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El segundo día nos levantamos más tarde de lo habitual. Me desperté a las diez y me hice un poco de té, y sería lo suficientemente buena como para prepararle uno a Harry.

Después del incómodo incidente de ayer, me sentía como si hubiese cambiado algo entre nosotros. Pero, sinceramente, no quería saber lo que era. Por miedo a que causara más problemas.

Me miró brevemente y me dio las gracias por el té. Fui por mi lado del pasillo y me duché, mientras que él hacía lo mismo por su cuenta. 

A las 11:12 estábamos esparciendo páginas impresas de mapas y marcadores rojo, azul y verde nos rodeaban. Harry estaba sentado mirando fijamente la pantalla del ordenador, diciéndome qué mapa o qué ciudad o país marcar. 

Enumeramos los mapas. Teníamos como unos seis. Uno para cada una de las mafias que nos habían atacado. Nuestro objetivo era encontrar lo que tenían en común.

Al principio, cuando condujimos en Texas, la mafia era The Black Pool Confederacy. Venían de Estados Unidos; concretando, había informes del gobierno a los que Harry (gracias al programa de mi padre) había tenido acceso, y esta mafia tendía a asesinar con fines de lucro. Mataban por los que les pagaban. En otras palabras, eran todos asesinos a sueldo.

"Mapa cinco de la África meridional. Redondea Malawi." Me dijo Harry desde donde estaba con el ordenador. "Márcalo con rojo."

Insistí en mantenernos lo más organizados posible, y Harry estuvo de acuerdo, siempre y cuando no tuviera que hacerse cargo de la mayor parte de la organización. Conmigo sin perder la vista de las cosas, coloreaba todo lo que me decía.

El rojo era para los que habían trabajado con mi padre, azul para los que tenían más en común y verde para los que eran más irrelevantes.

"¿Cuándo nos encontramos con Malawi? Le pregunté mientras buscaba el marcador rojo.

"Los hombres a los que escuchamos hablando de ti eran de Malawi. Cuando nos escondimos detrás de la colina. Están un poco más atrás." Informó, por su tono deducía que estaba más centrado en la pantalla que en lo que decía. Cuando marqué Malawi en rojo, Harry añadió. "Marca el mapa tres de Inglaterra en azul. Busca Doncaster."

Asentí con la cabeza una vez más y busqué el azul, rodeando el mapa de Doncaster, Inglaterra.

"¿Quiénes son esos tipos?"

"La mafia que estuvo detrás nuestra en la tienda de concesiones hasta el motel. Marca el mapa dos de Rusia. Ciudad: Moscú." Dijo Harry rápidamente. "Ellos fueron los que dispararon la bala que casi mató a tu padre en Italia."

"¿Qué color?"

"Eso estoy tratando de averiguar. De momento rodea el mapa uno de Western Costera de Estados Unidos, California, en rojo. Los Ángeles."

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Días más tarde estaba en el sótano con Harry, disparando objetivos blancos con mis mejores habilidades. Si había algo en lo que era buena era disparando a ciertas distancias. Sin embargo no era tan buena como Harry. Probablemente nunca lo sería.

Harry sostenía el arma con gran soltura, como si siempre la usara y estuviese acostumbrado a la sensación de tenerla en las manos. Frunció el ceño en dirección al blanco, de pie en un ángulo determinado y elevando sólo un brazo para disparar. Cada vez que se giraba a cualquier lado --derecha o izquierda-- daba en el blanco.

Era fascinante de ver. Los músculos de su bíceps se flexionaban cada vez que levantaba el brazo, tenía la mandíbula definida apretada como siempre que estaba concentrado. Sus pálidos ojos verdes enfocados en el objetivo.

Dust Bones [ES] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora