6-[evil]

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Esa madrugada se la pasó observando la mayoria del tiempo al techo en lugar de a Louis, incluso se levantó antes del amanecer para cerrar las cortinas y mirar la televisión.
No podía quitar de su cabeza las sensaciones nuevas que había experimentado, el miedo por perder a su amado y la emoción de conocer a éste vampiro. ¿A caso sería más viejo que él? ¿Mas joven? ¿Cuántos años llevaba vagando éste tal Niall por el mundo si tampoco ha conocido a otro vampiro? Las preguntas rodaron en su cabeza todo el día, sin parar, a excepción de cuando Louis le hablaba y lograba distraerlo, alegando que no debía preocuparse y sacando todo pensamiento negativo de sus ser.

Louis prefirió no estar por los alrededores para que pudieran platicar más tranquilamente, sabiendo que no quería  Harry al pendiente de si mismo, aunque no pudo negarse a la rotunda sentencia de no irse hasta que el otro vampiro estuviera allí, por su propia seguridad. Rió ante la seriedad del rizado y no pudo evitar besarle los labios como respuesta.

El día se pasó tranquilo, con bromas, juegos, besos, como venían siendo sus días hasta el momento, a excepción de la nueva pequeña obsesión de Harry por chequear que las marcas en el cuello de Louis, por lamerle la zona cada vez que podía hacerlo y por asegurarse de que estuvieran sanando correctamente a pesar de tener infinitas ganas de re-abrirlas nuevamente. Louis no hacía comentario alguno, era un pequeño placer culposo el dejarse atender la zona por el vampiro.

Los grillos comenzaron a escucharse afuera, anunciando que el atardecer estaba llegando a su fin, avisándole a Harry que la hora estaba cerca y haciéndole sentir ese cosquilleo nervioso en la boca del estómago que le venía molestando desde hacía horas. Finalmente al cabo de una hora Louis se asomó a través de una de las cortinas para chequear la luz natural, que ya era escasa y le sonrió al ojiverde en señal de que la noche estaba sobre sus narices. 

- No estés nervioso - lo tranquilizó mientras se acercaban hacia la puerta - Solo quiere hacer amigos...

- ¿Pero qué si sus intenciones no son esas? - respondió frunciendo el ceño y tomando la chaqueta del menor.

- ¿Pero qué sis sus intenciones SÍ son esas? - replicó casi burlonamente - Deberías tener el mente que aquella soledad que has sentido hasta hace poco, él también la siente. - sonrió amable mientras el rizado le ayudaba a colocarse la prenda de denim.

- Si, lo sé, es sólo que... No quiero que nada te pase - suspiró poniéndose delante de él para observarle a los ojos mientras acariciaba su mejilla- No quiero que seas una consecuencia.

- En todo caso él es la consecuencia - sonrió - Lo conociste gracias a mí, de nada. - le besó profundo antes de abrir la puerta. - Esperemos afuera.

Tal vez pasaron cinco minutos, tal vez apenas tres, Harry hubiera jurado que pasó una hora con lo eterno que se le hacia cada segundo sentados en aquel porche, con la única tranquilidad de aquella mano pequeña y delgada firmemente entrelazada con la suya.

- Llegó. - dijo de repente, apretando la mano del humano un poco - Bueno, casi.

- No lo veo - dijo Louis entrecerrando los ojos hacia la leve oscuridad de la calle- ¿Dónde?

- Ésta por allí - espetó señalando con un movimiento de cabeza - Viene a paso normal, por llegar a la esquina. - escuchó a Louis reír bajito y se giró a observarlo para  encontrar que se tapaba la sonrisa con el dorso de la mano - ¿Qué sucede?

- ¿Haces eso conmigo? ¿Me sientes desde tan lejos? - preguntó con sorna, entre risas.

- Sabes que sí, a veces la brisa me trae el aroma como si un ángel viniera volando hacia mí, pero eres tú caminando de vuelta a casa como a tres o cuatro calles... - soltó sin vergüenza alguna, haciendo sonrojar al castaño - Cuando te vas, todo lo que hago es esperar a que vuelvas - añadió volviendo a mirarlo a los ojos - Bueno, eso y cazar mi cena - rió y Louis le golpeó en el brazo con el puño cerrado, empujándolo sin causarle dolor alguno.

INSIDER - l.sDonde viven las historias. Descúbrelo ahora