Leche

Sinceridad

Advertencia: En cursiva se hace mención a una violación. 

Hermione observaba al gatito juguetear mientras revisaba unos apuntes. Uno de sus pacientes tenía un sarpullido mágico y no podían descubrir su causa.

Harry entró por la chimenea y caminó hasta ella con una sonrisa.

_¿Qué diablos fue eso Harry? ¿Por qué me trajiste un gato?_ Harry suspiró, iba a decirle toda la verdad.

_¿No lo quieres? Yo cometí un error..._ Su amiga había dejado su libro y lo miraba con atención.

_¿Qué pasó? Ya casi no nos vemos pero cada día te ves mejor._ Hermione miró al gatito jugando con uno de los flecos de la alfombra y le dio mucha ternura.

_Ya. Quizás me lo quede. Pero traer una mascota a una casa con niños pequeños es una mala idea. Traer una mascota a la casa de nadie es una mala idea de hecho._ Harry se sentía bastante estúpido en ese momento.

_Sí, lo sé, no sé en qué estaba pensando. ¿Qué nombre le pondrás?_ Hermione pudo apreciar como los hombros de su amigo se relajaban un poco, igual se lo veía un poco tenso.

_Creo que debería hablarlo con Ron primero, no le gustan mucho los gatos..._

Hermione lo invitó a sentarse a Harry y hablaron un rato del trabajo, de pacientes, de la nueva rutina de ejercicios de Harry y finalmente tocaron el tema del inquilino misterioso de Harry.

_¿Por cuánto tiempo más lo dejarás en tu casa?_ le preguntó la bruja.

_A mí me gustaría que él se quedara... indefinidamente._ Hermione intentó ocultar su sorpresa pero no le salió.

_Harry... Creo que es un poco apresurado pero supongo que si te hace bien... eres un adulto para tomar tus propias decisiones. _ Harry asintió. No esperaba que fuese tan fácil convencer a su amiga.

_Aunque es una relación muy extraña, ¿cómo sabes que te corresponde? ¿y si sólo está contigo para no quedarse en la calle?_ ¿Para qué se hacía la comprensiva si después iba a comenzar a preguntar y hacer suposiciones?

_Yo... no lo sé. Desde mi diagnóstico me siento, ¿cómo decirlo?_ Harry evitó la mirada de su amiga y comenzó a mordisquearse los labios nervioso. _Me siento un inútil. No lo sé, como si no valiera nada o no pudiera hacer nada de valor. Sé que no debería, sé que estoy mejor. Pero tengo tanto miedo de perderlo. De que sea como tú dices. El niño crecerá un poco y él se dará cuenta de que no necesita estar más allí conmigo. _

Hermione observaba todos los gestos de su amigo, desde el jugueteo con sus dedos en la mesa hasta el rechinar de sus zapatos contra el piso.

_Desearía poder ayudarte. Debes hablar con él. Ver cómo él se siente con esto._

_Son todas estas inseguridades que me dan pánico de hablar con él. Somos muy distintos, él está acostumbrado a otras cosas. Siento que aun estando bien yo no podría cumplir sus estándares._

_Bueno, ¿quién se cree que es? ¿qué estándares?_

_Es un sangrepura._

_¿Y qué? ¿Acaso eso hizo que no pudieras cumplir los estándares de Ron?_ Hermione le palmó la mano y lo miró con una sonrisa conciliadora. Harry miró la chimenea humeante. Era hora.

_Es Malfoy. Vivo con Draco Malfoy._

_¿Qué?_ No miraba a su amiga pero imaginaba su cara.

_Sí. Es él. Es bastante gracioso no te parece... solía odiarlo._