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La primera noche había finalizado, y ahora comenzaba la segunda.

Cancer salió de su habitación atento a sus alrededores. Desde que se había enterado que pertenecía a la última de las zonas, sus nervios habían aumentado de manera descontrolada.

La última zona, la más peligrosa. La "Zona Ying y Yang", donde habitaban los Demonios y Ángeles. Ésta había sido creada específicamente por los padres de Géminis, quienes eran los directores, con el fin de terminar aquella inútil rivalidad entre estos dos seres opuestos.

A pesar de comprender la situación a la que se referían los directores, el miedo abundaba dentro del cangrejo. No conocía bien a sus compañeros demoníacos, y no tenía idea de lo que podrían llegar a hacerle. Y para añadir, estaba completamente solo, pues cada categoría dormía en su zona.

Sacó la cabeza afuera del cuarto, y echó un rápido vistazo por los alrededores. Al no ver movimientos bruscos, decidió salir. Debía reunirse con sus compañeros para intentar minimizar la inquietud en él.

Caminó de puntillas de pie, intentando no hacer ruido. Sin embargo, como si se tratase de una vieja película de terror, logró todo lo opuesto. No notó que habían limpiado recientemente el suelo, y como era muy despistado y torpe, terminó cayendo de rodillas.

La puerta justo enfrente suyo se abrió, y pudo verle los pies a aquél ser. Llevaba medias negras que combinaban con su pantalón.

— ¿Qué haces frente a mi puerta?— preguntó Géminis mirándolo fijamente, con dureza.

— Me tropecé, nada más— relamió sus labios con nerviosismo el ángel.

— Bien, como tú digas— suspiró el demonio, y luego de cerrar la puerta detrás de él, pasó sin tocar al chico aún en el suelo.

Cancer pensó, una vez más, lo egoístas y pretenciosos que podían ser los de clase alta, pero tampoco podía hablar mucho, él también era uno de ellos y no importaba que sintiera lo opuesto, no quitaba el hecho de que lo era.

Se levantó a duras penas, y salió lo más rápido de allí.

Leo y Escorpio ya estaban juntos, esperándolo en el cuarto del ser invisible. Se preguntaban por qué su compañero tardaba tanto en aparecer.

— Yo digo que se lo devoraron los demonios— aseguró Escorpio soltando una risa.

— No es gracioso Escor, en verdad pudo haberle pasado algo malo— bajó la cabeza el león.

— Acuario tuvo de guía a uno de ellos, podríamos preguntarle luego qué tal es— sugirió el escorpión, a lo que Leo asintió.

Oyeron tres toques en la puerta, así que el ser invisible se acercó para abrir. Inmediatamente se aliviaron al ver al cangrejo sano y salvo llegar.

— Pensé que ya eras parte del pasado— volvió a reír Escorpio.

— Basta— se quejó Leo—. Y bien Cancer, ¿qué tal tu primera noche ahí?

— Fue horrible, espantosa— aseguró haciendo muecas—. Me vinieron a tocar la puerta miles de veces, y se aseguraron de hacer mucho ruido para que no pudiera dormir bien.

— No parecen ser muy buenos— opinó Escorpio.

— Y eso no es lo peor. Me crucé con uno cuando salí del cuarto— contó con inquietud.

— ¿Y qué tal fue? ¿Era tan malo como todos?— preguntó Leo.

— ¡Casi muero! Tenía esa mirada característica de los demonios, y su aura era tan oscura y tenebrosa— comentó fingiendo temblar—. Ya me dieron escalofríos.

Magical School of the Night ━ ( Zodiac ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora