Capítulo VIII. Pasado

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Capitulo VIII. Pasado
Narra Yokozawa
Todo lo que ha pasado hasta el momento no me agrada para nada. ¿Por qué demonios ese idiota de Zen llevó a mi hijo con ese otro idiota de Takano? ¿será que ya sabe todo? ¡maldición!
—espera un momento. Acabas de decir que tú no le habías arrebatado el niño a Takano, pero yo nunca te dije que haya sido así. Tú solito te acabas de delatar—maldición, es verdad. No puede ser. ¿Qué es lo que voy a hacer ahora? Acabo de echarme la soga al cuello yo mismo.
Zen me miraba de manera acusadora. Traté de no hacer contacto visual con él, pero era muy complicado. Comenzó a acercarse a mí y se colocó muy cerca. Me está poniendo nervioso.
—¿Por qué? ¿Por qué arrebatarle un hijo a su madre? ¿es que acaso no tienes corazón?
—tú no sabes nada. ¿piensas que Takano está diciendo la verdad? Entiéndelo. Masamune es el que miente. Quiere quitarme a mi hijo de los brazos—llore. Espero que eso logre convencerlo.
—no creo lo que estás diciendo. Masamune me contó que…
—¡me vale lo que Takano te haya dicho! ¿sabes qué? Vete de mi casa. Ya no necesitaré más de tus servicios.
—¡no! —escuché la voz de mi pequeño. Estaba escuchando todo. Se acercó rápidamente y abrazó a Zen—. Por favor, mamá, no lo despidas. Fue mi culpa. Yo le pedí que me llevara a ver a mi papá. No dejes que se vaya—me miró con súplica.
—así que además le metes ideas a mi hijo y lo obligas a mentir. No puedo seguir con esto. Por favor, te pido que te retires. Mañana podrás venir por tu último sueldo. Ahora, sal de mi casa—mi niño se soltó a llorar y le pedía que no se fuera.
—mamá, por favor…
—hijo, entiende. Zen hizo algo que le dije que no hiciera…
—¿Por qué no le dices la verdad? —habló ese idiota.
—¿Qué verdad? —mi niño lo miró por un momento y después me miró a mí. Maldita sea.
—¿sabes algo? Hay algo que he querido decirte desde hace mucho tiempo—mi niño me miraba, esperando una respuesta—. Takano, junto a este sujeto te han estado engañando—sonreí en mi interior al ver la cara de ese sujeto.
—¿cómo? ¿Por qué dices eso, mamá? ¿Qué hizo mi papá?
—él busca la manera de separarnos. Hace poco ellos dos idearon un plan para raptarte y llevarte muy lejos de aquí—mi pequeño me miró asustado.
—¿eso es cierto? Entonces me mentiste. También mi papá me mintió. Él me dijo que no haría nada para hacerme daño. ¡Me mintieron!—exclamó el pequeño.
—eso no es cierto, Svan. Él te está engañando—trató Zen de acercarse al pequeño, sin embargo, este se escondió detrás del peli azul.
—no confío en ti. Dile que se vaya, mami—expresó asustado.
—ya oíste a mi hijo. Será mejor que te largues. Y por cierto, con respecto a tu pago…
—quédate con tu asqueroso dinero. No necesito nada que provenga de ti. Te aseguro que esto no se va a quedar así. Voy a descubrir toda la verdad y haré que este niño se mantenga lo más alejado posible de un monstruo como tú—advirtió el castaño. El peli azul sólo sonrío con triunfo. Subió hacia su cuarto y sacó sus pertenencias. Cuando estuvo listo, bajó y encaró por última vez al peli azul.
—Zen, ¿vas a irte en serio?—preguntó el pequeño.
—¿acaso no fuiste tú quien me pidió que me fuera? Sí, me iré. ¿Algo más?—el niño negó con la cabeza.
—bien, me voy. Pero te aseguro que esto no se va a quedar así—volvió a advertirle.
—por favor, ya lárgate. Estás asustando a mi hijo.
Dicho esto, salió de la casa y caminó hacia el parque que estaba enfrente. Se sentó en una banca y sacó su celular. Iba a llamar a Masamune.
—¿diga?—habló una voz del otro lado de la línea.
—¿Masamune?
—s-sí. Soy yo… mmgh—¿qué rayos  había sido ese sonido? ¿Acaso había llamado en un mal momento?
—este… puedo hablar en otro momento—respondió con nerviosismo.
—n-no… espera… aaaah… ¿q-quién habla?—logró formular la pregunta.
—eh, bueno, soy Kirishima—respondió rascándose la cabeza.
—K-Kirishima… ¿q-qué aaaah pasa?
—me parece que estoy interrumpiendo. Mejor hablo más tarde—colgó rápidamente y después de eso respiró hondo.
—rayos. Eso sí fue bastante incómodo—suspiró.
Pasaron cerca de veinte minutos hasta que recibió una llamada.
—¿sí—preguntó Zen.
—Zen, discúlpame. Hace un rato mi novio estaba de encimoso y no me dejaba contestar. ¿Qué pasó con mi niño?
—lo siento. Yokozawa le mintió diciendo que era un plan nuestro para secuestrar al niño. De hecho, me despidió.
—lo siento. No quería que mis problemas perjudicaran tu trabajo. ¿Puedo hacer algo para ayudarte?
—bueno, sí. Verás, hace poco perdí mi casa por culpa de un incendio. Por eso tomé el trabajo como niñero. Lo que pasa es que no tengo a dónde ir.
—¿quieres que te deje quedar en mi casa?
—¿podría?
—por mí está bien. Si con esto puedo remediar un poco el daño que te cause, está bien. Dime dónde estás. Iré a recogerte.
Después de decirle el lugar donde estaba, Zen colgó y esperó pacientemente a que el azabache llegara. Masamune llegó solo y se acercó al castaño. Los dos volvieron a sentarse en la banca.
—lamento mucho lo que sucedió. Fue mi culpa que te despidieran—se lamentó el azabache.
—no te preocupes. Era que tenía que pasar. Pero, bueno, ahora debemos buscar la manera de que Svan sepa la verdad. Pero antes, quiero que tú me digas toda la verdad. Quiero que me asegures que estás diciendo la verdad y que no lo haces para perjudicar a nadie.
—te lo prometo. Es algo que lleva atormentándome desde que mi niño nació. Jamás he podido tenerlo entre mis brazos. Ni siquiera he podido decirle que soy su mamá y no su papá. No he podido decirle que fui yo quien lo dio a luz, quien lo cargó nueve meses en su vientre. Tengo tantas ganas de decirle la clase de monstruo que tiene como padre.
Todo comenzó hace cuatro años. En realidad él es mayor que yo. Yo tengo 21 y él tiene 23. Hace cuatro años los dos salíamos juntos. Éramos felices y nos queríamos mucho. Yo estaba feliz porque él siempre se había mostrado como alguien cariñoso, comprensivo. Confié en él desde el primer momento. Siempre me decía que me amaba y que quería formar una familia conmigo. En ese momento yo no tenía idea de que podía quedar embarazado. Entonces lo hicimos. Fue algo hermoso, porque me trató con tanto cariño. Fue ahí donde entendí que quería pasar el resto de mi vida a su lado. Poco después comencé a tener síntomas de embarazo. No lo supe hasta que él me llevó con un médico y me dijo que el bebé estaba bien y que se estaba desarrollando correctamente a pesar de mi corta edad. Más tarde, cuando se los dije a mis padres, ellos me trataron de la peor manera. Me decían que los había decepcionado y que no querían volver a saber de mí. Me echaron de mi casa. No sabía a dónde ir y entonces decidí pedirle ayuda a él. Cuando fui a su casa, él también me trató horrible. Me dijo que era un cualquiera. Yo no sabía por qué me lo decía y entonces me mostró una imagen donde estaba hablando con otro tipo. Sólo estaba hablando, ni siquiera hicimos otra cosa. Me dijo que me fuera y que no volviera nunca. Pasé algunos meses en la calle, sin tener algo más con que cubrirme del frío. Sabía que tenía que estar bien para mi bebé. En ese momento él me buscó y me dijo que tenía una solución para mi problema. Me dijo que tenía que abortar. Era algo que no me pasaba por la mente. En ningún pensé en deshacerme de mi pequeño. Le dije que no y fue ahí donde no volvió a buscarme. Recordé que tenía un tío que vivía cerca de ahí. Fui a buscarlo y me ayudó. Me dejó quedarme en su casa y me cuidó durante los últimos meses de mi embarazo. Era una persona tan buena. Lo malo es que ya era una persona mayor. Murió en paz y sabiendo que me había ayudado. Pero mi pesadilla no acabó ahí. Después de registrar a mi niño con mi apellido, vino él y me lo arrebató. Tenía meses de nacido. No pude hacer nada, porque me amenazó con desaparecer si trataba de acercarme a Svan. Llevo tantos años tratando de recuperarlo, pero siempre busca la manera de salirse con la suya. He tenido que ver a mi niño sólo de lejos. Ansío tanto tenerlo entre mis brazos, decirle que soy su mamá… yo sólo quiero a mi hijo. No le estoy pidiendo nada más. Sólo quiero que me lo devuelva—se soltó a llorar en ese momento y sus sollozos se dejaron escuchar.
—quiero a mi hijo de vuelta conmigo…

DesgraciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora