Capítulo 14

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Las palabras se le quedaron atoradas en la garganta y solamente miraba con los ojos abiertos a la pobre chica que tiritaba sobre la cama, sintió asco por la situación, pero sobre todo sintió sus mejillas arder del coraje que estaba pasando.

"¿Cómo es posible que todo eso este sucediendo bajo sus narices y no se hayan dado cuenta hasta esa noche?" se preguntaba Greco mientras seguía viendo a la chica, cualquiera que lo viera pensaría que era un completo degenerado por la intensa mirada, pero aunque sus ojos estuvieran posados en ella realmente no la veía, el hombre está perdido en sus pensamientos, sintiéndose inútil y estúpido, de nada les servía contratar a cada vez más agentes o realizar cientos de entrenamientos para preparar más a la policía, si cosas como esta pasaban sin que se dieran cuenta.

La chica soltó un pequeño quejido de sus labios cuando Greco dio un paso hacia ella, su intención claramente no era mala, tan solo quería ayudarla, decirle que era policía y que la sacaría de ese horrible lugar, pero por todas las cosas horribles que la joven había pasado que tan solo por su mera presencia ella ya estaba llorando.

-Tranquila no te haré daño – susurró Greco sin acercarse, pero tampoco alejándose, obviamente sus palabras no cumplieron su objetivo ¿Cuántas veces le habían dicho las mismas palabras y terminaban lastimándola?

Greco observó detenidamente la habitación en busca de alguna cámara que pudiera haber, se acercó a la mesa y comenzó a palpar con su mano por debajo de ella en busca de algún micrófono y repitió la acción buscando en el cuarto de baño, la chica lo miraba sorprendida sin saber que era lo que estaba pasando.

Cuando se aseguró que todo estaba limpio volvió a posicionarse a una distancia suficiente para que la chica no sé sintiera insegura con su presencia.

- ¿Cómo te llamas? – preguntó Greco mirando con pena a la chica, a pesar de lo joven que se veía, su rostro denotaba terror y cansancio, las líneas violáceas que se encontraban bajo sus ojos demostraba que no dormía mucho, sus ojos hinchados eran signo que se la pasaba llorando gran parte del día, su delgadez debido a la mala alimentación le provocó un horrible escalofrió, la chica aún con desconfianza se mantuvo en silencio y tan solo abrazó sus piernas – estoy aquí para ayudarte, soy policía – informó Greco y por primera vez la chica levantó su mirada para verlo ante su declaración, el de barba le sonrió amablemente para tratar de darle confianza.

- ¿es verdad? – preguntó la chica temerosamente no era la primera vez que se encontraba con un policía y la situación no había terminado bien, el hombre se había aprovechado de ella sin importarle su llanto o cuantas veces le pidió que se detuviera, pero el hombre que tenía enfrente le daba una vibra diferente, por alguna extraña razón en verdad sentía que no le haría daño, de cualquier forma ningún hombre se había detenido a hablar con ella, tan solo llegaban a lo que iban, directos y sin perder tiempo.

- sí, soy inspector de la policía – empezó a relatar Greco, pero guardo silencio cuando la chica negó lentamente con su cabeza.

- ¿es verdad que me vas a ayudar? – preguntó la joven con un hilo de voz, no quería ilusionarse, pero nadie le había dicho que la ayudaría y la llegada de ese desconocido tan solo hacía que las pocas esperanzas que le quedaban salieran a flote.

- por supuesto – comentó Greco viendo como la chica dejaba de abrazarse a sí misma y se sentaba en el filo de la cama con los pies colgando hacia el suelo, mirando al hombre con ilusión – estoy aquí para ayudarlos a todos ustedes – confesó sonriéndole a la chica.

Una extraña alarma comenzó a sonar dentro de la habitación mostrando que el tiempo se había terminado y necesitaban salir de la habitación, al escucharla la chica rápidamente corrió hacia el desconocido arrodillándose frente a él y abrazando sus piernas – por favor sácame de aquí – rogó la chica llorando.

SERENDIPIA || VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora