Harry y Hermione - ONE SHOTS

The right direction

Todo comenzó una noche después de que comenzara el segundo período en su sexto año.

La reunión de Harry con Dumbledore en su oficina duró mucho más de lo que ellos dos habían planeado. Había sido culpa suya. Poco después de que Dumbledore le encargara recuperar el verdadero recuerdo del profesor Slughorn del momento en que le contó a Tom Riddle sobre los Horrocruxes, Harry alargó aún más la discusión haciendo una serie de preguntas, muchas de ellas ni siquiera relacionadas con el tema de su reunión. Para cuando terminó la conversación, ya había pasado el toque de queda. Afortunadamente, Dumbledore le dio una nota en caso de que los prefectos o Filch lo atraparan en los pasillos.

Para cuando llegó a la torre de Gryffindor, la sala común estaba prácticamente vacía y el fuego comenzaba a apagarse. Lo describió como en gran parte vacío porque todavía había una persona en la sala común. Hermione estaba durmiendo pacíficamente en el sofá frente a la chimenea. Su libro se había caído al suelo y estaba cerrado. Ella todavía estaba usando su uniforme escolar, lo que hizo que Harry asumiera que había estado esperando pacientemente a que regresara. Harry se sintió culpable por haberla hecho esperar.

Caminó silenciosamente hacia ella, queriendo despertarla para que pudiera descansar adecuadamente en su cama. Antes de que pudiera, un pensamiento le impidió hacerlo.

Hermione es hermosa.

La luz del fuego brilló en la tez blanca de Hermione, dándole un hermoso y ligero brillo. Su cabello había sido peinado a un lado de una manera que enmarcaba su rostro, enfatizando sus rasgos que a menudo ocultaba debido a su tupido cabello. Su forma dormida se veía tan pacífica y contenta, muy lejos de su habitual expresión remilgada o determinada.

Fueron estos factores combinados los que iluminaron la idea en su mente de que su mejor amiga era una joven muy atractiva. En lugar de asustarlo, le trajo una sonrisa afectuosa. Le hizo recordar el baile de Navidad y lo hermosa que se veía Hermione cuando bajó las escaleras. En ese entonces, apenas podía creer a sus ojos que esa era Hermione. Por supuesto, el resto de la noche empeoró después de ese punto. Las hermanas Patil nunca lo perdonaron por ser una mala cita. Si pudiera, se lo habría pedido a Hermione. Habría hecho más agradable el baile.

Sin embargo, estos pensamientos sentimentales pronto empeoraron cuando Harry comenzó a pensar en el año que él y sus amigos estaban pasando hasta ahora. Estos pensamientos giraban en torno a la creciente distancia que estaba ocurriendo entre él y Hermione. ¿Dónde estaba la chica que siempre había estado a su lado y le creía cuando nadie más lo haría? Últimamente habían estado peleando con tanta frecuencia y era difícil entender cómo había llegado a eso. Habían estado tan cerca antes. ¿Qué cambió?

Era fácil culpar a Hermione de todo. Ella era la que se estaba convirtiendo en una persona que no conocía. Aunque no le agradaba Cormac McLaggen, todavía le sorprendía que Hermione lo hubiera engañado saboteándolo. Aún así, no fue solo culpa suya. También había contribuido a tensar la amistad entre ellos. ¿Cuándo fue la última vez que se sentaron y hablaron? Antes, siempre hablaban de una variedad de temas. Fue a través de estas conversaciones aparentemente insignificantes que se enteró de que los padres de Hermione eran dentistas y que cuando era niña fue intimidada por sus compañeros.

Hermione no tenía idea de cuánto la apreciaba y todo lo que había hecho por él. Entonces lo golpeó.

¿Es por eso que estoy perdiendo a mi mejor amiga? ¿Nunca te he mostrado cuánto me preocupo por ti, Hermione?

Harry suspiró y supo que probablemente ese era el caso. No era ningún secreto entre sus amigos que era muy reservado con respecto a dónde se encuentran sus verdaderos pensamientos y sentimientos. Había sido un hábito suyo desde que era un niño el mostrarse reservado al mostrar lo que sentía. Los Dursley lo habían tratado horriblemente y si alguna vez mostraba su dolor, se burlarían de él por ello. Reconoció que le resultaba difícil lidiar emocionalmente con él. Su quinto año fue prueba de ese punto.