¿Despedidas?

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Draco volvió después de pasar todo el día fuera, por su cansancio evidentemente había sido bastante agotador. Harry había tenido un día tranquilo con el bebé, un poco ansioso pero decidió disfrutar de él. Amaba a ese bebé.

Draco se tomó un momento para pensar en la propuesta de su padre. Si se casaba pronto y se iba del país podía volver en unos años y hacer que Scorpius había nacido mientras estaban fuera. A cambio aceptaría una serie de condiciones que habían impuesto los padres de la novia. Les dijo que lo pensaría. No podía decirle que no a la mirada implorante de su padre. De hecho le sorprendió la propuesta, pareciera ser un último recurso para evitar que el heredero Malfoy hiciera un escándalo y desprestigiara a la familia. Se lo debía. Sabía lo importante que era el prestigio en los círculos sociales dónde se movían.

Harry paseaba a Scorpius que se acurrucaba para dormir. Realmente se habían encariñado entre ellos. ¿Cómo sería Astoria con Scorpius? Harry se acercó y lo besó para saludarlo.

_¿Cómo te fue? Te ves mejor_ Draco tomó al bebé quien hizo unos ruiditos expresando su molestia pero enseguida se acomodó para tomar el pecho.

_No lo sé. Hablamos mucho. Me dejarían seguir bajo el cuidado de mi hijo._

Harry sintió una punzada en el pecho.

_¿Te irás?_

_Quiero... hay unas cosas que tengo que hacer antes de tomar una decisión_ Draco pensó en Blaise, si tan sólo lo ayudara como lo había prometido...

_Me gustaría que te quedaras._ Los ojos de Harry brillaban. Le recordaron a Draco cuando el muchacho estaba de buscador en Hogwarts.

_Creo que ya has hecho demasiado por mi Potter. Me voy a dormir._ Scorpius refunfuñó cuando Draco lo sacó de su pecho, el rubio se levantó y se fue sin decir una palabra.

Harry quedó tieso mirando a la nada y pensando en todo, una catarata de pensamientos negativos quería apoderarse de él, pero respiró profundo y fue a acostarse también, no iba a rendirse así sin más.

Los días pasaron como un torbellino para Draco. No quiso perder un momento de disfrutar a Potter a su lado y lo hicieron en todos lados, todas las veces que pudieron. De un modo era una despedida, sin embargo albergaba una pequeña esperanza. Ese día se encontraría con Blaise, aunque en su interior dudaba que el mago asistiera, si lograba que éste lo ayudara financieramente aún estaba dispuesto a "traicionar" a sus padres... si eso significaba poder perderse en esos ojos verdes cada vez que quisiera.

Harry tenía el desayuno hecho y hablaba con Scorpius quien le contestaba diciendo "tata".

_OH dios mío Scorpius. No debemos decirle esto a tu padre... se pondrá tan celoso. _ Harry lo levantó en el aire y el bebé seguía repitiendo "tata" sin parar. Harry besaba sus cachetes regordetes, Draco los espiaba, ¿podrían continuar su vida como si Harry no hubiera sido parte de ella alguna vez?

_Buen día Harry. Buen día mi niño hermoso_ le dijo al bebé y lo tomó en sus brazos. Instintivamente Scorpius se movía buscando el pecho.

_Yo estaría así también si pudiera_ le dijo Harry sonriendo, Draco miró a otro lado sonrojado.

_Lo sé. Eres un tipo extraño Potter._

Harry río y sirvió el té. Desayunaron en silencio. Imágenes del día anterior se venían a la mente de Draco.

Esa tarde habían acostado a Scorpius que se había quedado dormido después de su baño. En la cocina y mientras tomaban un té Draco se sentó sobre Harry y le dio un suave beso. Harry lo envolvió en sus brazos, colocó su mano en la nuca de éste, acariciándole y provocándole unos leves escalofríos que recorrieron toda su espalda. Sus manos eran grandes y masculinas, pero sabían tocarlo con cuidado, como si fuese algo preciado. Draco tomó los anteojos de Harry y los apoyó en la mesa. Le dio un beso y Harry cerró sus ojos, entregándose a los mimos. Draco le besó los párpados.

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