Capítulo 40

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Advertencia: El siguiente capituló contiene una escena sexual explícita CONSENSUADA entre ambas partes (Henry y Ray), les recuerdo también que Henry ya tiene la edad legal para consentir; lo escrito a continuación es bajo el consentimiento y respeto tanto de Henry como de Ray.  

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Estuvieron bailando por un rato más, en silencio daban leves vueltas mientras la música los envolvía. Pronto se cansaron y cuando la noche se hizo más oscura de lo que ya era, decidieron que era el momento de volver a la capicueva, de volver a su casa.

De la mano bajaron nuevamente las escaleras —después de que Henry se asegurara de guardar las cosas en caso de que intrusos decidieran molestar—. Iban con una sonrisa, mirándose como un par de enamorados salidos de una película romántica. A veces se reían de forma risueña y apartaban la mirada de forma sonrojada, parecían dos adolescentes en su primera cita. Esta noche algo nuevo había cambiado en ellos, esta noche, un nuevo comienzo en su relación iniciaba.

—La pasé bien esta noche.

Henry le sonrió y se detuvo, sin soltar sus manos, se colocó frente a él.

—Aún no tiene por qué terminar.

Henry llevó sus manos hacia el cuello de Ray, lo rodeó con suavidad al mismo tiempo que se acercaba para dejar un cálido beso en sus labios. Ray le correspondió, colocando sus brazos en la cintura de Henry. El beso comenzó a volverse más intenso conforme pasaban los segundos, Henry movía sus manos por todo el cuello, nuca y parte del rostro de Ray, desesperado por más. Ray sabía lo que pasaba y a duras penas, rompió el beso y miró a Henry de forma intensa, analizando su rostro y facciones.

—Hen...

—Estoy listo —Henry se apresuró a decir, interrumpiendo a Ray —quiero hacerlo contigo, esta noche.

Ray lo miró en silencio, su boca de repente se secó y no podía hablar, solo miraba a Henry sin saber qué decir o cómo actuar. El rubio noto esto y decidió que debía tomar la iniciativa esta vez. Se pegó un poco más al cuerpo de Ray, reafirmando su agarre en su cuello. Llevo sus labios hacia el rostro de Ray y por encima de los labios contrarios comenzó a susurrar.

—Estoy listo, quiero hacerlo y créeme, no es el alcohol hablando por mí, de verdad deseo estar contigo.

—Hen...

—Dijiste que lo haríamos cuando yo estuviera al 100%, puesahora lo estoy... y sé que tú también, sé que también quieres estar conmigo y está bien. Ya no tengo miedo, sé que nos vas a lastimarme.

Le sonrió al castaño con amor antes de juntar sus labios nuevamente, esta vez, guiaba el beso, con sus movimientos le hacía entender al castaño que lo quería, que lo deseaba de otra forma nunca antes experimentada. Y Ray se dejó llevar y no lo detuvo, esta vez, apretó sus manos en la cintura de Henry y lo pegó más contra su pecho, cuando Henry no se retractó, en cambio, se movió más contra él, supo que estaba bien, supo que Henry hablaba con la verdad; esto era lo que quería, esta noche, justo ahora.

Al separarse por la falta de aire, se miraron con algo de nerviosismo, sus ojos brillaban, sus corazones retumbaban ansiosos, temerosos, pero sobre todo, llenos de emoción. Henry le sonrió a Ray de forma leve antes de tomar su mano y caminar hacia su habitación.

Al llegar, se detuvieron frente a la cama, se miraron de nuevo fijamente, se notaba la ansiedad en ambos, pero no querían parar. Henry dio un paso hacia adelante y volvió a unir sus labios con los de Ray; un beso lento, apasionado a los segundos.

Yo te protegeré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora