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No entiendo que sucede pero no parece ser la misma persona que me envolvía en abrazos cariñosos. Ahora parecía que trataba de correrme a toda costa, como si no me conociera.

-Pero... mamá....- me interrumpe tomando con brusquedad mis hombros y antes de que haga alguna otra cosa las grandes manos de mi padre sujetan sus brazos, obligándola a retroceder.

-Es suficiente, Gema- la arrastra al interior de la casa.

-¡Aarón!- grita desesperada -¡Por favor, tienen que irse!

-Espera aquí abajo, Emma- me ordena -Voy a llevar a tu madre a tomar su medicamento- asiento mientras me dedico a acomodar las maletas.

Saco las maletas de la camioneta y las acomodo formando un pequeño montón en el suelo de madera.

En cuanto termino me dedico a explorar la casa, había una gran chimenea de piedra con un marco de cuadros color marrón que hacen juego con el color de las paredes, hay algunas plantas de decoración, los muebles son algo viejos pero parecen resistir bastante bien y por último, mi atención se centra en fotos de nosotros enmarcadas arriba de los muebles.

Tomo una entre mis manos, papá la tomó cuando cumplí los siete años, fue de mi primera competencia, había terminado en el último lugar y él nos llevó a una cafetería para animarme.

Echo de menos esas épocas...

Dejo el cuadro en su lugar y tomo mi celular para llamar a Chris, si no le aviso que ya llegué es capaz de hackear la NASA y Google Maps para saber donde estoy y qué pasó conmigo.

Suena tres veces el tono pero inmediatamente una voz femenina interrumpe el sonido.

-él usuario que desea conectar está fuera de cobertura...- cuelgo rodando los ojos.

Maldita sea, ¿No hay señal en las casas?

Suelto un suspiro pesado y me ato el cabello en una coleta dejando que las puntas caigan por mi espalda y hombros.

Mi frustración es interrumpida por unos pasos que bajan las escaleras, dirijo mi vista hacia el pie de estas y puedo distinguir la figura de mi padre.

-¿Cómo está?- me acerco quedando frente a él.

-Está bien, ahora está durmiendo- se frota el cuello viéndome, apenado- Perdona, linda- se disculpa cruzando su mirada con la mía -Sé lo mucho que querías venir y su reacción fue...

-Lo sé- interrumpo -Ella no está bien y creo que haber venido fue una de las mejores cosas que pudimos haber hecho por ella- sonrío un poco -No está acostumbrada a vivir con personas así que su reacción fue normal.

Me dedica una sonrisa y acaricia mi mejilla con los nudillos.

-¿Qué hicimos para merecerte?

Suelto una risa baja.

-Anda, vamos a acomodar para dormir que mañana me toca entrenar.

-¿Vas a entrenar aquí?- pregunta sorprendido.

-Sabes bien que no puedo estar sin hacer nada. Además...- desvío la mirada jugando con mis manos -El coach me matará si subo mi tiempo.

Solo suelta una risa y me alborota el cabello.

-Está bien, ayúdame con esto- entre ambos logramos hacer una cama algo decente con cobijas y algunos cojines del sillón.

-Descansa, papá.

-Duerme bien, Emma.

Cierro los ojos dejándome arrastrar por Morfeo a mis sueños.

Unos gritos me sacan de mi burbuja, somnolienta y desorientada me coloco las sandalias que dejé junto a la cama y camino a la puerta. Debajo de esta se ve la luz encendida del pasillo.

Notas Sangrientas [Jason Voorhees]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora