🧁 Capítulo 23: ¡Fiesta!

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Después de tomar el café con Owen y haber aceptado sus disculpas puedo decir que me siento en paz.

Abro la puerta de la casa de papá y me adentro en la cocina para preparar la comida favorita de mamá: lasaña.

Mi papá y mi hermano aún no llegan, pero sé que les encantará. Pongo un poco de música tranquila para poder relajarme y cocinar, saco todos los ingredientes y disfruto de mi actividad favorita.

Unos cuantos minutos después escucho que abren la puerta principal, los dos entran y Sam me ayuda a armar la mesa mientras papá sirve los refrescos, los tres nos sentamos a comer y platicar.

—¿Recuerdan cuando me atrapó con Owen en la sala? —pregunto divertida.

—Lo recuerdo muy bien, Lizzie. —Papá mueve la cabeza hacia los lados—. Mónica tuvo que sostenerme para no ir a golpearlo después de decirme que se estaban besando en mi sofá. —Reímos.

—Tengo un muy buen recuerdo... El cumpleaños de Lizzie, cuando fuimos a la feria.

—Por lo que yo recuerdo ese día fue un desastre. No nos querían dejar entrar, la rueda de la fortuna se frenó contigo y mamá arriba, y ella dijo que estabas muy asustado.

—Sí, pero cuando llegamos a casa todos nos reímos. —Esboza una sonrisa recordando otra cosa—. Estando arriba ella me calmó abrazándome y susurrando uno de los diálogos de mi película favorita, siempre hacía eso.

—Nunca nos lo contaste. —Papá pasa el brazo por encima de su hombro y lo acerca a él—. ¿Y tú, papá?

—Nuestra luna de miel es uno de mis recuerdos favoritos con ella, nos habíamos apuntado a un recorrido, todo estaba programado, pero había mucha gente y estaba algo aburrido así que su mamá y yo decidimos escaparnos. Un guardia nos estuvo buscando, nos perdimos por Hawai, pero el día fue perfecto porque estábamos juntos, disfrutando y riendo —su voz no se corta más, lo dice con tranquilidad y un poco de nostalgia... Estará bien.

Mi celular suena y en la pantalla veo que es Sadie.

—Hola, ¿cómo están?

—Estamos bien, acabamos de comer lasaña y veremos una película, ¿ya vienen?

—Amo la lasaña. —A pesar de que estamos en llamada puedo imaginarme sus gestos—. Nos quedaremos aquí hasta la tarde porque pedimos el día, ¿no quieres venir?

+500 KILÓMETROS (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora