1. La Academia Jenguk, para jóvenes con problemas del comportamiento

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Primer día de clases en la Academia Jenguk y nadie podía dejar de ver a la chica nueva, no tenía nada que ver con su cabello teñido color plata. Era la primera vez que alguien llevaba el uniforme de manera adecuada, incluso lucía elegante.

Jeonghan silbó asombrado.

― Un nuevo demonio en el infierno. ― dijo mientras la observaba con curiosidad.

Pero, Seungcheol no se movió, estaba cansado, con su frente pegada al acero del casillero y su cabello negro cayendo sobre sus sienes, emitió un quejido, dando a entender que había dormido poco, pero, cuando la chica pasó frente a ellos, un fuerte aroma a coco y vainilla inundó el ambiente, así que no pudo evitar salir de su estado y dedicarle un vistazo.

Para su sorpresa ella estaba en su primera clase, su piel pálida repleta de pecas la hacían lucir fría. El problema eran sus ojos, grandes y vívidos como el whiskey, un escalofrío recorrió su cuello.

― Mi nombre es Acacia Ming ― exclamó con un acento marcado ― Soy de Londres, Inglaterra, espero podamos ser buenos amigos ― dijo lo último con una falsa inocencia.

Los vendajes en su mano izquierda la delataban. Tomó asiento detrás de Seungcheol y para su sorpresa, pateó la silla. El chico se giró molesto, la paciencia no era una de sus virtudes, pero antes de que pudiera hablar, ella comenzó a reír.

― Él es Choi Seungcheol ― interrumpió su amigo encantado por la escena ― Y yo soy Yoon Jeonghan

Ella fijó su vista en Jeonghan y lo observó con verdadera curiosidad.

― Choi, Yoon, es agradable que le den la bienvenida a Ming, pero los quiero a todos prestando atención a la clase ― exclamó la profesora de inglés, a pesar de la fama de los estudiantes, tenían algo de respeto y dejaban que sus profesores dieran clases en paz, sin embargo, no podían asegurar que de verdad estaban interesados en lo que les enseñaban.

Cómo la Academia Jenguk estaba ideada para educar a jóvenes problemáticos, destacaba por la variedad de actividades extracurriculares, con el objetivo de enseñar disciplina y desarrollar habilidades que puedan ayudar a los estudiantes a controlar sus impulsos.

A muchos les daba vergüenza admitir que sus hijos habían acabado en un lugar como aquel, pero al menos podían asegurar que estaban siendo educados de una manera acorde a sus necesidades.

La pintura en lienzo era la clase electiva de Acacia, cuando al fin acabaron las clases el sol se escondía, se dirigía a casa, pero, pudo ver que, a lo lejos, cerca de la cancha de tenis, había un montón de estudiantes reunidos, por la hora era difícil encontrar profesores. Su instinto reaccionó y decidió acercarse.

El humo del cigarrillo invadió sus sentidos, se topó con mesas repletas de juegos, Go y ajedrez, sin embargo, la verdadera audiencia se encontraba en la mesa de Jeonghan, quien jugaba cartas contra un chico fornido.

― No me interesa tu dinero, ofrece algo más emocionante ― dijo Jeonhgan entre risas, el chico frente a él sudaba. ― Tu dignidad, por ejemplo.

El joven aceptó aquella retorcida apuesta, Acacia rodó los ojos y cuando decidió alejarse vió a Seungcheol sentado entre los árboles mientras leía.

― De qué sirve que seas silenciosa si tu perfume te delata ― agregó Seungcheol cuando ella se acercó, Acacia había aprendido a ser sigilosa como un gato, pero no era su intención serlo en ese momento. Seungcheol estaba sudado, su cabello iba pegado a la frente y su uniforme de fútbol estaba mugriento.

Un fuerte aroma a pasto y tierra húmeda inundó el ambiente. Acacia se mantuvo en silencio, maldiciendo por lo bajo sus habilidades sociales tan pobres, aún después de tanto tiempo.

― ¿Qué tal tu primer día? ― dijo sin levantar la vista del libro, por lo que no vio cuando ella se encogió de hombros.

― He tenido peores ― respondió agachándose, ahora se encontraba su altura y se le hacía difícil ignorarla, cerró su libro.

― ¿Eres estudiante de intercambio o algo así?

Acacia asintió y comenzó a jugar con la grama a sus pies ― No quería venir, pero hay decisiones que aun toman por nosotros.

Seungcheol sintió algo de empatía por la chica nueva. ― ¿Qué te pasó? ― su mano derecha tenia un vendaje rosa decorado con corazones.

― Supongo que, lo mismo que a ti ― respondió señalando el brazo izquierdo de Seungcheol, era varios tonos más pálidos que el resto de su cuerpo, lo que daba a entender que había llevado un yeso por un buen tiempo.

― ¿Golpeaste una pared? ― se burló, pero ella lo observó con cuidado, había atinado.

― Es mejor golpear una pared, que golpear a alguien ¿no crees? ― dijo levantándose, sacudió sus manos, para ofrecerle la izquierda, él la tomó y se sorprendió por la fuerza de la chica cuando lo ayudó. ― Nos vemos mañana.

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Hello,
El capítulo está algo corto :(
pero, espero les guste 💖

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