Parte 8

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Ese hombre era demasiado bueno, demasiado importante para haber entrado en su vida, así porque si, Estaba convencida de que quería algo de ella y aunque eso la asustaba, no sabia si estaba dispuesta a dejarlo pasar.

Ese tipo de hombres tan perfectos, solo existían en las películas, asi que siendo bien pensada se trataría de un heredero rebelde el cual estaba en una fase o un delincuente de altos vuelos. Pero si le preguntaba, lo mas lógico es que la mintiera, la abandonara o la asesinara.

Pero se sentía tan bien cuando estaba con el.

Esa noche, tras dejar a su amiga en un taxi que la llevara a su casa, ella le acompaño hasta el aparcamiento lateral del local.

El coche era de alta gama, negro de cristales tintados, pero no tan ostentoso que llamara la atención.

Los asientos tenían calefacción y se agradecía, era como estar abrazada por alguien,

¿Estaba loca? ¿Cómo se la había ocurrido subir a un coche, con un desconocido? Quizás debería buscar alguna excusa para salir corriendo de allí en el primer semáforo que pararan.

Salto cuando el ruido de los seguros salto. No pudo evitar girarse para mirarlos, estaban abiertos.

*-Creo que te estas preguntando si estarás segura conmigo.

Ella le miro con esos ojos azules tan especiales y únicos para él.

*-No te voy a engañar, soy más de lo que puedo parecer, puedo ser peligroso si alguien me amenaza a mi o a los míos, tengo influencias, dinero, puesto y poder, pero te aseguro que conmigo serás la persona más segura del mundo y que YO jamás te hare daño, antes me arrancaría los colmillos.

Ella le miro un tanto extrañada por esa referencia, pero no sabía porque, sus palabras la habían tranquilizado, haciéndola volver a sentarse tranquila en el sillón del auto.

Entraron directamente en el parking de un hotel de 5 estrellas, famoso por su calidad, así que no reservaban habitaciones por horas, pero era lógico que con aquel hombre se hicieran excepciones.

Bajaron del auto y entraron directamente en el ascensor, al cerrarse las puertas, el metió una tarjeta en lo alto del tablero de pisos del ascensor, haciendo que sonara una campanita y los números que indicaban el piso por el que iban, desapareció de la parte de arriba de la puerta.

Estaba claro que iban a una planta privada.

Cuando la puerta se abrió, lo hizo directamente a un lugar privado, mas parecía un apartamento que la habitación de un hotel.

El levanto un teléfono y ordeno algo a la persona que estaba al otro lado, pero apenas pudo captar lo que decía, estaba totalmente colapsada.

Se acercó sin darse cuenta a la cristalera que la aislaba del exterior, que estaba tan limpia que podría no existir, por lo que no pudo evitar poner un dedo en el centro, justo a la altura de su cuello.

Se acercó sin darse cuenta a la cristalera que la aislaba del exterior, que estaba tan limpia que podría no existir, por lo que no pudo evitar poner un dedo en el centro, justo a la altura de su cuello

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Cuando sintió las manos masculinas en su cintura, deslizándose hacia delante para abrazarla por detrás, no pudo evitar ponerse rígida, aunque la pose en si, la resultara cómoda y familiar.

*-No soy así, creo que debería irme.

Sintió como cogía aire profundamente por la nariz para dejarlo escapar por la boca.

*-Tranquilízate Nini, no voy a comerte, aunque lo esté deseando...

El apoyo la frente sobre su hombro como si estuviera descargando sobre ella todo el peso de sus hombros. Así que ella comenzó a acariciarle las manos dándole consuelo, Las tenía frías.

Sintió más que vio, como alguien, desde el ascensor metía un carrito con bebidas y comidas para volver a salir del lugar sin decir nada.

De algún lugar, salió una melodía suave pero nítida.

Al cabo de unos instantes, ella comenzó a balancearse al ritmo, por lo que él se separó y la dio la vuelta, Se pegó tanto a ella que no podrían haberlos separado ni con un bisturí y comenzó a moverse contra ella bailando despacio, haciéndola el amor con cada movimiento.

Así que cuando sintió sus besos sobre el cuello no la extraño. Cada uno de ellos hacia que su temperatura corporal subiera un grado. Le notaba sonreír cuando ella contenía el aliento.

La poseyó la boca, besándola con tal pasión que la pillo desprevenida. Eso era nuevo para ella, no es que nunca la hubieran besuqueado, por descontado no era virgen, pero esa entrega tenia algo que la hacia flaquear y querer decirle si a todo.

Así que cuando la levanto el suéter y se lo saco por la cabeza, no lo detuvo,

El la observaba como si fuera algo divino, que quería idolatrar.

*-Sé que voy muy rápido, pero llevo tanto tiempo esperándote que creo que podría volverme loco, así que esta es tu ultima oportunidad de irte.

Ella le veía respirar y era cierto que parecía un animal contenido para no saltar sobre su victima, pero eso mismo era lo que la atraía el era.....

Así que negó con la cabeza, dándole el permiso que la estaba pidiendo. Avanzo hacia ella, la cargo en brazos y fue con ella hasta el dormitorio, para dejarla en el centro de la cama, desde los pies de la misma.

Tumbada con el casi encima, la besaba el rostro, el cuello, el pecho. No sabia cuando la había quitado el sostén, pero sentirlo pasar sus manos sobre sus pezones sin llegar a tocarlos realmente, los hizo reaccionar. Siguió vagando sobre su piel, con los labios, al tiempo que besaba, a veces mordía, y toda su piel se erizaba, la desabrocho el botón del pantalón y despacio tiro de el, desapareciendo momentáneamente para quitarla los zapatos y deshacerse de sus medias, solo quedaba una diminuta tanta entre ellos Así que él se incorporó para deshacerse de su ropa, pero lo hizo raudo y con movimientos bruscos, en contra posición de lo cuidadoso que había sido con ella.

De la misma forma que había bajado besándome, comenzó a subir, acariciándome con sus manos antes que con sus labios, y cuando llego a mi sexo, su aliento pareció quemarlo, mil escalofríos me alcanzaron todas las extremidades nerviosas de mi piel, una de sus manos exploraba por delante de sus labios, pero la otra se quedó jugando con mi humedad, haciendo que mis caderas se movieran independientes, mientras mis senos salían al encuentro de su boca.

No pudo por menos que atraerle hacia mí, haciéndole perder el equilibrio, para mirarle profundamente a los ojos, que parecían dos carbones encendidos.

*-Por favor...

El cerro los ojos, podría decir que sentí como toda la piel de su cuerpo se movió en respuesta a mi petición.

Cuando subió la mano para agarrarme por la muñeca, mi tanga iba enganchado entre sus dedos,

Le sentí entrar tan despacio en mí que estuve a punto de volverme loca de placer, pero cuando por fin estuvo alojado totalmente en mi interior, no parecía dispuesto a moverse. Intente moverme usando mis codos contra la cama, pero el intensifico la fuerza con la que me sujetaba contra el colchón.

*-No lo hagas o no podre darte todo lo que te mereces...

Así me confirmo que estaba al límite de su contención, por lo que decidí ayudarle a no hacerlo, moviendo suavemente las caderas, por supuesto, no tardó mucho en gemir, como si le estuvieran torturando y comenzar un ritmo infernal que nos mantuvo despiertos toda la noche.

AMANTES EN EL TIEMPODonde viven las historias. Descúbrelo ahora