Lizzie es repostera, le encantan las orquídeas moradas y tiene un raro gusto por las terrazas. Estuvo en una relación tóxica por casi cuatro años, le toca intentar tener sexo casual.
Él tiene dos trabajos, su padre es dueño de una empresa millonaria...
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—No, no, ¿qué pasó anoche? —susurro para evitar despertar al chico a mi lado. Mi mirada solo tiene acceso a su moldeada espalda llena de pequeñas pecas y a sus brazos abrazando la almohada con fuerza.
Miro a mi alrededor y todo es desconocido, definitivamente no es mi cuarto de hotel, me quito la sábana con cuidado y comienzo a recolectar mi ropa tirada cerca de la puerta, apenas toco la tela y la suelto por impulso, está mojada.
Un celular timbra y sé que no es el mío, el chico desconocido se queja un poco y gira haciendo que nuestras miradas se encuentren.
—Lizzie, ¿estás bien?
2 semanas antes
—Tierra llamando a Lizzie. —Abro los ojos de golpe y parpadeo unas cuantas veces para poder reaccionar por completo—. ¿Estás bien?
—Sí, no dormí mucho anoche, ¿el profesor se dio cuenta? —Miro alrededor y el aula está completamente vacía a excepción de mi mejor amiga Sadie quien está guardando mis cosas.
—Kingsley se da cuenta de todo, pero ten por seguro que lo pasó por alto. Hoy solo puso una presentación para recordarnos que estamos en las peores semanas del semestre, pero es el último así que sí podemos —dice intentando animarse a sí misma.
—Ni me lo digas, anoche estuve toda la noche despierta estudiando francés, je veux mourir.
—Yo también, lo de morir. No estudié nada, digamos que... elegí ser feliz. —Ruedo los ojos y salimos del salón.
Entre una multitud de estudiantes logro localizar a Owen, mi novio. Nos encontramos en el estacionamiento, él empezará sus clases mientras que yo voy de salida, cuando me acerco me da un beso en la mejilla y uno a Sadie.
—¿Saldrás hasta tarde?
—Creo, pero si tengo tiempo me pasaré a su departamento, sabes cómo son estas semanas.
—Oh, Lizzie sabe muy bien cómo son estas semanas, la baba en su mesilla lo sabe también. —Le doy un pequeño golpe en el hombro y reímos.
—Aunque me gustaría saber cuál fue la clase que te aburrió a ese punto, tengo que irme o se me hará tarde.
—No te detendremos más. —Me da un beso rápido en los labios y se despide de Sadie moviendo la mano mientras comienza a caminar.
