Su esposo era un tierno amante, un buen hombre y un gran guerrero, no podía estar mas complacida.
Aunque a veces cuando la dejaba atrás durante dos o tres días lo añoraba demasiado.
Entonces, cuando volvía a ella, lo hacia hambriento y un tanto desesperado por conseguir el elixir de su femenina sangre, por lo que siempre se ponía de rodillas delante de ella y la decía lo mismo:
*-Lamento y lamentare toda mi vida estos instantes de dolor que voy a proferirte, pero mi deso por ti, hace que no pueda ser un señor.
Ella le sonreía y le invitaba a continuar, porque aunque era doloroso, no estaba exento de cierto placer. Además que el amor que se procesaban eliminaba cualquier rastro de inquina, borrando los recuerdos dolorosos que pudieran hacerla reacia.
Cuando la tomaba bruscamente tras uno de sus regresos, se alimentaba de ella y les hacia alcanzar a los dos una rápida cumbre que los dejaba en un estado soñoliento unas horas. Pero sabia que el despertar y el después siempre era maravilloso, ya que la despertaba con besos, con plumas, con rosas o algo parecido y la hacia el amor durante mucho tiempo, tanto que perdían horarios.
*-¿Has notado que el señor Kazuto últimamente se comporta extraño?
El la miro mientras estaba cuadrando unas cuentas sobre el sembrado del trigo.
*-¿A que te refieres exactamente?
*-No podría decirte, pero al principio de llegar aquí, apenas le veía una o dos veces al mes y últimamente parece que me le encuentro en todos los lados.
*-Bueno tesoro, quizás al principio el tenia mas cuando a la hora de aparecer porque estábamos en plena luna de miel, y quería darnos intimidad. Además tu los primeros días no salías de la cama - me enrojecí ante esa alusión-, después tardaste algún tiempo en caminar por la planta de arriba y ahora lo haces por todos lados, así que es posible que sean casualidades de la convivencia.
Me dirigí hacia el, para sentarme encima de los informes que leía.
*-¿Que es eso de que tarde en caminar? ¿No crees que te estas poniendo muchos méritos?
La chispa erótica que le recorrió los ojos, me indico que había dado de pleno en la diana.
El puso las manos en mis tobillos y movio mis piernas para quedar sentado entre ellas.
*-¿Eso piensas jovencita?
Yo afirme con la cabeza, sabia que no debía hablar o me traicionaría.
Así que el siguió subiendo las manos por mis piernas, subiendo sibilinamente mientras acariciaban mi piel, con un único propósito y un único objetivo,...llegar a mi ropa interior, allí sus dedos comenzaron a presionar y jugar contra mi sensualidad, haciendo que se humedeciera en unos segundos, así que cuando el noto que la prenda se humedecía, la aparto para jugar con mi carne, haciendo que tuviera que mover las manos para encontrar un punto de sujeción, ya que estaba segura, pretendía torturarme. Saco su mano derecha y mientras no perdía detalle de mi rostro, la cerro dejando solo el dedo índice recto, se lo llevo a la boca y lo chupo, ensalivándolo profusamente. A mi se me seco la garganta. Cuando volvió a meter la mano bajo mi falda, sentí que estaba ansiosa del contacto de que me tocara y cuando por fin lo hizo, sentí como una descarga eléctrica, que me abrió en dos, estaba deseando arrancarle los pantalones y cabalgarle como me había enseñado el mismo 2 noches atrás.
Un constante repiqueteo en la puerta del despacho, nos dejo congelados y sin poder respirar.
*-Señor, le han traído un mensaje urgente de los ancianos, señor, por favor, el mensajero dice que tiene que entregarlo en mano y que es urgente.
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AMANTES EN EL TIEMPO
RomanceEl amor creado en el cielo, es capaz de atravesar mares de tiempo, para volver al tiempo en que no debió romperse.