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Tienes que ser perfecta.

Esas palabras deambulaban en la cabeza de Capricornio. Chocaban contra las paredes de sus recuerdos, todos aquellos malos y que amenazaban con terminar con su poca estabilidad emocional.

Eres una sirena, debes honrar a los de tu categoría. Tienes belleza, talento, un buen apellido. No te falta nada.

Le faltaba amor. Fue un ser marino que se acostumbró a la soledad. A cantarle únicamente a los corales, y a dormirse sin que nadie le diese un beso de buenas noches.

Sin tu belleza, no eres nada. Estás sola.

Y cuánta razón tenía su madre.

La chica se despertó de golpe. Sentía el sudor bajar por su frente, y su respiración estaba agitada. Sus manos temblaban por aquellos traumáticos recuerdos de su infancia, los cuales habían vuelto a aparecer.

No era de extrañarse, un trauma tan grande como ese no se olvidaba en poco tiempo.

Se levantó de su cama, y se dirigió al baño para cambiarse. Allí se encontraba su uniforme perfectamente planchado, esperándola. Luego, procedió a lavarse la cara, arreglarse el cabello, y cuando estuvo lista, salió rumbo a su salón de clase.

Ignoró las miradas que recorrían su cuerpo y se detenían en su rostro por parte de los demás alumnos. No tenía ganas de quedarse a oír como criticaban cada minúsculo rasgo de ella.

Finalmente llegó a su destino. Se sentó en su asiento como de costumbre, y tocó el hombro de su amiga cercana a ella.

— Buenas noches. ¿Qué tal estás?

— Buenas, Capri. Normal, como siempre— respondió sin levantar la mirada de su libro—. ¿Y tú? ¿Estás bien? Desde hace días tengo el presentimiento de que algo anda mal contigo.

Capricornio podía hacerlo. Sólo debía responder un simple "no" y desahogarse con su amiga, sabía que ella no le fallaría. Sus amigos jamás le fallaron.

Aun recuerda el día que los conoció.

— Sí, estoy perfectamente bien— respondió sonriendo tan naturalmente como de costumbre.

— De acuerdo, si tú lo dices— suspiró Tauro—. ¿Has visto a Géminis? Quería preguntarle cómo se encontraba respecto a Cancer.

— ¿Qué sucedió con él?

— ¿No te enteraste? Los demonios sugirieron hacer una fiesta de bienvenida para el ángel, aunque es más una reunión secreta, pero bueno. Géminis debe estar a punto de explotar. Sólo quería asegurarme de que estuviera bien— explicó la pelinegra tragando en seco.

— No es necesario que me expliques nada, sé que tu afinidad con él sobrepasa los límites de este mundo— rió levemente.

— Tampoco es eso, nos haces parecer un par de enamorados— hizo una mueca la bruja—. Jamás saldría con él, no podría. Es demasiado temperamental y necesita mucho cariño. Se hace el fuerte pero es débil por dentro.

— La realidad es que todos lo somos en el fondo, solo queremos aparentar para no salir lastimados— explicó Capricornio en voz baja.

La bruja miró fijamente a su amiga. Estaba más que segura que algo no andaba bien. Veía un aura negativa rodearla desde hace días, después de todo, era una bruja. Ella podía ver cada cambio de sentimientos en sus amigos.

— Estoy segura de que no estás bien, pero como dijiste estarlo, pensaré que no quieres hablar de eso ahora mismo— Tauro prosiguió leyendo su libro—. Cuando quieras hablar, llámame. Soy una histérica, y la mayoría del mundo me odia, pero no soy mala amiga.

Magical School of the Night ━ ( Zodiac ) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora