Leche

Como cajón que no cierra

Esa mañana Harry amaneció junto a Draco. Le gustaba tener su sesión de amamantamiento a la noche, se relajaba, descansaba como un bebé y dormía acompañado. Draco lo abrazaba mientras dormían y Harry disfrutó de ese momento hasta que el rubio despertó.

_Hola_ susurró con voz de dormido. Harry le besó la coronilla y permanecieron en silencio, abrazados un rato.

_Me encanta tu olor._ le dijo Harry aspirando el cuello de Draco, el joven soltó una pequeña risita.

_Huelo a leche_ el rubio se sonrojó un poco.

_Es que me encanta tu leche_ Harry le subió el piyama y lamió su pezón, Draco tembló un poco por lo repentino de la situación.

_Ahhh... deberías avisar antes... ¿Quieres hacerlo ahora?_

Harry no respondió, solo empezó a succionar suavemente. Su nariz chocaba contra el pecho del rubio, y podía sentir el latido del corazón de éste con mucha claridad. Draco que se había despertado un poco duro, alejó su cintura de Harry. No habían vuelto a tener sexo. Había pasado una semana desde la primera y última vez... Sentía que si él lo iniciaba iba a dejarle en claro a Harry que le gustaba y no quería exponerse.

Luego de unas chupadas más Harry sintió el gusto de la leche en su boca. Empujaba con su lengua a la vez que succionaba, facilitando la salida de la leche. Su estómago pronto comenzó a sentirse tibio, el olor que amaba lo invadía y su corazón se sentía lleno y satisfecho con la magia que había empezado a rodearlo. Amaba esa conexión. Siguió bebiendo a ritmo constante pero notó a Draco un poco más distante que lo normal. Por lo general lo acercaba y lo envolvía en sus brazos. Pero estaba simplemente apoyado sobre él, con su puño apretado. Harry pasó su mano por su cintura y de un solo tirón lo empujó contra él. El miembro duro de Draco chocó contra Harry. Entonces Harry no lo dudó. Dejó de beber y se puso a la altura del pene de Draco.

_Quiero chuparte. ¿Me dejas?_ El rubio asintió y cerró los ojos. Harry le bajó la ropa interior al otro mago y aprovechó a contemplar su miembro. Era casi de grande como el suyo, solo que más blanquito... la punta que era más pequeña, y por el contraste de la piel se veía más roja. La piel del prepucio aún lo cubría. Harry aprovechó a lamerlo y jugar con su lengua metiéndola entre la piel y la cabeza. Draco gimió. Harry esperaba hacer solo una mamada pero se estaba excitando demasiado. La idea de llenarlo de semen y reclamarlo como suyo le gustaba demasiado. Siguó lamiendo, sintiendo como el gusto dulce que tenía en su boca era reemplazado por un más salado y un poco amargo. Ahora le daba lamidas largas mientras su mano apretaba la base manteniéndolo en su lugar.

Draco sentía que se derretía. Gracias a dios su hijo tenía el sueño pesado, no querría parar esto por nada del mundo. Como tenía los ojos cerrados lo único que hacía era escuchar ruido de las chupadas de Harry y sentir como éste se lo devoraba.

Harry era demasiado hábil con su boca, y cuando se la tragó entera y sintió como su pene tocaba el fondo de la garganta Draco agitó su cadera para ir más profundo si es que era posible.

_Oh, eres muy bueno en esto, ah, si te quedas quieto y me dejas moverme acabaré enseguida._ Harry asintió. El movimiento hizo que su verga cosquilleara. Estaban acostados, uno al lado del otro. Con una de sus manos Harry acariciaba sus bolas y con la otra se afirmó en su cadera, permitiéndole maniobrar como quisiera. Draco arremetió enseguida. Quería liberarse en esa boca caliente antes de que la mandíbula de Potter se cansara. Harry había relajado su boca y su garganta, quería dejarlo al otro disfrutar, que usara su boca como quisiera. Draco bombeaba rápidamente y el muchacho no mostraba ningún reflejo ni tenía arcadas.

_Eres fantástico. ahh_ Draco disfrutaba de las últimas embestidas en la boca del otro, ya estaba por liberarse.

_Quiero que te lo tomes todo_ y con un gemido agónico Draco dio su última embestida vertiéndose de lleno en el fondo de la garganta. Aunque Harry estaba preparado para todo no pudo más y se separó del rubio tosiendo.