Las puntas de mis dedos rozaron la tela lisa y elástica de mis pantalones cortos de spándex negro. Me quedé allí mientras que los rayos del sol calientes caían sobre mi piel. Harry no creía que deberíamos perder el tiempo y "establecernos". Prefirió empezar a trabajar lo antes posible. Pensé que tenía razón. Cuanto más rápido hiciéramos esto menos tiempo tendríamos que pasar juntos.
Harry se dirigía hacia donde estaba, el patio trasero. La hierba era gruesa y escasa. Era mejor así, teniendo en cuenta que podría caerme un par de veces. Aspiré profundamente viéndolo soltar materiales al suelo a poca distancia de donde estábamos. Harry llevaba una camiseta negra, dejando ver los tatuajes. La tinta llegaba hasta el cuello, que también lo tenía tatuado. Llevaba pantalones azul marino cortos de baloncesto que se movían en sintonía con él y sus gráciles movimientos.
Le dio la vuelta a la gorra negra que tenía puesta, con la visera hacia atrás mientras que apretaba la mandíbula concentrado. Después de contar las cosas que había traído consigo, juntó las manos y las frotó lentamente mientras se giró hacia mí. Nuestros ojos se encontraron.
Me sentía intimidada bajo su mirada. La luz del sol parecía obligarnos a mirarnos. Levanté las cejas, cruzando los brazos sobre el pecho molesta.
"Pareces débil. Si de repente diera un paso hacia delante, te caerías de culo." Secamente juzgó mi postura.
Con el ceño fruncido sarcásticamente, desplegué los brazos y me estiracé un poco. Además de que me estaba insultando, tenía razón. Solía dejar que mi postura me delatara cuando me sentía incómoda y miserable.
"Mejor," murmuró. "Debemos estirar. No quiero forzar algo que no tienes."
Lo miré con disgusto, "¿Estás tratando de hacerte del gracioso?"
"Claro que no. No seas tan impulsiva ni tomes conclusiones," comentó con sarcasmo. No sabía qué problema tenía, pero decidí dejarlo ahí. "Haz lo que yo haga."
Harry llevó su brazo izquierdo detrás de su cuello, con su mano derecha en el codo. Hice lo mismo, mientras tanto no dejábamos de mirarnos. Mantuvo el brazo ahí durante unos diez segundos antes de cambiar de brazo. Se interpuso un brazo sobre el pecho, doblando la otra mano sobre él. Al igual que antes, copié sus movimientos, incluso cuando cambió de brazo.
No sentamos en la hierba. Me dolían varias zonas en las piernas. No estaba igual forma física que él, así que cualquiera se podría imaginar lo débil y patética que parecía en este momento con él. Suspiré y alcancé mi pie izquierdo, estirándolo lo mejor que podía e imitándolo lo mejor que podía.
Inmediatamente, decidió hacer la primera queja. "No estás haciendo ninguno bien."
"Bueno, me duele," le informé, frunciendo los labios mientras lo miraba desde mi posición. Se puso de pie y se acercó a mí. Dejé la posición en la que estaba sólo para que Harry me ordenara que me acostara. Harry se arrodilló a mi lado y cuando me tocó la pierna sentí que un estremecimiento recorría mi cuerpo y me enrojecí. Malditas mis hormonas, y malditas sean las cosas que su cuerpo podía provocarme.
Sin embargo pareció ajeno a mi reacción. Y si se dio cuenta no le dio mucha importancia. Entreabrí los labios cuando me levantó la pierna y presionó, poco a poco hasta que pude sentirla que me dolía. Sus dos manos sujetaban mi pierna. Esperé a que terminara de contar. Dejó mi pierna caer e hizo lo mismo con la otra, con los ojos fijos en mi cara todo el rato.
"Ahí," suspiró. "Al menos eso cuenta como estiramiento por hoy."
"Lo siento. No soy tan atlética ni machista como tú," escupí, sin importarme cómo reaccionaría.
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Dust Bones [ES] ✓
FanfictionTrabajando para una mafia líder en el mundo, Harry sabe cómo matar, cómo cazar a sus víctimas, y cómo evitar compañía de cualquier tipo. Está acostumbrado a un ambiente solitario, tranquilo, y duro. Es el mejor en lo que hace. Y todo lo que hace se...