uno

1.9K 186 129
                                    

A.G.

⎯ Supéralo, Antonella. No va a venir una sirena a invitarte al fondo del océano. Fue solo un sueño.⎯ Habló mi hermana mayor, Emma.

Hoy desperté gracias a un extraño sueño, aunque para mí era muy real. Recuerdo un chico de cabello azul y piel pálida, sus ojos eran rasgados y de color celeste. Salía del mar frente a mi casa invitandome a ir a su mundo, al cual yo emocionada acepté, pero cuando estaba por adentrarme al océano me despertó mi hermana para ir a la escuela.

No hay mucho que comentar sobre mí; solo soy Antonella Granger, la hermana menor de la tan preciada y popular Emma Granger. Siempre he sido su sombra, es mayor por tres años y casi todo el tiempo me recuerda junto a sus mejores amigos, Eduard y Adam, lo tonta que soy a su lado.

Ahora estábamos desayunando junto a nuestros padres, Gabriela y Ezequiel Granger, los mejores dentistas de todo Londres.

⎯ No la molestes, Emma.⎯ Regañó mamá.

⎯ ¡Mamá, Antonella tiene que madurar! Ya tiene diecisiete casi dieciocho años, no puede seguir creyendo en sirenas.⎯ Se quejó mi hermana.

⎯ ¿Qué tiene de malo que crea en eso? Es preferible creer en sirenas y vida acuática antes que ir drogándome, ¿Verdad?⎯ Hablé antes de tomar un sorbo de mi licuado de frutillas. Mi hermana está en el primer año de universidad estudiando abogacía, mientras yo cursaba el último año de secundaria queriendo estudiar astrología. O como dirían mis padres; una carrera sin futuro.

Emma es la hija responsable de la familia, la social y la que tiene toda su vida preparada. Mientras, yo soy la pequeña que vive en las nubes, la bicho raro y desgracia de la familia. Eso dicen nuestras tías, tíos y abuelos, mis padres son más considerados, por suerte.

⎯ Ni siquiera has tenido novio en estos dieciocho años, Antonella, dudo que hayas dado tu primer beso.⎯ Se burló a mi costado. Yo simplemente la ignore terminando mi desayuno, ya estoy acostumbrada a sus burlas por lo poco social que soy o lo fracasada que es mi vida amorosa.

Tocaron la puerta de nuestro hogar y por fuera se escuchaban reproches. Nuestra casa era pequeña pero cómoda, habían tres habitaciones, una cocina comedor, el living y por último el baño. Aunque lo importante para mí no era el tamaño de mi casa, las vistas que se pueden apreciar por mi ventana no tienen comparación.

⎯ Niñas, vayan a estudiar.⎯ Habló papá mientras caminaba rápido con la mochila en el hombro, ya empezaba el horario de trabajo de mis padres y tenían que irse rápido.

Emma y yo agarramos nuestras mochilas para salir, abrió la puerta encontrándonos a sus dos mejores amigos. Aunque yo pensaba que las miradas que se echaban ella y Adam no eran solo de amigos, pero tampoco podía preguntarle porque no me contaría.

⎯ Hola Emma, Antonella.⎯ Saludaron los dos. Yo solo bajé un poco la cabeza a modo de saludo y caminé delante de ellos, como todas las mañanas, el trío hablaba y yo metida en mis pensamientos.

⎯ ¡Antonella mira! ¡Un delfín!⎯ Exclamó mi hermana "emocionada".

Giré la vista hacia el mar buscando al pequeño mamífero acuático pero no lo encontré, en su lugar escuché la risa de Adam y Emma, burlándose de mí.

⎯ En serio tu hermana es rara.⎯ Habló Adam tratando de ocultar su sonrisa.

Adam era un encanto físicamente pero el hecho de ser tan burlón arruinaba su encanto. Era alto, delgado y pelirrojo, su rostro tenía algunas pecas y sus pestañas apenas se podían ver, el color de sus ojos era un hipnotizante celeste. El chico y yo éramos muy parecidos físicamente, las únicas diferencias eran mis rulos en el cabello, la gran cantidad de pecas y mi heterochromia, mi ojo izquierdo es de color celeste cielo mientras que el derecho es de color marrón oscuro.

Atlantis| pjm.✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora