Capítulo IX (IV)

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Alejandra pov.

Entre estar comiendo y platicando nos sentíamos a gusto estando juntas, a ella le brillaban bastante sus ojos y no paraba de sonreír, con esa sonrisa que te hacía sentir satisfacción de que estas haciendo las cosas bien. Algo que no sé si estoy haciendo lo correcto, porque mi mente comenzaba a pensar en cosas que tenía allá en la ciudad, pero estar aquí con ella lejos de esa sociedad y estar aquí llenas de naturaleza me hacia sentir satisfecha por lo que estoy haciendo.

Y lo que les podría decir es que... Me enamoré de ella.

Ella no paraba y yo que no quería que se detuviera, me gusta escucharla... Saber lo que le gustaba hacer, descubriendo más cosas de ella y ella descubriendo lo mío.
Al terminar de comer fuimos al baño a lavarnos los dientes y cambiar de canción en lo que nos acomodabamos frente a la chimenea.
Se preguntaran, por qué no ven películas o series... Pues estamos en la cabaña de mi abuela, donde no le gustaba tener nada de tecnología porque mi abuela dijo que esta cabaña podría ser de reuniones familiares sin nada de tecnología, solo pura convivencia, pero nosotras tragimos una bocinita comenzando a poner Just The Way You Are de Bruno Mars. Estábamos sentadas con nuestras piernas cruzadas sin dejarnos de mirar mientras cantábamos la canción.

Nuestras manos en ratos jugaban, otras comenzában hacernos caricias por nuestra mejilla, acariciando el cabello y sonriendo entre ratos, juntamos nuestra frente mientras nos tomábamos de las manos comenzando a cantar el coro.

"When I see your face
There's not a thing that I would change
'Cause you're amazing
Just the way you are
And when you smile
The whole world stops and stares for a while
'Cause girl, you're amazing
Just the way you are"

---- Ana...- Dije para obtener la mirada de la castaña.---- Te amo.- Lo dije, lo dije sin pensar pero si sentirlo. Ella no contestó pero unió nuestros labios con bastante intensidad, le correspondi a su beso y su mano la dirigió a mí cintura haciendo un movimiento ligero acercándome a ella, me dejé llevar a sus movimientos que entendió que tenía más autorización, pero esta vez decidí llevar yo el control. La recosté enzima de los cojines comenzando a besarla lentamente, lleve mis labios recorriendo su mejilla hasta su cuello, probacandole un pequeño gemido, sus manos fueron rápidas en quitarme la blusa, mis manos hicieron lo mismo, nos quitamos nuestros pantalones hasta mostrarnos en ropa interior donde ella lucia con un encaje de color rojo haciéndola ver demasiado sexy y yo con un encaje de color negro, la chica castaña se levantó quedando sentada comenzando a besar mi cuello probocandome escalofríos y soltando un gemido.
Sus manos comenzaron a viajar por mi espalda hasta llegar al broche de mi brasier comenzando a quitarlo de mí mostrando mis pechos, hice el mismo movimiento viendo sus pezones perfectos, nuevamente volví encima de ella besándola con tanto deseo, la yema de mis dedos comenzaron a recorrer por toda su piel, desde sus brazos hasta cierto punto de sus piernas, llevé mis labios a su cuello haciendo un camino pasando por sus pechos besandolos, enseguida seguí el camino por todo el abdomen hasta llegar un poco abajo de su vientre, mire hacia arriba en donde la chica cerraba sus ojos y un poco entreabierta su boca.
Con mis dientes jale sus bragas comenzando a quitárselas, ella puso un poco de su parte levantando sus piernas para que yo pudiera quitarlas fácilmente, me quedé por unos segundos observando a la castaña desnuda.

Ella es arte.

---- Qué pasa Ale?.- Preguntó la castaña mientras mostraba sus facciones un poco preocupadas.

---- Eres hermosa.- Dije para ir con ella besándola nuevamente.

Guíe mi mano acariciando a los lados de su parte, haciendo que comenzará agitarse, volví a dirigirme entre sus piernas dándole pequeños besos, la chica arqueo su espalda agarrando las sabanas fuertemente haciéndose mostrar los delgados huesos y sus venas.
Saqué mi lengua haciendo movimientos de arriba hacia abajo, ella pegó un gemido, lo cual eso me hacía sentir excitación, volví nuevamente a ella comenzando a besar su cuello mientras mis dedos hacía ligeros movimientos en su clitoris provocando gemidos y agitación por parte de nosotras.
Sus manos las llevó a mi espalda enterrando un poco sus uñas, sintiendo dolor pero a la vez excitación.

EL PODER DE CREER EN TI (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora