Parte 12

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Con el aroma de la sangre de su amada aun en la nariz, mezclada con el olor del sudor y el miedo de aquel personajillo, comenzó la caza.

Si estuvieran en el plano medio, donde habían decidido refugiarse todas aquellas razas que según los humanos no existían, le daría caza acosándolo como si fuera un animal del peor rango, de hecho en la ciudad también podría hacerlo y disfrutarlo pero con solo 24 horas libres, no quería arriesgarse a dejarlo para otro dia.

Manejo su auto hasta las inmediaciones de la oficina de su esposa. Ciertamente en su cabeza nunca había dejado de serlo.

Antes de salir del auto, provoco una sobrecarga eléctrica que fundiera los circuitos de las cámaras de seguridad de todos los edificios alrededor.

Caminaba autoritario y seguro, exudando una autoridad que hacía que los demás, no quisieran pararle o preguntarle.

Subió hasta la planta de recursos humanos y manipulo las fichas de los empleados masculinos hasta encontrar al que buscaba.

Con leer su ficha, se aprendió la dirección, por lo que suplente desando lo andado y manejo de nuevo su auto hasta el lugar.

Un barrio de burgueses, sin demasiada vida callejera. No le preocupaba esconderse, la gente solía olvidar el verle caminar entre ellos.

Cuando pateo la puerta de atrás, un grito masculino, entre iracundo y enfadado salió del interior, pero no termino de producirse pues el sujetaba en alto al hombre cogiéndole por el cuello.

*-Te has sentido muy hombre dándole esa paliza?

El humano, pataleaba mientras intentaba decir algo que le explicara al otro hombre.

*-Te ha gustado ver como se desangraba hasta morir? Has sido muy hombre verdad?

El humano, sollozaba al tiempo que intentaba hablar, moviendo las piernas en un intento de llegar al suelo, mientras con sus manos intentaba arañarle, o soltar el agarre de su mano. Así que le complació. Abrió su mano y el humano cayó al suelo como un fardo de carne. Boqueo unos instantes para recuperar el aire, al tiempo que se aliviaba la tensión del cuello con una de las manos. Con la otra buscaba algo a lo que agarrarse y cuando encontró el atizador de la chimenea, no dudo en agredir al intruso con el, ya que parecía que no iba a poder salvarse. Sabía lo que había pasado en el apartamento de Nirak.

El golpe impacto en el antebrazo de su atacante, sonando ha roto, quías le diera tiempo de escapar mientras el se aliviaba el dolor. Pero el otro ni se inmuto, realmente lo que paso hizo que se orinara encima. La frente del extraño pareció cambiar, al tiempo que lo hacían sus ojos, convirtiéndose en un fuego rojo, y le vio claramente crecer un par de colmillos, por lo que supo que no iba a vivir.

Salió corriendo de la casa, gritaba al tiempo que corría, miraba para atrás, huyendo enloquecido, sin ser consciente de lo que estaba haciendo realmente, simplemente corría huyendo del horror por lo que no se dio cuenta cuando el camión de 18 ejes le pasó por encima.


Orlok lo observo todo desde la acera de enfrente. Por supuesto no lamentaba que una sabandija como esa hubiera muerto, pero si que lo hubiera hecho así, quería haberlo torturado un poco y desmembrarlo con sus propias manos.

Aunque quizás había sido mejor así, matar por satisfacción personal le acercaba un paso más a la transformación de Carpatiano en Vampiro.

Iría a casa a cambiarse de ropa y después a recoger a su esposa.

Se sentía revitalizada, debía de haber dormido dos días enteros, aunque no recordaba haberse acostado.

De pronto todo se la vino a la cabeza y recordó.

AMANTES EN EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora