Capítulo 1

929 154 205
                                    

(Missing you ~ John Waite)

5 años después

Me despierto con el corazón acelerado. Suspiro un poco, recargándome sobre la cabecera. Froto mis ojos. Segundos después centro mi vista en algún punto de la habitación.

Tomo el celular que esta sobre el pequeño mueble de al lado.

Mierda, digo en voz baja.

Solo tengo 15 minutos para arreglarme.

Maldita alarma.

Maldito sueño.

Me levanto de golpe y voy directo a ducharme, lo más rápido que puedo. Después me apresuro a sacar del armario unos jeans, una blusa cualquiera y los botines de siempre.

No me preocupo en maquillarme y salgo de la habitación.

Comienzo a bajar las escaleras, mi nariz se inunda de un olor que reconozco al instante, hot cakes, entro a la cocina y veo a mamá quien se encuentra de espaldas tarareando una canción.

No me extraña porque lo hace cada día.

Sonrió y niego con la cabeza.

Me siento en una de las sillas de la encimera sin hacer un solo ruido y lo logro, aún no se ha dado cuenta de que estoy ahí.

Termina de hacer lo que sea que está haciendo, no me doy cuenta, ya que obstruye mi vista hacia la estufa. Gira suavemente y casi tira la sartén cuando se da cuenta de mi presencia, pero logra salvarlo llevando la mano que tiene libre a su pecho.

—Hija, me asustaste— sonrió, inocente.

Una sonrisa divertida se le escapa

—¿Cuánto tiempo llevas ahí? —pregunta mientras vierte huevos estrellados y tocino en un plato.

—Solo unos segundos —le respondo con la misma expresión.

Se limita a decir algo, ya que papá entra a la cocina saludándola.

—Buenos días, cariño— dice mientras le plantea un beso en los labios.

Toso para que me noten.

Pero no lo consigo.

—Hola, estoy aquí —hago un ademán con las manos —. No hagan eso enfrente de mí— hago una mueca de desagrado.

Los dos se ríen de mí.

—Lo siento hija, no sabía que estabas ahí —dice separándose de mamá, luego de decir eso va hacia la cafetera.

—Suele suceder— murmuro.

—¿No deberías de estar en la escuela? —pregunta sentándose a mi lado.

—Eh... si sobre eso...—rasco mi cabeza nerviosa—. ¿Podrías llevarme? —le dedico mi mejor sonrisa.

—No lo sé hija, tengo una junta importante y...

—Por favooooor —hago un puchero.

—Está bien —suspira y niega con la cabeza.

—¡Genial! —exclamo levantándome de la silla —. Iré por mis cosas.

Mamá voltea a verme con una ceja encarnada, mientras toma de su café.

Por su cara solo significa una cosa.

Subo a mi habitación por mis cosas y cuando bajo nuevamente escucho el carro de papá arrancar.

¿Acaba de dejarme? ¿En serio?

CARTAS, PROMESAS Y RECUERDOS (En edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora