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Desde que Jason se "declaró" las cosas han cambiado bastante.

He descubierto que, a pesar de su aspecto, disfruta mucho de los pequeños detalles.

No lo dice, de hecho no dice palabras pero me lo demuestra con acciones.

Sobre todo, le encanta cuando nos acurrucamos en el sofá.

-¡Emma!- Chris entra con varias flores de colores -Mira, encontré lo que me pediste, ¿Ya me devuelves mi celular?

Suelto una risa baja asintiendo, tomo el gran "ramo" entre mis manos y le devuelvo el aparato, el cual me arrebata dejándose caer al sillón.

-Gracias y buen trabajo.

-Buen trabajo...- refunfuña encendiendo su celular -Espero que no hayas perdido mi partida de LOL.

-Eres un friki- me mofo sentándome en la mesa, donde dejo las flores y saco las tijeras entre otras cosas que voy a necesitar.

-Y tú una ratoncita de biblioteca- responde sin despegar la mirada de su teléfono.

-Lo que digas- niego riendo.

-Por cierto... ¿Dónde está el enamorado?- hace gestos raros mientras juega.

-Está con mamá, ambos salieron a dar un paseo... creo.

-Se está follando a tu mamá- resopla -Lástima, ahora van a compartir más que lazos sanguíneos.

-¡Estás enfermo!- le arrojo una pequeña piedrita que encontré pegada a las flores.

Esta justo le da en la cabeza.

-¡Ah!- se distrae un momento y sonrío satisfecha al escuchar el diálogo del personaje cuando muere -¡Mierda, Emma!

-Te lo mereces- le saco la lengua comenzando a darle forma a las coronas que quiero hacer.

Suspira.

-Y... cuéntame- levanto la mirada de las flores poniéndola sobre el chico -¿Qué se siente salir con un asesino no muerto?

-Se siente... raro- me sincero -Nunca había salido antes con alguien y que él sea el primero pues...- me encojo de hombros -No lo sé.

La puerta se abre, dejando ver a mamá y a Jason entrando por esta.

-Cariño ya volvimos.

-Hola- comienzo a enredar las flores moradas primero -¿Qué tal les fue?

-¿Me trajeron algo?- Chris deja el teléfono a un lado para acercarse a ellos.

-No pero ya sabemos que vamos a comer.

-Uuuuhhh, ¿Qué es?- mamá abre la boca para hablar pero la interrumpe -¡No, no no no, no me digas!- hace una cara infantil -Dejaré que sea sorpresa!

-Lo que digas- ríe acariciando su cabello.

Sonrío al ver que ya tengo la primera lista cuando unas grandes manos rodean mis hombros con suavidad.

-Hola grandulón- levanto la mirada para ver su máscara viéndome.

Levanta un poco la cara hacia la mesa.

-¿Te gustan?- parece dudar un poco pero al final termina asintiendo -Son adornos para el cabello.

Pega la máscara a mi frente como si me diera un beso y se va a sentar al sillón.

Siempre tan dulce.

Sigo con las demás flores, mezclando colores y formas hasta que, por fin, las termino.

Me estiro, escuchando como truena mi espalda al enderezarla, luego de un rato de estar encorvada.

-Uh... ¿Escuchaste eso?- miro a Chris, quien sigue con la vista en la nueva partida de su juego -Así tronó mi corazón.

Suelto una carcajada involuntaria.

-Eres un ridículo.

-Lo que digas.

Jason lo mira con curiosidad, se acerca a él y mira detenidamente la pantalla de su celular.

Ver a un gigante de poco más de dos metros atento a un chico de 1.85 jugando un videojuego es más adorable de lo que me hubiera imaginado antes.

-No me vayas a distraer, gigantón- el enmascarado resopla ante el comentario del chico.

-No lo culpes por ser un mal jugador.

Este deja libre su mano derecha, con la que me muestra el dedo medio, haciéndome reír más.

[ . . . ]

Los días pasan rápido, hay ocasiones en las que Jason desaparece pero siempre se molesta en dejarme algunas notas que me indican cuando volverá o a donde fue, a veces incluso acompañadas por flores de colores suaves como el blanco o el morado o amarillas.

Siempre con una hermosa de dicatoria como un "Te quiero" o el dibujito de un corazón.

Me sigue sorprendiendo mucho como es que alguien como él con un aspecto malevolo y cruel puede llegar a ser muy sensible y romántico.

Sus grandes manos acarician mi cabello mientras miro en el reflejo como pasa el cepillo con la mayor delicadeza posible por mis rizos mojados.

Descubrí que también tiene una debilidad por mi cabello así que lo dejo cepillarlo cuando recién me salgo de bañar para evitar que se me esponje.

Este parece muy contento mientras se encarga de dejarlo suave y libre de nudos, cosa que me hace feliz y agradezco.

Deja el cepillo en el tocador y levanta un poco la máscara a la altura de sus labios y besa mi coronilla, indicándome que ya terminó.

-Gracias, cariño- baja su máscara y noto que sus orejas comienzan a enrojecerse, me es imposible aguantar la risa -Hiciste un buen trabajo.

Me levanto y tomo suave su hombro, haciéndole una seña para que se agache.

Cuando me obedece, le doy un corto beso en la frente de la máscara y voy a la cama, extendiendo mi mano hacia él.

Tarda un poco pero termina tomándola y recostándose a mi lado.

Hace pocos días que ha tenido la confianza de dormir conmigo.

Desde entonces mis noches son más cálidas.

Este me envuelve con sus brazos en un abrazo y acaricia mi espalda suavemente a un ritmo repetitivo.

Trato de mantenerme despierta pero me es difícil.

Mis párpados pesan más conforme parpadeo, al grado en el que ya no puedo mantenerlos abiertos y termino sucumbiendo ante Morfeo y los brazos de Jason.

Estoy en mi lugar seguro...

[ . . . ]

El enmascarado observaba con gran detalle las facciones de la rubia dormida entre sus brazos mientras pensaba en lo mucho que había cambiado su vida.

De no tener nada, repentinamente tuvo una familia.

Lo tenía todo.

Hace poco que la rubia se quedó dormida y en lo que él esperaba el sueño, se dedicó a admirar a su amor.

No podía creer que había caído en el truco que su madre le plantó.

Pero había caído y lo había hecho como todo un campeón.

La niña lo había envuelto en sus finas telarañas, entre su talento con el piano, su armoniosa voz, su dulce trato hacia él y sus bellas sonrisas, solo supo que ya no podría vivir sin ella.

Se había vuelto su mundo y debía protegerlo a como diera lugar.

No dejaría que nadie le pusiera una mano encima.

Si quisieran llegar a ella, tendrían que enfrentarse al asesino de Crystal Lake.

Notas Sangrientas [Jason Voorhees]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora