Cörazon Bipölar -Finalizada-

XXXIII "En proceso"

Dos meses, dos meses han pasado desde que Shikamaru sabe que será padre, y desde entonces, cada que está conmigo no para de preguntarme cosas como: ¿te sientes bien?, ¿se te antoja algo?, ¿estás cómoda durmiendo así?, ¿te traigo una cubeta?.
Y no digo que me moleste que me de mucha atención, si no que me va a acostumbrar a toda esa atención suya.

Con respecto a mis síntomas, sigo durmiendo con frecuencia, pero ahora mi sueño ya no es tan pesado como antes, mis nauseas han disminuido considerablemente, mis antojos han aumentado últimamente y, mi vientre ya es notorio.

Desde que lo notó con más facilidad, me da por verlo cada mañana frente al espejo, acariciarlo durante un par de minutos antes de alistarme para empezar mi día. Incluso aveces me parece sentirlo como se empieza a mover, pero en realidad no estoy muy segura de si sí se mueva, o sólo es mi mente la que me está jugando sucio.

Con respecto a mis hermanos, no les di la noticia por carta como lo tenia pensado, mejor espere a los tres días para salir de Konoha e ir a Suna ha contarles la situación; sin embargo, en está ocasión llegue mucho más rápido de lo que estoy acostumbrada a llegar.
Esto se debe a que, gracias a la colaboración entre las cinco naciones, se hicieron vías para tren que pasan por las aldeas, permitiendo una rápida ida y venida de los países lejanos. Todos esos temas me tocaron escucharlos y exponerlos en las reuniones en las que asistí.

Cuando me case, este proyecto ya estaba en construcción, y ahora, el proyecto todavía sigue en pruebas en algunas aldeas; asi que, también por eso no me quería ir en esa cosa enorme, me quería ir como siempre lo he hecho. Pero Shikamaru no me dejo, no sólo porque estoy embarazada, si no porque no podía acompañarme.

Llegue por la mañana, apenas empezaba a salir el sol, pero Kankuro ya estaba en la estación de la aldea esperándome con una media sonrisa en el rostro.
Ya estando con Gaara, lo primero que hicimos fue hablar del cómo estaban las cosas en ambas aldeas, el cómo me iba en mis misiones y el cómo está sobrellevando Kankuro el puesto que yo ocupe por algunos años.
Comimos, les ayude a ordenar un par de papeles que les faltaban y luego los tres nos sentamos a descansar un poco.

Ninguno de ellos se dio cuenta de que mi vientre estaba empezando a crecer, así que empecé a darles la noticia con el tema de que iba a dejar de realizar misiones por unos meses. Ellos se extrañaron ante tal cosa, pero luego Kankuro fue quien se dio la idea de que estaba embarazada.

– ¿Es... Lo que yo creo que es?

Fue lo que dijo mientras señalaba mi vientre con su dedo índice, yo coloque mi mano en este y a sentí en respuesta. Gaara tardo un poco más en procesar el asunto, pero lo entendió cuando Kankuro se arrodillo a un lado mío para tocar mi vientre.
Gaara sólo me abrazo ligeramente, y Kankuro se quedo donde estaba por un rato más.
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Me quede en Suna unos tres días, y luego regrese de la misma manera en que había ido.

A los pocos días, Shikamaru dio la noticia entre la gente más cercana para él, y luego se vio en la obligación de comentarlo con su clan. Y no me molesto que se los dijera, sino que ese día me entere que desde el día en que nos casamos, lo primero que le dijeron a Shikamaru, es que:  tuviera descendencia cuanto antes, que debía aprovechar mis buenos genes.

Ganas no me faltaron de ir hasta allá a gritarles hasta de lo que se iban a morir si me volvían a tratar como un conejo.
Ese día, hasta del coraje se me antojaron unos dangos, así que Shikamaru salio prácticamente corriendo de la casa para ir por ellos.

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Actualmente, mi vientre ya es mucho más notorio en mí, sin importar que lleve puesta ropa holgada, mi pequeña bola ya da a notar su presencia; por ello, Shikamaru se hace el tiempo para ayudar me con los deberes del hogar. Ya me es un poco más costoso agacharme para realizarlos bien, así que él se encarga incluso de lavar la ropa.