Capítulo 20

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"Capitán, por favor, suéltelo"

"Tenemos que llevárnoslo ahora, capitán"

"Capitán, por favor..."

Ray seguía sosteniendo a Henry en sus brazos, sin querer soltarlo. La ayuda ya había llegado, pero él estaba aferrado al rubio mientras lloraba. Blake y los paramédicos intentaban hacer que lo soltara para poder llevárselo en la camilla, pero Ray no quería hacerlo, sentía que si lo dejaba, lo perdería para siempre.

—Capitán, Henry necesita atención médica, vamos —Blake lo tomó de los hombros intentando hacer que reaccionara. Pero Ray seguía mirando a Henry inconsciente en sus brazos, lloraba mientras pasaba una de sus manos ya ensangrentadas por sus rubios cabellos.

Al ver que sería imposible hacer que el capitán soltara a Henry. Una de las paramédicas se acercó, agachándose frente a ellos; con cuidado tocó el cuello de Henry y revisó su pulso.

—Aún tiene pulso, pero está débil. Va a morir si no lo llevamos al hospital ahora.

Esa frase hizo regresar al castaño. Miró a su alrededor, dándose cuenta de todas las personas cerca y algo alejadas de él, esperando. Todo pasó en cámara lenta después. Ray dio un asentimiento con su cabeza y dejó finalmente que los paramédicos pudieran tomar a Henry y llevárselo en la camilla. Con ayuda de Blake se levantó y luego casi corriendo se fue, siguiendo a la camilla y a Henry. Bajó la colina con el corazón latiendo con fuerza. Sin despegar la mirada de Henry, podía ver cómo le ponían una mascarilla y revisaban su herida. Va a estar, va a estar bien, se repetía mientras intentaba no romper en llanto de nuevo.

Al llegar hacia la gran entrada de la mansión —ahora custodiada por la policía — se encontró con todas las miradas sobre él y Henry. Todos guardaron silencio cuando la camilla pasó al lado de ellos. El sargento Dogers le lanzó una mirada de tristeza y pena que él no devolvió, Henry aún seguía con vida. Mientras caminaba, se encontró con más patrullas y una que otra ambulancia. Algunos policías rodeaban el lugar con una cinta amarilla para intentar alejar a los periodistas que ya estaban en la escena esperando obtener una primera plana de la noticia. Muchos reflectores fueron directo a él en cuanto lo vieron salir, pero eso no fue lo que llamó su atención, fue el grito desgarrador de la amiga de Henry quien lo hizo despertar de su estado de shock, volviéndolo a la realidad de golpe, casi abofeteándolo como una cachetada.

Miró a la chica, quien intentaba correr hacia Henry, pero los oficiales no la dejaban. Podía ver sus ojos llenos de lágrimas como si de una cascada se tratará, negaba con su cabeza y articulaba el nombre de Henry, queriendo ir con él. Ray tragó saliva con dificultad; esa mirada le rompió un poco el corazón, pues, conocía el sentimiento. Siguió moviendo su mirada, encontrándose ahora con Bose asustado, mirando a Henry pasar a unos metros de él. El pequeño ya había sido atendido y parecía relajado a diferencia de cuando lo saco de las garras del asqueroso hombre, sin embargo, pudo ver que volvía a ponerse nervioso casi al borde de las lágrimas cuando vio la camilla y a Henry inconsciente siendo trasladado en ella.

Ray sintió pena por el chico, esto es algo que no debería ver. Se prometió que se encargaría de ponerlo a salvo, pero sería después, ahora su única preocupación era Henry. Miró hacia la camilla y a los paramédicos llegar hacia la ambulancia. Rápidamente,se encaminó hacia ellos; él no se iba a ir sin Henry y no iba a dejar que se llevarán sin él estando a su lado. Pero cuando intento subirse a la ambulancia, fue detenido por los paramédicos, negándole el paso. Ellos aseguraban que no había suficiente espacio. Ray casi quería golpear las puertas del vehículo cuando estas se cerraron, llevándose a Henry lejos de él.

Yo te protegeré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora