🧁 Capítulo 24: El regalo

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Una chica que ni siquiera conozco, rubia, ojos grandes, risa escandalosa y voz chillona se acerca para desearme un feliz cumpleaños y no para de seguirme hasta que decido platicar un poco con ella sentados en el sofá.

Ya no tengo tanto aguante después de haber tenido tantas fiestas en mi vida, los veintitrés se están comenzando a notar aunque sigo tan bien como siempre.

Veo a Lizzie y no puedo dejar de pensar en el momento que tuvo con su ex en la cafetería, la ignoro tanto como puedo como Zack aconsejó e intento sacarla de mi cabeza, pero no lo logro, ella es extraordinaria.

«Pero no puedes sentir esto». ¿Cómo explico que sentí celos de verla con el idiota que le hizo tanto daño cuando se supone que esto es solo casual?

La rubia me saca de mis pensamientos sentándose en mis piernas en un movimiento rápido, se acerca a besar mi cuello y cierro los ojos intentando sacar a la castaña de mi mente.

No funciona.

Abro los ojos, miro al frente y veo a Lizzie, pero no puedo hacer nada, me quedo en blanco, la rubia me toma de la barbilla obligándome a mirarla y me besa.

Ocupo una distracción. Sigo el beso ignorando que su aliento apesta a frituras y me dejo llevar, mi mano recorre su espalda y termino tocando su trasero intentando olvidar el hecho de que Lizzie está frente a nosotros, igual no le importará.

Unos dolorosos segundos después me separo de la rubia y no veo a Lizzie por ningún lado, alejo a la chica con cuidado para levantarme del sofá, pero un sonido me distrae, todos están haciendo bulla.

La encuentro, Lizzie está besando a mi primo y lo tiene acorralado en la pared, aprieto la mandíbula y no me puedo contener, me dirijo hasta Hunter y lo jalo de la camisa, Lizzie abre los ojos por el repentino acto y alcanza a equilibrarse para no pegar sus labios en la pared, me observa sorprendida pero también un algo ¿molesta?

Hunter se remoja los labios y ríe, ruedo los ojos y lo suelto.

—Mal momento, primo. —Se acomoda la camisa con una estúpida sonrisa en el rostro y con las manos detrás se pierde entre las personas.

—Perdón por interrumpir tu beso. —Me dirijo a Lizzie, me cuesta pronunciarme—. Fue una confusión, pensé que eras alguien más.

Varios alrededor observan la situación, pero muchos otros están tan borrachos que no les interesa, me doy la vuelta para alejarme y escucho la voz de Lizzie.

+500 KILÓMETROS (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora