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Casi no pude dormir, no quería tener ese sueño tan extraño de ayer. Me dejó demasiadas cosas en qué pensar.

No conozco a mi abuela, no sé si ese dato en el sueño fue real o solo un juego de mi mente, debo encontrar respuestas...

Me levanté de la cama colocando mis zapatos, me cubrí con una manta y me encaminé a una de las cabañas del campamento. Por suerte la persona que busco estaba afuera fumando un cigarro.

Me acerco a ella suspirando rendida.

-Hola.

Me mira sorprendida y con un toque de diversión en su mirada.

-¿Problemas para dormir?- asiento -También yo- suspira sacando el humo de su cigarro -Esto es una mierda- me mira -Todo esto, lo que pasó- niega con la cabeza tomando otra calada de humo -No me deja tranquila, sus rostros, la forma tan horrible en la que murieron.

-Es duro- me ofrece de su tabaco pero niego con la mano -Lo peor es que debo quedarme más tiempo, mamá tuvo un accidente y me quedaré a cuidarla.

-Debe ser una increíble mamá para que quieras arriesgarte así.

-Tu igual te quedarás, ¿O no?- asiente.

-Tengo qué, nos van a regresar cuando todo esto sea seguro. 

-¿No es más seguro que los lleven a la ciudad lo más pronto posible?- niega riendo bajo como si le hubiera contado una maldita broma.

-Escuché hablar a los oficiales, es mejor que nos quedemos aquí con vigilancia y para eso van a traer un vehículo a rondar la zona cada dos horas- esas palabras me alivian un poco.

-De igual manera no pienso salir tanto- me recargo en un pilar de madera sintiendo la brisa acariciar mi melena -Solo entrenaré y no saldré de casa.

-¿Entrenar?- asiento -¿Eres deportista?

-Nadadora-afirmo -Prefiero mantenerme en forma para que si algo sucede pueda reaccionar a tiempo.

-Menos mal eres precavida- me sonríe y asiento viendo el suelo -Escucha, se hace tarde- tira la colilla del cigarro -Ve a casa y cuídate mucho. ¿Sí?

-Sí- sonrío levantándome -Descansa- me despido volviendo a casa, aún es de noche lo cuál me alegra ya que podré dormir un poco más.

Mientras camino a casa siento una mirada pesada, me detengo un momento para ver a mi alrededor pero no veo a nadie, lo único que veo son sombras de arbustos y árboles que rodean el camino.

Apresuro un poco el paso, me incomoda esta clase de sensaciones. Los pasos son apresurados aunque al ver el arco relajo el ritmo, suspiro aliviada y entro sin mucho problema.

Subo a mi cuarto quitando mis zapatos y me dejo caer en la cama arropándome con las cobijas dejando que Morfeo me arrastre al mundo de los sueños.

De nuevo me encuentro en el lago aunque esta vez sentada en la orilla del muelle, el agua cristalina suelta algo de vapor por lo temprano que es, acomodo mis cosas a pesar de que siento de nuevo esa pesada mirada encima.

Algo me inquieta respecto a esto así que me dedico a voltear en todas direcciones y parece que veo algo tras el tronco de un árbol. No dudo en acercarme para averiguar que es, la curiosidad está calando en lo más profundo de mí.

Trato de acercarme sin hacer ruido para no asustar a la cosa o animal que se oculte ahí atrás. Las manos me tiemblan sin control, mi corazón late desenfrenado por la corriente de adrenalina que se filtra por mi sistema nervioso al resto del cuerpo, siento que me falta un poco el aire pero ignoro esa sensación en cuanto noto que ya estoy en frente del tronco. Reúno todo el valor que puedo y sin pensarlo más tiempo rodeo el árbol esperando sorprender a aquella criatura.

Notas Sangrientas [Jason Voorhees]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora