Capítulo XV. Un oscuro secreto

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Capítulo XV. Un secreto oscuro

Pasaron los minutos y con ello, nuevamente vino la angustia. Zen estaba sentado en la cama, ayudaba al pequeño a dormir. Hace poco que a este le había dado un ataque de pánico y había llorado durante varios minutos. Hace algunos minutos que por fin se había quedado dormido, pero le había mucho trabajo. ¿Por qué tenía que pasar por algo así a tan corta edad? Le parecía injusto que viviera una experiencia tan dura con tan solo cuatro años de edad. Salió de la habitación, pero antes de irse dejo encendida la lámpara de noche. Se sentó en el sillón de la sala y suspiró. Sentía que se estaba desmoronando, pero no podía fallarle al pequeño. Él necesitaba de su ayuda y por supuesto que lo haría. De pronto, escuchó el sonido de la puerta siendo tocada. Se asustó mucho al creer que era la policía o Yokozawa. Se acercó a la puerta y miró por el pequeño lente que había en la puerta. Se sorprendió mucho al ver del otro lado de la puerta a dos personas. Abrió enseguida. Se llevó una gran sorpresa.

—¿Masamune? —frente a él estaba aquella persona que todos creían muerto. ¿Cómo rayos es que estaba vivo? El azabache se acercó a él y le dio un abrazo. El peli plata estaba serio, bastante serio—. ¿Cómo es que estás vivo?

—es una larga historia. Por cierto, ¿Cómo está Svan? Debe ser algo difícil para él.

—está en la habitación. Se la pasó llorando durante algunos minutos. Estaba asustado. Ahora ya está dormido—el azabache no perdió más tiempo y casi enseguida fue a la habitación. Su pequeño estaba dormido en la cama. Sus ojitos se veían hinchados y murmuraba cosas.

—mami, mami—murmuraba. Al menor se le partió el corazón, así que rápidamente se acercó a él y lo estrechó entre sus brazos. El niño despertó y miro frente a él la silueta del azabache. Se emocionó mucho y también lo abrazó—. ¡mamá!

—sí, aquí estoy, mi niño. Te prometo que jamás nos van a volver a separar. No voy a dejar que nada ni nadie nos vuelva a separar—abrazó y besó la mejilla de su pequeño hijo. Después de esto, el pequeño pudo conciliar el sueño y se quedó profundamente dormido. Estando en los brazos de su madre, el pequeño se sintió protegido. Ahora entendía todo, con Yokozawa no sentía la misma calidez que sentía ahora. Estaba feliz y se sentía protegido. Minutos más tarde llegó el peli plata y los dos miraban al pequeño dormir. Antes de salir del cuarto, le dieron un beso de buenas noches y cerraron la puerta cuidadosamente.

Salieron de la habitación y caminaron hacia la sala, ahí estaba el castaño, pensativo. Los dos mayores se acercaron a él y se sentaron enfrente.

—¿Qué es lo que ocurre, Zen? ¿Por qué estás preocupado? Entiendo que lo estés porque este es un problema que no es tuyo y te metí en esto. Lamento que tengas que pagar por culpa mía—se disculpó el azabache.

—no, no tienes que disculparte. Entiendo que hiciste todo eso por recuperar a tu hijo. Yo habría hecho lo mismo si estuviera en tu lugar. Lo que verdaderamente me preocupa es lo que descubrí sobre lo que me habías pedido anteriormente.

—¿Qué es lo que descubriste? Tienes que contarme todo—el castaño asintió y rápidamente sacó todo lo que había descubierto.

—hace cinco años, paso algo en la familia de Yokozawa. Sus padres cuidaban de uno de sus hijos, ya que este padecía una rara enfermedad, que te hace padecer alucinaciones y distorsión de la realidad. Esta enfermedad es incurable y lo atormentaba desde que tenía 16 años. Un día, su padre salió de la ciudad y jamás regresó. Sospechan que pudo haber engañado a su esposa durante varios años y que, posiblemente se fue porque ya tenía otra familia. Son rumores, aunque pienso que es cierto. Por otro lado, la madre, al verse envuelta en los problemas con respecto a la enfermedad de su hijo, cayó enferma poco después de que el padre los abandonara y también falleció poco después. Su hermano se quedó solo, para cuidar a su hermano. No quiso cargar con una responsabilidad que no le correspondía. Lo internó en un hospital psiquiátrico y se olvidó de él—relató.

—espera, ¿estás diciendo que el hermano de Yokozawa estaba enfermo y se olvidó de él, así sin más?

—no, la verdad es mucho más turbia de lo que te imaginas. Después de que dejara a su hermano en el hospital, tardó varios años en volver a visitarlo. Comenzó a visitarlo con más frecuencia y siempre le preguntaba a su hermano cómo se encontraba. Este parecía siempre tener la mente en otro lado y su mirada también parecía perdida. En una de esas tantas visitas, Yokozawa le contó a su hermano que estaba saliendo con alguien y que, además, esa persona tendría un bebé. Le platicó sobre sus planes para quedarse con el niño cuando naciera y que se desharía de él porque no le servía para nada. Al parecer ese fue el detonante para que su hermano hiciera lo que hizo. Se le arrojó encima y comenzó a estrangularlo. Su fuerza era increíble, porque Yokozawa no podía quitárselo de encima. Lo que siguió fue que, su hermano lo arrojó a la cama y puso una almohada sobre su cara. La presionó con fuerza, dejando sin respiración a Yokozawa. Él trataba de liberarse, pero la fuerza que su hermano ejercía sobre su cuerpo era tanta que, después de varios segundos, dejó de moverse. Había muerto asfixiado. Como los dos eran gemelos, se le hizo fácil, cambiarse por la ropa que su hermano traía puesta y acomodó el cuerpo sobre la cama, de tal forma que pareciera que estaba durmiendo. Salió de la habitación sin que nadie sospechara nada y después del hospital. Vivió la vida que era de su hermano, dejó atrás su antigua personalidad, para, posteriormente convertirse en Yokozawa Takafumi. 

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