(Niall Horan, Maren Morris ~ Seeing blind)
Liam
—¿A qué debo el honor de tu visita?
—¿Qué no puedo pasar a saludar a mi cuñado? —dice lo último con sarcasmo.
Le pongo mala cara y sonríe aún más.
—Quita esa carita.
—No deberías de haber venido —le digo de mala gana.
—¿Por qué? —me mira con una sonrisa petulante—. Vendrá la castaña ¿no?
—Su nombre es Nat.
—Lo sé —sonríe, pero la sonrisa no llega a sus ojos.
—Así que te pido que te vayas.
—Tampoco es muy agradable verte.
—Vaya, al final hemos coincidido en algo —me inclino hacía adelante.
—Ya me iré, solo vine a recordarte nuestro trato y...
—Sé lo que tengo que hacer, no me lo tienes que estar recordando cada minuto.
—No trates de hacerte el listo conmigo.
—No estoy tratando de hacer nada —le digo irritado.
—Bien—dice rodeando el escritorio, hasta llegar hasta a mí—. Tengo que encontrar el momento preciso para actuar.
—¿Y cuando crees que sea? —pregunto sin mucho interés.
—Ya lo sabrás, en su momento—murmura.
La miro suspirando.
Me levanto de la silla y camino hasta la ventana. Por unos segundos miro la ciudad como si fuera la respuesta a mis problemas.
—Ya no estoy seguro de querer hacer esto —murmuro sin girarme.
—No seas tontito.
—No creo que sea lo correcto —admito.
Escucho el ruido de sus tacones aproximarse.
—Cariño—dice tomando mi rostro obligándome a mirarla—. No estamos para sentimentalismos.
—No son sentimentalismos — le digo retirando su mano de mi rostro.
Suspira y se cruza de brazos.
—Dime algo ¿No te molesta verla con él?
—No —miento.
—Ambos sabemos que te molesta—dice acercando su rostro al mío—. Se te nota—susurra.
Retrocedo dos pasos. El simple hecho de tenerla tan cerca... me incomoda.
—¿No te da miedo ser descubierta?
—No—dice sonriendo—. Hago las cosas sin dejar una huella.
—No deberías de sentirte tan segura. Recuerda que cada acto tiene sus consecuencias.
—No vine hasta aquí para que me sermonearas —me mira molesta.
—Eres una mujer capaz de hacer lo que sea con tal de tener lo que quiere.
—En eso no te equivocas —me mira con una sonrisa perversa.
—¿Y qué es lo que más quieres?
—Ah, Alex—sonrió ampliamente—. Así que no es momento de retractarte—dice caminando hasta la puerta.
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CARTAS, PROMESAS Y RECUERDOS (En edicion)
RomanceNatalie y Alex crecieron prácticamente juntos, sus padres eran amigos desde pequeños y al parecer siguieron los mismos pasos. Hasta convertirse en mejores amigos, pero el destino tenía otros planes para ellos. Alex se marchó dejando consigo a su me...