Ray despertó sintiendo un fuerte dolor en su cabeza. Intento con todas sus fuerzas abrir sus ojos, pero el dolor era tan fuerte que estos simplemente no querían abrirse. Dejó escapar un suspiro y se quedó tirado en la cama. Por más indestructible que fuera, una resaca siempre lo tumbaba al punto de no poder levantarse de la cama. Unos minutos después logro abrir sus ojos, lo hizo de forma lenta, hasta enfocar y localizar su habitación. Frunció el ceño levemente y a pesar del dolor en su cabeza, se incorporó en la cama, apoyándose en sus codos. ¿Cómo llegue aquí? Fue su primer pensamiento. Lo único que recuerda es estar en el bar. Se quitó la sabana de su cuerpo y se sentó. Solo así se dio cuenta de que estaba en bóxer. ¿Dónde está mi ropa? Miró a su alrededor, notando su ropa en una silla en la esquina, junto con un balde gris.
—Definitivamente, yo no hice eso... —una punzada llegó a su cabeza, obligándolo a alzar sus dedos hacia su cien. Comenzó a darse masajes en la zona, en un intento de calmar su dolor.
De repente, como si un balde de agua fría le hubiera caído encima, todos los recuerdos de anoche llegaron a su mente; Ganzel, la pelea en el bar, el niño que no pudo salvar, Henry y Schowz recogiéndolo en el bar y trayéndolo a la cueva, Henry cuidándolo hasta que se durmió... Henry.
—Demonios... ¿Qué diablos hiciste, Ray? —se tapó el rostro con sus manos, restregándose con brusquedad la cara. Ignorando el dolor de cabeza que se negaba a dejarlo, se levantó de la cama y camino hacia el baño para intentar quitarse de encima el aspecto de borracho que estaba seguro, tenía. Ni siguiera se miró al espejo, camino directo a la ducha.
Una vez que estuvo listo, se armó de valor y salió a la sala. Todo estaba silencioso y tenía miedo de lo que se podía encontrar, sin embargo, debía ser un hombre adulto y enfrentar la situación. Al salir por el engranaje, sus ojos fueron directamente hacia el sillón giratorio, encontrándose únicamente con Schowz.
—Vaya, creí que no ibas a despertar luego de la borrachera que te cargaste anoche.
Ray rodó los ojos mientras se acercaba al sillón.
—No necesito que me regañes, no soy un niño.
Schowz le frunció el ceño y apretó el tenedor que sostenía como si tuviera ganas de clavárselo en el cuello.
—¿Y qué quieres que haga?, ¿qué te aplauda y te felicite después de la estupidez que hiciste?.
—No fue una estupidez...
Schowz puso los ojos en blanco, mirando al castaño con incredulidad.
—¿No fue una estupidez? —sin esperar que Ray le respondiera, tomo el control remoto y activo una de las pantallas de los monitores. Ray se giró para ver que un video había sido grabado; en el video, se le veía peleando con los guardaespaldas de Ganzel.
—No sabemos quién es este hombre — la voz de Trent Ovenrunder se escuchaba mientras su escena de pelea se proyectaba —pero vaya que estaba molesto con-
Schowz apago el televisor antes de que pudiera escuchar algo más.
—¿Eso no es algo estúpido? —Schowz lo miró con una ceja alzada —al menos no fuiste tan idiota como para ir como capitán man. Quien sabe qué hubiera pasado, quizás Ganzel ya hubiera encontrado este lugar y estaríamos en graves problemas.
—No tengo miedo a que ese imbécil me encuentre, espero lo haga y le mostraré de lo que soy capaz —expresó con enojo en su voz, haciendo muchos con sus manos. Schowz lo miró con molestia y no pudo contenerse más.
—¿Y con eso poner a todos en peligro?, ¿qué hay de Henry?, ¿también lo vas a poner en peligro?. El de verdad es un ángel como para no estar enojado contigo, ¿sabías que ayer se quedó cuidándote y pasaba a verte cada cierto tiempo, solo para revisar cómo estabas? —Schowz supo que tocó su punto débil cuando lo vio bajar la mirada —sí, no lo sabes, tuve que obligarlo para que fuera a dormir porque no quería dejarte. Dios Ray, tienes suerte de tenerlo, y vas y cometes una estupidez como esta. Deberías estar agradecido porque Henry no se fue a la primera cuando descubrió que le ocultabas información —se levantó del sillón, ya no quería seguir viendo al castaño. Sin embargo, antes de irse, decidió agregar algo más. — Oh, y espero que te hayas percatado de lo que está en el elevador, ¿adivina quién va a limpiar eso? —sonrió descaradamente y luego se fue, dejando al castaño solo.
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Yo te protegeré.
FanfictionHenry Hart, un adolescente huérfano a temprana edad y con múltiples experiencias que han marcado su vida, es rescatado por el Capitán Man, quien se ofrece a cuidarlo y protegerlo llevándolo con él a su guarida secreta. Lo que no esperaba el gran su...