. —le sonrió cálidamente y después lo abrazó. —Puedes irte sin preocupaciones.

Taehyung simplemente asintió levemente, abrazo con fuerza a la mujer y dejó un beso en su cabeza, se apartó y le sonrió despidiéndose, caminó hacía el taxi en el que Yoongi se encontraba esperándolo.

En cuanto se subió al taxi este arrancó con destino a la estación de trenes. Yoongi notó la desanimada mueca en el rostro de su acompañante, se relamió los labios nervioso sin saber que hacer.

—Así que... Bebé oso, ¿eh? —mencionó con burla el empalagoso apodo del menor.

—Oh, Dios ¡Cállate! —cubrió sus grandes manos sus mejillas rojas debido a la vergüenza.

—No, es lindo, bebé oso. —se burló nuevamente ganándose un puñetazo en el hombro de forma juguetona. Y el resto del camino a la estación se basó de risas y un incómodo conductor.

((🎐)) 誤り

—¿Ya hablaste con él? —preguntó Sookhye mientras se miraba las uñas desinteresadamente.

—Sí, ya le expliqué todo ese rollo. —respondió Seokjin sin alejar su vista del papeleo. Sookhye levantó una de sus rectas cejas.

—¿En serio piensas heredarle la empresa? —atacó la castaña cruzándose de brazos. —Pensé que le darías la empresa a Jungkook, hasta tú mismo confirmaste que así sería.

—Sook, no quiero pelear, por favor. —suplicó mirando a los ojos a su esposa.

—Pero Jungkook-

—¿Que sucede contigo? —contraatacó comenzando a molestarse. —¿A caso no te alegra que nuestro primogénito esté interesado en la empresa?

—Sí, pero-

—Pero nada, Taehyung será el heredero de esta empresa, quieras o no. —soltó un suspiro intentando calmarse. —Si no hablarás de otra cosa, invito a que te retires, por favor.

La castaña bufo y salió de la oficina echando humos, cosa que a un confundido Jungkook le pareció extraño, ¿De qué habrá hablado con su padre para estar así de enojada?

Novios Falsos | ᵗᵃᵉᵍⁱ |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora