Lizzie es repostera, le encantan las orquídeas moradas y tiene un raro gusto por las terrazas. Estuvo en una relación tóxica por casi cuatro años, le toca intentar tener sexo casual.
Él tiene dos trabajos, su padre es dueño de una empresa millonaria...
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Me dejo caer en el sofá, mis ojos se sienten tan pequeños y arden de tanto llorar, me pego un cojín a la cara para poder ahogar un grito.
Escucho la puerta de la habitación de Sadie abrirse, me mira con esos ojos marrones preocupados y de inmediato se da cuenta de que algo está mal. No tengo que decir ni una palabra, ya está a mi lado encerrándome entre sus brazos.
No sé si mis sollozos son porque realmente estoy triste o porque creí que nunca tendría el coraje para dejarlo.
Sadie me da una última palmada en la espalda y una vez que nos alejamos le doy un vistazo a lo que trae puesto: una falda rosa que combina con su labial y un top blanco.
Caigo en cuenta que me mencionó que saldría con Jonathan.
—¿Qué pasó? —pregunta con un tono de voz suave, no demanda respuestas, pero desea obtenerlas para darle paz a su mente.
—Terminé con Owen, Sadie.
—Guau, de verdad lo hiciste —sus ojos muestran su sorpresa—, te diría que lo lam...
No la dejo continuar—: No lo lamentes, yo no lo hago.
—¿Entonces por qué estás llorando? —Con su pulgar, limpia una lágrima que estaba a punto de secarse en mi mejilla.
—Es ... muy raro, todo fue muy intenso. Pero estaré bien, solo necesito creérmelo.
—Y también necesitas una salida así que ve a ponerte algo bonito —dice esbozando una sonrisa.
—¿A dónde vamos?
—¿Es un sí? Vaya, ni siquiera tuve que rogarte un poco. Me gusta que seas soltera. —Ruedo los ojos terminando de limpiarme las lágrimas y reímos—. Iremos a un bar con Jonathan, también estará Meredith y los demás, son como un grupo inseparable o algo así, qué raro tener más amigos, ¿no?
Comienzo a reír, y es que es algo gracioso para nosotras, siempre hemos sido nosotras dos y Owen.
—Sí, sigue maquillándote, veré qué encuentro en mi armario.
Entro al baño de mi habitación y me echo agua en la cara, limpio el maquillaje corrido para luego arreglarlo de una manera muy sutil. Me pongo una falda de cuero negro que acompaño con un top rojo, saco mis tacones preferidos y desordeno un poco mi cabello.
