Capítulo 35

1.3K 150 142
                                    

Una semana completa había pasado desde la incómoda charla que había tenido con Conway, donde después de amenazarlo de muerte de más de 10 formas distintas, acepto que saliera con su pequeño hijo, pero cada vez que veía la radiante sonrisa del menor y la hermosa forma en que sus ojos lo miraban, los nervios lo atacaban de tal forma que lograban hacerlo entrar en pánico, a tal punto que le había sido imposible hablar.

- Joder Volkov ya pídele la maldita cita – pidió Greco sentado en el sofá del apartamento de Volkov, mientras terminaba el contenido de Vodka que seguía en su vaso.

- Que no puedo tío – comentaba Volkov levantándose y comenzando a caminar a lo largo de toda la sala – que cada vez que lo intento se me atoran las palabras aquí – le comentaba mientras se señalaba la parte de su garganta.

- Necesitas un pequeño empujón – comentó Greco sonriendo ante la idea que acababa de ocurrírsele – vamos – pidió emocionado levantándose y dándole un pequeño empujoncito al hombre en su espalda.

- ¿Cómo? – preguntó Volkov abriendo de par en par sus ojos al darse cuenta de las intenciones de su amigo – no, no – contestó rápidamente el ruso tratando de regresar al asiento donde minutos antes estaba sentado.

-No seas llorón anda – comentó Greco con una sonrisa – que si no, no lo vas a hacer nunca – mencionó abriendo la puerta del departamento con Volkov enfrente de él siendo empujando suavemente con sus manos.

**

-¿te gusta Volkov? – preguntó Gustabo mirando como su hermano escupía el sorbo de agua ante la directa pregunta, haciendo que Tonet soltará una gran carcajada ante el suceso y que el menor se sonrojara de la vergüenza.

- iré por unas servilletas – comentó Horacio poniéndose de pie para enseguida caminar a paso rápido a la cocina en busca del papel.

- No intentes cambiar de tema – gritó el rubio con la intención de que el menor logrará escucharlo – siempre están ustedes dos muy cariñositos – se burló el mayor manteniendo una traviesa sonrisa en su rostro cuando su hermano se acercó con las toallitas en la mano.

- No sé de qué hablas – contestó nervioso el menor tratando de limpiar el desastre que había hecho pero fallando al terminar de tirar el agua que quedaba en el vaso.

- Uy ¿entonces por qué te pones tan nervioso? – cuestionó el rubio observando como el Horacio se alejaba para tirar las servilletas mojadas depositando el vaso en el fregadero, regresando enseguida a su lugar en la sala.

- Te gusta, son novios, le comes la boca – comenzó a cantar Tonet alegremente haciendo que Gustabo soltará la carcajada y le siguiera con la canción mientras que Horacio tan solo se ponía rojo como tomate ante las burlas de sus hermanos.

- Cállense – pidió lanzándoles una almohada logrando que dejaran de cantar pero seguían con las risas – sí, si me gusta pero Cállense ya – suplicó el chico tapándose el rostro con sus manos tratando de tranquilizarse.

- ¿Ya se lo dijiste? – preguntó el rubio cuando logró controlar su risa, se le hacia demasiado tierno que su hermano se sonrojara de tal forma con tan solo la pregunta.

- No, no, como crees – respondió rápidamente el joven mirando sus manos que permanecían sobre su regazo – él ni siquiera siente lo mismo por mi – comentó con un semblante triste en su rostro.

- ¿Estas bromeando, no? – preguntó Gustabo sin creerse que su hermano estuviera tan ciego como para no darse cuenta de la forma en que el armario de 2 metros lo miraba – ¿es enserio? – volvió a preguntar al darse cuenta de que el chico en verdad creía lo que había dicho – Joder Horacio estas cieguísimo – comentó llevándose la mano a su cien – ¿acaso no te das cuenta la forma en que te mira? – preguntó seriamente observando a Horacio que fruncía el ceño ante la pregunta, mientras que Tonet escuchaba atento la conversación a la vez que comía las botanas que habían preparado para ese día.

SERENDIPIA || VOLKACIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora