08

277 17 0
                                    

La mañana comenzó algo agitada ya que tengo que hacer las actividades más rápido para poder cuidar de mamá, esa mujer es muy paciente pero el no querer hacerla esperar demasiado hace que mis movimientos se hagan torpes y erráticos. No estoy acostumbrada a hacer la limpieza, el desayuno y hacerla de enfermera al mismo tiempo.

-Cariño- escucho la preocupación en su voz pero no me detengo -¡Emma!- paro de golpe haciéndola soltar un suspiro -Recuerda que la enfermera Elaine va a venir en la tarde, tal vez puedas aprovechar esos momentos para ir a nadar un poco.

En realidad no suena mala idea, luego de pensarlo por un momento asiento con la cabeza y sirvo el desayuno.

-Está bien pero quiero aprender a cambiar tus vendas o a como tratar tus cortadas- me mira y su expresión se suaviza.

-Le diré, a ver si puede enseñarte- sonrío con satisfacción y sigo con mis asuntos.

A penas termino los deberes cuando escucho la puerta, me dirijo a ella y al abrirla una mujer de tez morena, ojos cafés llenos de bondad, un cabello negro atado en un moño perfecto y una sonrisa llena de paz me mira con aquellos bonitos orbes.

-Buenas tardes, mi nombre es Elaine y voy a ser la enfermera de la señora Gema.

-Mucho gusto, Elaine- saludo haciéndome a un lado -Me llamo Emma y soy la hija de Gema.

Pasa tranquilamente y observa la casa. Es ahí donde reparo en la maleta blanca que carga en la mano derecha.

-Hola, Elaine- mamá le dedica una bonita sonrisa.

-Gema, que gusto verte de nuevo- se acerca a mí y me apunta con una pequeña jeringa -¿Quieres ayudarme, Emma?- asiento sonriendo para después acercarme a mamá.

-¿Qué hago?- sé que no debe hacerlo pero el tema de ayudar me entusiasma.

-Vas a colocar esta banda- me muestra un largo tubo de plástico -Alrededor de su brazo- me da la banda y la tomo obedeciendo sus órdenes -Asegúrate que esté ajustada- asiento apretándola un poco más.

Se acerca y me muestra qué medicamentos poner en la jeringa. Me sorprende que me deje inyectar a mi madre.

Me siento como una verdadera enfermera.

-Lo hiciste muy bien, Emma- sonrío ante el halago.

-Es mejor hacerlo que leerlo

-¿Estudias para doctora?- asiento sonriendo, orgullosa -Tienes buenos dotes, eres segura y eso te ayudará bastante.

-Muchas gracias- sonrío -Es un honor viniendo de ti.

-Emma, ¿Puedes prepararnos té?

-Claro- me levanto y camino a la cocina para hervir el agua aunque siento que una vez más me vigilan.

Levanto la vista hacia la ventana de la cocina pero solo veo el bosque acompañado por algunos rayos de sol que se filtran entre las hojas de los árboles.

Debo estarme volviendo loca.

Llevo las tazas a la sala donde mi mamá y la enfermera, Elaine tienen una conversación bastante amena.

-Gracias, cariño- toma una y bebe con cuidado del líquido humeante.

-Muchas gracias- toma la taza que falta, da un suave soplo seguido de un sorbo.

-Mamá, voy a ir un rato al lago, ¿Está bien?

-Si, por favor vuelve antes de que anochezca. El bosque es peligroso de noche- asiento y subo para tomar mis cosas, además cambiarme por mi traje de baño.

Notas Sangrientas [Jason Voorhees]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora