POV. Nick:
Había quedado esa mañana con Mark, porque por la tarde íbamos a ir al arroyo del este. No íbamos a quedar, pero él me lo propuso ayer porque "tenía algo que decirme". Era muy raro que él tuviera algo que contar, así que supuse que sería algo serio.
Sonó el timbre y fui a abrirle a mi amigo. Cuando le vi, estaba en posición nerviosa, algo muy raro en él estando conmigo.
-Hey, pasa.-Le invité a entrar y fuimos directos a la sala.
Una vez se sentó le pregunté:
-¿Ha pasado algo?, ¿Está todo bien?
Se tensó, me miró con preocupación y dijo:
-Es que, desde el día de la pista, he estado hablando más con June y nos llevamos bastante bien.-Me tensé y pensé en lo que me iba a decir, pero no era posible, June no haría eso, June es tímida por naturaleza, incluso para hablar con Mark. Y como siempre que pasa algo así, mis sospechas fueron ciertas.- En resumidas, estamos saliendo.- No supe qué opinar. Tenía una sensación rara, como si no la conociese para nada. Dolía, y no sabía por qué.
Te molesta.
No, Mark era mi amigo, iba a apoyarle en esto, pero con June...
June y Mark, parejita del año.
Cállate.
-Vaya Mark, estoy bastante sorprendido la verdad, no me lo esperaba por parte de ninguno de los dos.-Dije lo primero que me salió por la boca.
-Evidentemente no te podías sorprender de June, no la conoces, pero te animo a hacerlo, ¡es muy agradable, y mi novia!-Dijo emocionado, pero algo de lo que dijo me molestó, y mucho. Yo sí que conocía a June, bastante más de lo que cualquiera podría esperarse. Sólo nos habíamos separado, eso es todo, supongo. En gran parte, la echaba mucho de menos.
-Ya , bueno ¿Quién dice que no hayamos hablado alguna vez?, no sé, es raro, pero seguro que nos cae bien a todos, si es que nos la presentas. -Mentí, no quería causarle problemas a Mark con esto, y mucho menos quería que June tuviera que explicarle a él por qué nos conocíamos, ya que Mark, mi mejor amigo ni siquiera conocía a mis padres, por lo que no podría entender su explicación.- Además, creo que pegáis.
La mentira del año.
-Muchas gracias hermano. Hablando de presentárosla, ayer le pregunté si quería venir con Alice, su amiga, la que se lio con Kyle, espero que a ti y a los demás no os moleste.-Dijo seguro de sí mismo.
De puta madre.
En ese momento le sonó el móvil, cuando miró la pantalla había una foto de una chica morena, de ojos marrones. Era June. Me ardía la sangre, no podía con eso, y lo peor es que no sabía por qué, June y yo solo habíamos sido amigos, pero algo en mi cabeza decía que no era del todo cierto, que había algo detrás. Llevaba así desde el día de la pista de baloncesto. Que, por cierto, vaya día. No sabía por qué y me estaba volviendo loco. Ver a Mark tocándole la cintura para separarla de Jason- el cuál, lo siento, pero merecía los puñetazos -no me gustó nada. Mark cogió el teléfono y respondió mientras se levantaba del sofá:
-Hola Junie.-Respondió Mark, podía ver la cara de una June de 7 años al escuchar ese apodo, lo odiaba porque, según ella sonaba a tarta de fresa. Era su forma de referirse a alguien repelentemente dulce. Yo nunca le llamé así porque no le gustaba y yo era muy tímido, pero al parecer ahora le gustaba, y mucho porque Mark no la llamaba por otro nombre.
Después de lo que me pareció una eternidad, Mark colgó y se sentó otra vez a mi lado. Estuvimos hablando media hora más sobre el equipo y le llamó su madre diciendo que necesitaba que llevara a su hermano pequeño a un entreno. Se levantó y nos despedimos. Cuando estuve solo empecé a pensar todo lo que me había dicho Mark. Necesitaba desahogarme, no sé que me pasaba, de verdad, pero esto me estaba estresando demasiado.
Cogí mi chaqueta y salí por la puerta directo al arroyo.
Cuando llegué me senté en la roca plana más alta que me dejaba ver el arroyo unos metros más abajo. Me quedé mirando el agua tranquila como siempre solía hacer. Estaba más cristalina que normalmente y se podía ver bien el fondo, después de unos minutos ya me notaba más tranquilo. Siempre que me frustraba y no podía arreglar la situación venía aquí, el padre de June nos trajo cuando éramos pequeños en una excursión a escondidas de mis padres y su mujer. Ese día nos bañamos en el agua, que por alguna razón nunca estaba fría. La roca en la que estaba sentado me recordaba a mi primer salto al arroyo, yo tenía miedo y June me prometió que se tiraría conmigo, ella ya había saltado más veces esa tarde, pero yo no me atrevía. Su padre siempre que lo intentaba me decía: ¡Vamos!, tu puedes Nick, salta antes de que June te acabe empujando, noto las ganas que tiene de hacerlo desde aquí.
Estar en el arroyo me relajó mucho, pero luego recordé que esa tarde íbamos a ir a este mismo sitio, yo, mis amigos, Mark y June...
No me gustó la idea desde que la propusieron, pero no podía decir que no a última hora. Ese lugar era mi sitio sagrado, mi lugar de paz. Me gustaba la idea de solo saber yo aquel sitio.
Y June.
Lo que dijo mi conciencia, era cierto, June también había descubierto este lugar el mismo día que yo y, sabiendo como es, seguramente tampoco le gustaría la idea, pero era demasiado educada como para decírselo a Mark. Parecía que, con el tiempo, mi timidez había viajado hacia su persona y su sociabilidad, aunque en mucha menos medida, se había mudado conmigo, después de todo.
Me levanté de la roca y volví rumbo a mi casa. Era la hora de comer y quedaban pocas horas para la tarde tan posiblemente desastrosa que iba a tener hoy.
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EL CHICO DE LAS CONVERSE
Teen FictionHace ya casi 7 años que van en la misma clase y apenas intercambian palabra. June no puede evitar sentirse atraída a esos ojos verdes de Nick, el popular de la escuela. ¿Qué pasará cuando los recuerdos de ambos no coincidan y los secretos de la fami...