Capítulo VII (II)

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Ana pov.

La familia Rocha decidió dar el viaje en auto que me parecía perfecto, porque convivir con la familia de tu amiga hace que te sientas parte de ella, el hecho de que me incluían en sus pláticas me hacían sentir en confianza, por suerte he podido sacar tema de conversación y así pasar un rato entretenido y no incómodo.
La señora de tez clara me hablaba de las cosas que hacían cuando iban a Viñedo, aparte del trabajo, se iban de campamento, montaban a caballo y entre otras más actividades realizaban. De verdad esta familia parecía muy activa. 

---- Y qué dicen tus papás de que ibas a pasar este fin de semana con nosotros?.- Preguntó la señora mientras me mira en el pequeño espejo.

---- Bueno... yo... no vivo con mis papás.- 

---- Oh claro, me imagino que con otros familiaresa, tus abuelos o tíos...-

---- No, con ninguno, yo vivo sola....-

---- De verdad?... maravilloso Ana te felicito, porque independizarse a tan temprana edad es un logro y complicado.-

---- Si, sobre todo complicado.- Dije entre dientes mientras baja la mirada porque comenzaba a sentirme incomoda porque no me gustaba que me preguntaran sobre mi vida. 

---- Mamá...- Ale miró a su madre dando a entender que parara, así que supongo que la chica pelinegra notó mi incomodidad. 

Durante el transcurso hablábamos sin volver hablar más del tema de mi familia. LLegamos después de unas horas y observé que la finca era grande con colores cálidos en el exterior, mirabas alrededor y era pura naturaleza.  

---- Muy buenas tardes señor le ayudó con su equipaje.- Escuché la voz de un señor que se miraba aproximadamente de treinta y cinco o cuarenta años porque no se veía viejo, el hombre llevaba un esmoquin negro que lo hacía lucir bien.

---- Claro que si Miguel.- Dijo el señor Rocha. El hombre comenzó a cargar las cosas para adentrarse a la casa. 

---- Es nuestro Mayordomo.- Dijo Ale mientras sonreía forzosamente de lado. Entramos a la casa mostrando un estilo campestre con muebles muy bonitos, hasta que escuché un ladrido y miré que un Schnauzer corría a toda velocidad pero antes de aventarse a los dueños comenzó a ladrarme por obvias razones, no me conocía.

---- EY Zeus.- Dice Ale mientras lo cargaba. 

---- Zeus?... nunca me habías dicho que tenías un perro.

---- No? 

---- No

---- Bueno pues ya lo sabes.- Sonreí y me le acerqué poco a poco a Zeus para que pudiera conocerme hasta que se dejó acariciar por mi. Ale me dijo que la siguiera para dirigirnos a la habitación, durante el transcurso observaba las paredes que tenía más fotografías familiares y muchas decoraciones a comparación de la casa de la ciudad.

---- Por suerte la habitación de huéspedes está a lado de mi habitación.- Dice la pelinegra mientras habría la puerta haciéndo notar una cama matrimonial pegada a la pared izquierda con cobijas dobladas enzima de ella, a un lado de la cama estaba una ventana grande que daba paso a la terraza con una vista maravillosa a toda la naturaleza y en el otro lado del cuarto había un escritorio de madera con su silla.---- Está algo chica pero siento que es acojedor.- Dice Ale mientras sonreía y me daba el paso a la entrada, me adentre a la habitación dejando mi mochila en la cama.

---- Ale esto es hermoso es como si estuvieras en el paraíso... tienen muy buenos gustos tus padres.

---- Si... Bueno la finca es de mi mamá, así que toda la decoración es por ella.- Le sonreí y me acerqué a la terraza abriendo el gran ventanal, el aire fresco pegaba en mi cuerpo haciendo que se erizara la piel.

EL PODER DE CREER EN TI (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora