Capítulo IV (II)

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Ana pov.

Haberme encontrado a Luis en mi casa muy arrepentido hizo que me sintiera un poco mal por lo que había pasado, entonces esa noche no la pasamos hablando un rato hasta que él tuvo que ir a su apartamento por algunas cosas y yo me la pasé hablando un rato con Alejandra lo cual ella se me hacía muy divertida que hasta nos pasamos nuestro número, pero tuve que terminar de hablar con ella porque Luis ya había llegado y nos fuimos a cenar por festejar los cuatro años que estamos juntos. Todo fluyó bien, nos la pasamos increíble estando juntos, con algo de risas y bailes ridículos, salimos a muchos lugares que terminamos en mi casa haciendo el amor. Así que hoy a las ocho de la mañana hora que desperté yo porque Luis tuvo que irse temprano para presentarse en una junta de la empresa de su papá.

Me quedé por un momento recostada en la cama completamente desnuda, agarré mi celular y puse un Twit dando los buenos días a mis seguidores. Dejé a un lado el celular y de la nada comencé acariciar mi cuerpo, sentí pequeños escalofríos y cerré mis ojos imaginando a Luis, lleve una de mis manos a mi parte íntima dando ligeros masajes mientras tanto la otra mano comenzaba acariciar mis pezones, soltaba ligeros gemidos ante el tacto en mi clitoris, comencé hacer el movimiento un poco más rápido hasta sentir como ligeras descargas eléctricas por todo mi cuerpo hasta llegar al clímax, mis pechos se alzaron mientras mis piernas comenzaba a temblar pegando un gemido bastante agudo.

Mi respiración estaba agitada y dejé que mi cuerpo se relajara un poco para poder irme a bañar.
Después de una hora ya estaba lista para irme a la escuela, llevaba unos jeans grises, una blusa negra y arriba una camisa rayada blanco y negro, y mis tenis vans negros estilo bota.

Llegué a la escuela con toda la actitud y con una felicidad que se podría notar, estaba feliz por lo que pasé con Luis pero también estaba feliz porque hoy saldría con Ale, quedamos que estaríamos en el receso juntas y que saliendo de la escuela íbamos a ir a comer y a dar la vuelta. Así que me topé a mis ojos sentados en la banca de la entrada.

---- Qué onda plebes?.- Dije con una sonrisa y comencé a saludar a cada uno de ellos.

---- Ora tu porqué estás feliz?.- Dijo Alex.

---- Ots.- Dije mientras sonreía.

---- Pa mi que tuviste Setso.- Dice Marcos. ---- Yo digo porque ayer cumpliste cuatro años con Luis.-

No dije nada y comencé a sonreír.

---- Weeey si cogieron?.- Preguntó con asombro Alex.

---- Ay dejen de estar de chismosos y ya vámonos.- Dije para que ellos se levantarán de la banca, yo comencé a buscar a Alejandra para poder saludarla pero no la encontraba.

---- A quién buscas?.- Dice Alex mientras él también imitaba lo que hacía.

---- A la Ale, no la han visto?.

---- No, creo que no vino porque no la vimos en la entrada.

>> Esa cara de torta, por qué chingados no vino, tan siquiera me hubiera avisado. <<

En eso mi celular sonó indicando un mensaje de WhatsApp.

---- Hablando de ella, me acaba de mandar un mensaje.- Dije y comencé a caminar junto con los chicos.

(...)

Faltaba poco para que fuera la hora de salida y yo necesitaba que terminará la clase pero este señor panzon no terminaba de hablar, tardaba como mil años en pronunciar una sola palabra y casi la mayoría de mis compañeros estaban dormidos yo solo me encontraba ansiosa de que terminará la clase hasta que después de quince minutos sonó el timbre y todos se levantaron rápidamente para salir del aula, yo me fui a mi casillero para dejar unos libros y llevarme otros para hacer mis tareas.
Me despedí de los chicos y yo me quedé esperando el Uber, después de cinco minutos llegó llevándome a mi casa.
Saludé a Cobby y me fui a bañarme rápidamente, que tarde como quince o veinte minutos, me puse unos jeans azules marinos y una playera blanca con estampado en la parte de enfrente. Le dejé comida y agua a Cobby, y salí rápido de la casa cerrando con seguro la casa.
Subí en el otro Uber y comenzó a conducir hasta la casa de Alejandra, al mirar el vecindario me hizo pensar que ella era de dinero. Le mandé mensaje que saliera por mi hasta que la ubiqué, el chófer se detuvo y pagué lo que me había cobrado, al salir con mi mochila caminé hacia la chica que se encontraba sonriente.

EL PODER DE CREER EN TI (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora