Capítulo 24

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(Kodaline ~ Wherever You Are)

Alex

Y pensar que es hoy.

Hoy es el día que ya no te tengo. El día que te perdí y sé que ya no podre recuperarte.

Salí a correr esa mañana. Quería que Naty me acompañara, pero era muy temprano y seguida dormida, no quería despertarla.

La admiré un poco antes de irme y pensé en la suerte que tenía de tenerla en mi vida de nuevo.

Plantee un beso en su frente y murmuró algo entre sueños.

Sonreí, era perfecta.

Luego de una hora, volví a casa.

Cuando entre por la cocina. Matt y Adrian, se encontraban en ella. El primero comía como si no hubiera mañana y el segundo, lo veía con el ceño fruncido.

—Hola, chicos —saludé, quitándome los auriculares.

—Hola—contestó, Matt con la boca llena.

Adrian solo hizo un asentamiento de cabeza.

—¿Y las chicas?

—Lucy y Rose, salieron a comprar un café y Nat, esta con tu padre, April y con Vanesa.

—¿Qué hace con ellos —pregunté, confundido.

Ambos se encogieron de hombros.

—Matt, sabes que no se acabara la comida ¿verdad?

—Al paso que va, yo creo que sí—murmura, Beth, la cocinera.

Sonreí, negando con la cabeza.

—¿Y qué pasó anoche?—pregunta, Adrian a Matt con una sonrisa pícara.

—¿Qué pasó de qué?

—Creí que estabas remodelando la habitación— responde Adrian tratando de no sonreír.

—¿Por qué lo dices?

—Se escuchaban golpes del otro lado—le respondo esta vez, intentando no sonreír.

—Oh, eso—comenta, Matt nervioso.

—Si serás, Walker —le digo, riendo un poco.

—Mi cerecita y yo estábamos...

—¿Redecorando?

—Exacto —responde, seguro.

Comencé a reír, pero no fue por mucho tiempo.

Miré a Adrian inspeccionadolo.

—Luces diferente —lo señalé.

Matt dejó de comer y lo miro enseguida.

—Y hueles diferente —Matt se acerca a él olfateándolo.

—Están, locos -frunce el ceño.

—¡Alguien tuvo una buena noche! —canturreamos los dos.

—¿Qué? ¡Claro que no! —chilla, molesto.

—Oh, yo creo que sí, tienes esa mirada —le sonríe Matt.

—¿Cuál mirada? —lo mira como si se hubiera vuelto loco.

—Cuando tienes una buena dosis de...

—Callense ¿quieren? Alguien puede escucharlos —dice volteando hacía los lados.

—¿Entonces es verdad? —le pregunto sorprendido.

CARTAS, PROMESAS Y RECUERDOS (En edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora