INSIDER - l.s

7 - [140 - Parte 1]

El tiempo era relativo, sabía exactamente cuánto tiempo había pasado al lado del humano, pero ya no recordaba el sentimiento de soledad que le carcomía el alma podrida antes de él.
Era cómo si antes de Louis nada más existiera, como si hubiera renacido al tocar sus labios y redescubierto un nuevo mundo menos gris y más lleno de amor, amor que anheló durante toda su vida.

Los días se transformaron en semanas, las semanas en meses, Louis en su mundo y Niall en su nuevo mejor amigo, algo que nunca creyó tener, el tiempo se la hacía escaso, efímero y sublime... algo de lo que nunca pensó preocuparse ya que su tiempo era infinito e inmensurable; inmortal.
Descubrió en su vida la emoción de salir de la mano de Louis por las calles nocturnas de la ciudad, acompañarlo en el trabajo los días que no necesitaba cazar junto a su nuevo compañero de cacería que ocasionalmente tocaba en el bar donde el humano trabajaba y Harry descubrió además que su novio tenía razón, tal vez en otras circunstancias Niall hubiera pertenecido definitivamente a los escenarios, si pudiera envejecer y ser normal, un tema recurrente en sus charlas en donde les amargaba brevemente no poder cambiar físicamente cómo el resto y luego Louis les consolaba argumentando que el cambio más importante es el que va por dentro. 

Tal vez lo más interesante del mes de diciembre no había sido el regalo de cumpleaños que Harry le dió a su humano, un colgante que Louis lucía con orgullo en su cuello desde entonces, ni tampoco las múltiples mordidas que el castaño pidió aquella noche de amor una vez que estuvieron solos, sino el momento exacto en que Harry finalmente le concedió la confianza necesaria a Niall para permitirle entrar a la casa, algo que no tenía vuelta atrás y que Niall había agradecido durante toda la Noche Buena, algo que el vampiro de ojos celestes había estado esperado cómo gesto definitivo y auténtico de su amistad, sabía que luego de aquello no abandonaría a sus amigos jamás, sabía que pertenecía a un lugar; a un hogar.

Enero vino con aires de esperanza y amor, con el humano estando visiblemente animado con las propinas que recibía por parte del bar, aunque quizá era más por el hecho de que el rizado prefería pasar sus noches allí, espiándolo desde una de las mesas y sonriéndole cada tanto, haciéndolo sonrojar ante el nerviosismo que le causaba como si fuera la primera vez que sus ojos celestes divisan aquellos hoyuelos. 
No había nada como las escenas ridículas de celos que se montaban entre sí cuándo alguna otra persona coqueteaba con alguno de ellos, sobre todo cuándo se apoyaban en la barra del castaño intentando sacarle conversación y el más alto se aproximaba a la misma con la rapidez necesaria para pedirle un trago y ahuyentar los pretendientes, nada hacía reír más a Louis que el ceño fruncido de Harry ante aquellas situaciones, aunque no reía tanto cuándo la situación era a la inversa, podía sentir su sangre hervir al mismo tiempo que alguien le coqueteaba al rizado y aunque sabía que éste rechazaría al mismísimo Brad Pitt, no podía evitar el salto quedaba su corazón al ver como le coqueteaban... Niall en cambio era del tipo que prefería coquetear, se llevaba uno que otro amor pasajero en las noches y se encargaba de fastidiar al rizado abrazando demás a Louis de vez en cuando para no perder la costumbre de hacerlo cabrear. 

- Bueno... - gruñó el rizado desde el sofá observando la situación - Vamos soltando. - añadió haciendo reír a Louis.

- Oh vamos ¿No puedo abrazar a mi amigo Louis? - dijo Niall sintiendo cómo el humano aún vibraba bajo sus brazos y le abrazaba más fuerte - Él también quiere...

- No te estreses Edward, no es como si estuviera tocando mi trasero o algo así - comentó evitando reír y presintiendo la respuesta del vampiro para hacer enojar aún más a su novio.

- Podría. - espetó Niall casi riendo.

- No si quieres conservar tus manos y el resto de tu cuerpo -  dijo con fingido desinterés, aunque confiaba con su vida en ambos le sacaba de quicio la cercanía, los castaños reian mientras se separaban para aproximarse hacia él.