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No está editado

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Era frustrante permanecer insegura de todo lo que había ocurrido recientemente. Harry no quería decirme nada, llevaba más en el hecho de que él solo estaba siguiendo órdenes. En términos de órdenes siguientes, yo no pude encontrar ninguna buena razón para persuadirle de que dejara de cumplirlas. Simplemente me irritaba. Quería saber –merecía saber—por qué me estaban buscando.

El amanecer comenzó a fijarse, el cielo se tornó casi púrpura y la luz a un impresionante color azul. El desierto seco permanecía fuera de las ventanas del camión, pero había casas pequeñas empezando a aparecer. La gente que vivía a las afueras de Brownsville, Texas, giraban sus cabezas para mirar a nuestro camión. Fuimos a través de meros funcionarios del gobierno que estaban a cargo de los inmigrantes en fuga.

Harry preguntó por un hombre llamado Davis, y se le concedió inmediatamente la entrada a los Estados Unidos, me había quedado dormida la mayor parte del viaje, incliné la cabeza hacia la ventana y sentí el ángulo extraño rápidamente afectando a mi cuello.

“Estamos casi en Brownsville, Texas” me informó Harry. Sabía eso, sin embargo. Decidí permanecer tranquila y no darle ninguna respuesta, él parecía completamente bien con eso. Lo más probable era que yo no había abierto la boca para molestarle.

Presioné mi dedo en la ventana, dibujando formas irregulares en el ligero y sucio cristal. El exterior estaba pintado con algunas manchas y gotas de pintura blanca. Solo las esquinas no eran tan impecables como el resto de la ventana. Que simplemente, me permitió ver fuera bien. Me interesé en la ventana.

Mi garganta estaba seca y yo tragué. En dos horas llegamos a la punta de Brownsville, llevaría otras seis horas para llegar a nuestro destino. El estado era tan grande, y las ciudades estaban tan separadas. Estaba un poco interesada en ver lo que el Estado tenía para enseñar. A pesar de que no se me concedería libertad, teniendo en cuenta que son personas en mi busca.

No me quedaría con Harry nunca más. Es de alguna manera aliviador. Él ha hecho éste viaje mucho más difícil para nosotros. Soy consciente de que no me gusta de ninguna manera, por supuesto sí en una manera amistosa. Pero no puedo evitar sentirme mal por ello, quiero que me vea como una amiga. Sin embargo, Harry parece el tipo de chico que no tiene amigos.

Hubo un par de baches en el camino, el camino por el desierto se convirtió en concreto. Se me aseguró que podría haber una mayor oportunidad de saber lo que pasaba con seguridad. Estaba hambrienta, sucia y sedienta. No quería sonar como una mocosa llorona, pero era difícil adaptarse a viajar sin cosas a las que estás acostumbrada.

Suspiré profundamente y dejé caer mi dedo desde la ventana. Me volví hacia Harry y lo vi en coche. Harry tenía la mano en el turno y el otro en la rueda, recostándose como de costumbre. Su rostro era frío y estólido, mostrando ninguna emoción. Estaba tan insensible. Me preguntaba cómo alguien puede ser tan frío sin un solo rastro de arrepentimiento o remordimiento.

“Deja de mirarme.” Dijo sin cuidado, su voz ronca ha cambiado, era más rasposa de lo habitual debido a la falta de agua.

“Lo siento,” me quejé, alejándome de él. Hubo un tinte de calor en mis mejillas porque me habían pillado mirándole.

Se quedó en silencio una vez más, poniendo fin a nuestra pequeña interacción allí. Ese hombre me irritaba hasta un punto horrible. Me sentía obligada a golpear su cara varias veces, y quería gritarle a darme algo con qué trabajar. Él seguía siendo misterioso y desconocido, incluso cuando él me ha mostrado constantemente que no juega ningún juego.

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