Bajo la Misma Luna II

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De pronto escuche el timbre, y mi corazón otra vez empezó a latir como si se fuera a salir de mi pecho.

- Harry....

Guardé la caja lo más rápido que pude y fuí practicamente corriendo hacia la puerta, mientras me arreglaba y acomodaba un poco la ropa.
    Antes de abrir volví a sentir ese leve calorcito en el estomago, como paso con la biblioteca, era un sentimiento "extraño", pero a la vez... "bonito".

- Hola Herms..!

- Harry! ¡Hola! Que tal estas?- decia mientras observaba la mochila que traia puesta, las botanas y un taper con comida que traia junto a él en su brazo izquierdo, mientras que en el otro traía una caja que al parecer era un juego de mesa.- ven, te ayudo.

  Al agarrar las cosas que traía el azabache, inconcientemente sus manos se rozaron entre sí. La castaña que estaba hecha un manojo de nervios desde la tarde, se apresuró en dejar lo más rápido posible las cosas sobre la mesada de la cocina, o mejir dicho, se apresuró lo más que pudo para alejarse de su mejor amigo. Ni en sus más remotos pensamientos pensó sentirse tan nerviosa con tan solo la presencia de su mejor amigo, es más, años anteriores sus silencios eran realmente cómodos cuando estaban solos, nada parecido a lo que pasaba ahora, pero entonces ¿Cuál era la diferencia ahora?
    Claro estaba que Harry ya no era el niño flacucho con anteojos rojos y una cicatriz en su frente, los años habían hecho efecto en su mejor amigo, ahora era más alto, con un cuerpo bien trabajado gracias al quidditch, sus rasgos de su cara finos y detallados, sus ojos verdes esmeraldas que enamoraban a cualquier mujer que los viera. Lo único que no cambiaba en él era su pelo azabache, despeinado como  siempre, que por más que lo peinase, no tendría forma de controlarlo.
    El ojiverde no era más un niño, y Hermione ya lo había notado.
 
       Harry, obviamente notó el comportamiento extraño en su mejor amiga, pero decidió no preguntarle, ya que si se sinceraba, el estaba igual o peor que ella en ese sentido. Se propuso asi mismo que esta noche trataría de "volver a la normalidad todo" con Hermione, pero por lo visto, no había comenzado muy bien.

- ¿Necesitas que te ayude?

- Mmm.... puedes ir preparando la pelicula, mientras yo enseguida llevo la comida.

   Como lo había ordenado la castaña, Harry fue a preparar la pelicula en la sala de estar.
    Corrió el sofá un poco más en frente de la tele y sobre este colocó unas almohadas que había traído de su apartamento. Luego, encendió la tele, conectó el dvd y dejó la pelicula lista para la pijamada. Una vez terminó de preparar la sala, fue a bucar su mochila para ponerse el pijama y estar más cómodo en la noche.

      Por otro lado, Hermione se encontraba en la cocina sirviendo la comida que comerían en la noche. Agarraba las bolsas de botanas y las servia en los platos mientras tarareaba una canción. Luego tomó la bolsa de palomitas, la metió en el microondas, y se apoyó en la mesada mientras esperaba unos minutos a que sonara el aparato.
    Tan sumida estaba tarareando la canción, que no se dió cuenta de que ya no se encontraba sola en la cocina.

- Hermione..Herms...Ricitos Castaños....Hermione llamando a Tierra...

El azabache que estaba parado detrás de ella, empezó a preocuparse por la falta de respuesta de su mejor amiga, pero luego la escuchó cantar, asi que decidió jugarle una broma.
    Se acercó sigilosamente hasta ella, y justo cuando estaba a menos de un metro de ella, se acercó hasta su oreja:

- Hermione.....

- ¡Harry! ¡Casi me das un infarto! - dijo sobresaltadamente la castaña al mismo tiempo que giraba para verlo.
     Lo que Hermione no se percató, es que al girarse para verlo, quedaría irremediablemente a tan solo unos centímetros del rostro se su mejor amigo. Tan cerca, que podía sentir su respiración rosar sus labios.
  Harry por otro lado, disfrutaba ver cómo la castaña se sonrojaba al estar tan cerca de ella, por lo que se le ocurrió una idea.

Harry y Hermione - ONE SHOTSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora