ERA TARDE, y Kyle no podía conciliar el sueño. Mañana tenía que levantarse temprano, por la escuela, pero su cabeza seguía dando vueltas.
No podía concentrarse en nada, era inútil. No dejaba de pensar en Katherine. En qué será de ella. ¿estará en peligro? ¿está con alguien en estos momentos? ¿dónde está?
Esas preguntas seguían carcomiendo su mente y sus pensamientos. Una hora antes, cuando volvió de su encuentro con Rory, notó que sus padres no estaban. Probablemente habían ido a otra de sus prestigiosas cenas, en algún hotel de cinco estrellas y se encontraban cenando mientras tomaban vino. Sus vidas habían seguido. La vida de todos seguía su rumbo, excepto la de él. Pareciera como si todos pudiesen avanzar sin problemas, excepto él.
Su móvil sonó. Por quinta vez consecutiva. Las llevaba contadas. No lo miró, al igual que las otras veces, dejó que terminara de sonar. No tenía ganas de hablar con nadie.
Mientras escuchaba atentamente el ruido de las gotas de lluvia caer afuera. Su móvil sonó nuevamente, pero esta vez con una notificación de mensaje. No se atrevió a mirarlo.
La casa estaba en silencio. Él se alegró por eso. Usualmente solía ser así. Su casa era demasiado grande, demasiado vacía. Los únicos sonidos que se lograban escuchar eran tal vez los de los sirvientes haciendo su trabajo. Corriendo de una esquina a otra para tener todo perfecto para sus jefes.
Su teléfono volvió a sonar sobre el escritorio. Con un gemido, lo agarró y rodó sobre su espalda, para acostarse en su cama. Era Madi. Cinco mensajes perdidos y cinco llamadas no contestadas.
Madi (1): Soy un desastre Kyle. Mis padres volvieron a hacerlo. ¿cómo estás?
¿Cómo estaba? Sintió un dolor tirando de él en su pecho.
Madi (2): Estoy tan asustada. ¿dónde estás? ¿podemos hablar?
Madi (3): No he dormido. Tengo muchas cosas en mi cabeza.
Él se tragó el nudo que tenía en la garganta. Él entendió. Realmente lo hizo. Asustado, sin dormir. No podía pensar en nada más. Pero Madi no era a quién quería ver. No era con quién quería hablar en estos momentos. Y, además, ella nunca quiso tener una conversación de verdad. Siempre era la misma dinámica, ella habla, él escucha. Eso era lo que pasaba siempre que Madi decía ¿podemos hablar?
Eso y... otras cosas.
Su relación con ella era bastante complicada, por decir lo menos. Se conocían desde pequeños, no tan jóvenes como con Kathe pero si eran mucho más jóvenes que ahora.
Hubo un momento en que creyó estar enamorado de ella. Pero luego, pasó el tiempo y su relación no iba más allá de lo físico. Ella intentaba darle celos con otras personas, pero a él nunca le importó realmente. Es por esto que siempre supo que no veía a Madi más allá de una amistad con derechos o intimidad compartida.
Pero las veces en que se había sentido más sólo, ella solía estar allí con él. No eran todas las veces, ya que ella también tenía problemas. Sus padres peleaban constantemente, no se llevaba muy bien con su hermana mayor y la verdad nunca recibió cariño ni preocupación por parte de ellos. También se sentía sola, como él.
Tal vez es por esto que se unieron.
Madi (4): ¿¡Hola!? por favor respóndeme
Madi (5): Simplemente no quiero estar sola...
Suspiró sin dejar de ver el móvil, sus dedos no se atrevían a escribir una respuesta. Pasaron algunos minutos hasta que recibió otro mensaje de ella.
Madi (6): Estoy afuera. Ábreme.
Kyle casi se cae de la cama al intentar pararse. Lo hizo tan rápido que cuando estuvo de pie sintió un ligero mareo, aunque fue por unos segundos. Bajó las escaleras principales rápido hasta llegar al piso de abajo. Caminó directamente hacía el área de servicio, que es por donde él salía y entraba cuando le daba la gana. Allí se encontraba Madi. Empapada de pies a cabeza, su cabello de color rubio cobrizo, estaba más oscuro de lo normal y de las puntas caían algunas gotas de agua. Estaba temblando.
─¡Mierda, Madi!─Siseó, abriendo la puerta, al mismo tiempo en que cogía una toalla de servicio y la envolvía en ella.
─¿Estás loca? Está lloviendo allá afuera, podrías haber agarrado algún resfriado.
─No me importa.─Dijo, castañeando los dientes y sosteniendo la toalla blanca de gran tamaño que había cogido para ella.─No contestabas tu teléfono.
─Sí, lo sé. No tenía ganas de hablar. ¿qué deseas?
Trató de no sonar tan hostil, pero falló en el intento. Ella lo miró con ojos heridos, mientras trataba de calentarse ella misma, colocando ambos brazos alrededor de su cuerpo.
─Sólo... quería verte.
Así era como Madi hacía todo lo que hacía. Con fuerza. Cuando ella quería algo, lo conseguía, al instante, sin importarle nada, ante cualquier costo.
En otras circunstancias habría estado emocionado de verla entrar así para estar un rato con él.
Pero últimamente había sido todo diferente.
Además de que el sólo hecho de verla y estar con ella generaba un profundo enojo (aunque disimulado, pero no lo suficiente para que Kyle no lo notara) de su buen amigo Scotty.
Scott sentía cosas por Madi desde hacía tiempo, pero ella nunca demostró nada para hacerle creer que podría devolverle sus sentimientos. Usualmente se turnaba, con ambos.
En lo que respecta a Scott, Madison era la perfección y él haría cualquier cosa por ella.
─Sólo... necesito olvidarme de todo Kyle, por unos momentos. Por favor.
Era demasiado para él. Tenerla tan cerca.
Y luego ella lo alcanzó, su suave boca presionada contra la de él. Sus brazos automáticamente rodearon su cintura. Habían compartido tantos besos secretos, donde nadie sabía que estaban juntos. Fue como antes. Fue tan familiar y seguro.
Pero de un momento a otro... no lo sintió más. Su beso, ya no era como antes. Nada lo era. Por lo que se mantuvo rígido algunos segundos hasta que se separó de ella abruptamente, colocando ambas manos en sus antebrazos, para detenerla suavemente.
─¿Qué pasa? ¿Por qu-
─Sólo... no puedo Mads, lo siento.
Ambos se quedaron en completo silencio, solo el sonido de las gotas de lluvia resonando en el piso fuertemente a solo unos metros de ellos. Hasta que Madi volvió a hablar.
─Sí, claro, no te preocupes. Es mejor que yo me vaya, necesito...
─¿No quieres quedarte? la habitación de invitados está limpia y desocupada, es tarde y no quiero que te devuelvas sola, menos ahora que está lloviendo y no parece que se detendrá pronto.
─Claro, eso estaría bien.
Y claro que estarían bien. Antes de todo estaba su amistad. Ella siempre fue su amiga y compañera. Tal vez no había sentimientos románticos de por medio de su parte, estaba seguro, pero su amistad siempre perduraría en el tiempo. Pase lo que pase.

ESTÁS LEYENDO
A good guide for amateur detectives
Mystère / ThrillerAurora Davis, una chica de diecisiete años, amante de los misterios y de los crímenes sin resolver, decide que para su proyecto de final de año investigará la desaparición de una chica de su pueblo ocurrida seis meses antes. Según la policía y la m...