Esa noche al dejarla en casa, la dijo que la daría un tiempo para que pudiera asimilar lo que él la había contado.
Se metió en la cama, en su propia casa, sintiéndose extraña, pero en ningún momento enferma.
Las imágenes iban surgiendo en su cabeza de forma ordenada y tranquila, paulatinas, poco a poco. Suponía que él había previsto que fuera así, para no abrumarla.
Sabía que esos recuerdos eran reales, pero no podía asumir que ella era aquella adolescente enamorada de hacia tantos años, como tampoco la joven crédula de después.
Ciertamente había diferencias entre los vampiros y los Capartianos, pero su miedo no la dejaba ver muchas diferencias, aunque si tenía algo claro, unos mataban y los otros no.
Y el hombre que había llegado a adorar, era un Carpariano.
Estaba paralizada, incapaz de decidir qué hacer y con algo de miedo, pero una cosa tenía claro el necesitaba su sangre y no tenía demasiado tiempo si no quería degenerar, pero no la había metido prisa, o no la había suplicado nada.
Así que esa noche ella fue a su apartamento voluntariamente, tenía varias preguntas que hacerle.
El la esperaba a la salida del ascensor, tenía el rostro ceñudo, pero ninguna otra señal de que estuviera nervioso o preocupado.
La invito a pasar haciendo un movimiento de barrido con la mano.
Ella se sentó en uno de los butacones individuales para evitar que se la acercara.
*-Entonces tenemos que ser pareja?
*-Somos una pareja hecha para estar juntos, pero no te obligare.
*-Has de entender que no puedo admitir así de fácil que tú seas...lo que eres. Se supone que no existe algo como tú a no ser en la imaginación de las personas.
*-Querida, todos los monstruos que dais vida en el cine, existen, y si los conocéis es porque alguien en algún momento conoció parte de una realidad.
Ella le miro asustada.
*- Los Carpatianos, los vampiros, los garou, los hombres lobo, hadas, elfos enanos y casi cualquier cosa que pienses, solo que no coexisten en el mismo plano que los humanos constantemente. Los humanos son la raza mas aterradora que existe, pero lastimosamente todos nosotros, os necesitamos para existir.
*-Necesitas mi sangre para seguir vivo.
*-No quiero tu sangre. Te quiero a ti.
Ella no pudo evitarlo, y se puso rígida, haciendo que él se enfadara, soltando un suspiro al tiempo que se pasaba las manos por el cabello.
*-La segunda vez que estuvimos juntos, me engañaste, porque no ahora?
*-No quise hacerlo para siempre, pensé que con el tiempo podría decírtelo y tu admitirlo, pero sé que me equivoque y en parte siempre he pensado que por eso me fuiste arrebatada.
*-Quiero darte mi sangre, no quiero que tengas que morir.
El la miraba esperando algo más.
*-Y...?
*-Por ahora nada más. Nos mantendremos como hasta ahora, pero...
*-Si?
*-No quiero ser como tú.
Ella vio como cerraba sus ojos, como si hubiera recibido un golpe en el estómago.
Volvió al ascensor y se marchó a casa.
El no podía admitir sus palabras, pero se había prometido que nunca más la obligaría o mentiría, ni siquiera por omisión.
Los objetos a su alrededor comenzaron a estallar y volatizarse en pequeñas piezas, estaba herido, mas herido que cuando le habían apuñalado el pecho.
*-¡¡Arggg¡¡¡
Su grito reventó todo el apartamento, incluidas las vidrieras que le aislaban del exterior, que debida a su fabricación no callo en pedacitos sobre la acera muchos metros abajo.
ESTÁS LEYENDO
AMANTES EN EL TIEMPO
RomanceEl amor creado en el cielo, es capaz de atravesar mares de tiempo, para volver al tiempo en que no debió romperse.