1. El Inicio

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   Como empezar a explicar quién soy, puedo empezar explicando quién era, yo era un Ángel, si, suena loco y muy extraño pero así es, seguro te imaginas un ser con alas y una túnica Blanca, pero no, los ángeles son seres inmateriales con la misión de servir a Dios y a los que les asignan una persona a la que cuidar para evitar accidentes, inspirar con buenos pensamientos o proteger en momentos difíciles, yo era eso, un Ángel de la Guarda y me designaron a una persona desde su nacimiento.

Como Ángel se hace una promesa, un compromiso de por vida, cuidar y velar por esa persona, esa era mi misión, si esa persona cumple su ciclo de vida y muere, te asignan a otra persona, y así sucesivamente por años, siglos, la eternidad. Y cuando digo si esa persona muere, es porque ya era muy anciana y era su hora o porque ya su muerte es inminente y no puedes evitar lo inevitable. No significa que un Ángel está haciendo mal su trabajo. Yo hice bien mi trabajo, hasta que decidí cruzar la línea.
Mi nombre era, bueno mejor dicho, mi nombre es Vincent, ya mi nombre de Ángel no forma parte de mi, así que mejor no recordarlo.

Ahora volviendo a mi historia, el día que cruce la línea era un 26 de mayo, por siglos cumpli con mi misión pero algo no estaba bien ese día, la persona que me asignaron cuidar es una chica, y digo es, porque ella está viva en algún lugar.
   Solo para empezar, era su cumpleaños y ese día ella estaba camino a una entrevista de trabajo. Todo estaba saliendo relativamente bien, yo siempre estaba a su lado, hasta que esperando el tren en el andén donde había mucha gente, por un instante me sentí desconcentrado por acontecimientos que ocurrieron a mi alrededor.
   Un niño pequeño le solto la mano a su madre, un hombre paso empujando a toda la multitud a su alrededor, el niño lloro, la gente empezó a gritar y otro hombre empujó a mi protegida con tanta fuerza que ella perdió el equilibrio cayendo a los rieles del tren, me quedé paralizado, todo había pasado tan rápido.
Escuche el ruido del tren que venía a toda prisa, simplemente tenía que dejar que pasara, no podía hacer nada, su destino estaba escrito por decirlo de alguna manera.
Pero no aguanté ver que algo así pasara frente a mis ojos, es toda mi experiencia como Ángel no me había pasado algo así, así que sin pensarlo salté a los rieles y la empuje a un lado. Yo no pude salir, solo cerré mis ojos, No tuve miedo, no sentí dolor, no pensé más.

   Me encontré en una habitación totalmente blanca, tan vacía, tan impecable, la luz de esa habitación hacía doler los ojos, me di cuenta que estaba sentado en una silla metálica, el silencio era angustioso. De momento una voz fuerte y muy autoritaria me habló, me asusté al escucharla.
- Lo conseguiste, hiciste justo lo que no debías hacer.- me habló con decepción.
- Que hice que?, Donde estoy? - pregunte desesperado.
- Muchas preguntas, tranquilizate. Solo quiero decirte que tu error me hace sentir orgulloso. - me dijo con tono afectuoso
- Orgulloso porque? - pregunte sorprendido.
- Salvaste una vida sin importarte las consecuencias, eso te hace diferente y te estoy agradecido - me dijo con un tono lleno de orgullo.
- Ella estaba a punto de morir y yo no quería que ocurriera, se que eso no era parte de las reglas. - dije en modo de disculpa.
- Lo sé, no te lo estoy reprochando, te estoy felicitando. Solo que ahora la situación va a cambiar, tu misión va a ser otra. - me dijo con un dejo de tristeza que no entendí.
- Muy bien, entiendo que me equivoque y que debe haber algún castigo, Que tengo que hacer? A quien tengo que cuidar? - pregunte con resignación.
- Bueno, Ahora todo será diferente, ahora solo tendrás que cuidar de ti y también dejar que te cuiden. - me dijo con tranquilidad.
- A que se refiere? - dije un poco perplejo.
- Ya no vas a ser más un Ángel, tus actos tienen consecuencias. - me dice severo.
- Que quiere decir? Y que voy a ser ahora? - pregunto disimulando mi voz de miedo.
- Vas a ser un ser humano de carne y hueso y vivir una vida como cualquier mortal en la tierra. — dijo con tranquilidad y el silencio se apoderó del lugar.
Con esas palabras solo pude guardar silencio, sentí como si algo me golpeara la cabeza, me quedé mirando fijamente el absoluto vacío blanco.
- No te preocupes, yo no te abandonaré, siempre que me necesites me encontrarás, pero solo una cosa más, no te desesperes, ten paciencia y cuando estés agobiado respira. —Me dijo lentamente como para que entendiera muy bien cada una de sus palabras.
- Muy bien, Pero dime que ocurre y que es este lugar? —dije intentado controlar mi voz a punto de quebrarse.
- En este momento estas entre la vida y la muerte. Tu nuevo cuerpo humano esta luchando por vivir. —Dijo pausadamente.
Me quedé nuevamente en silencio, pensando en que todo fuera mentira, cerré los ojos para bloquear de alguna manera mis pensamientos, pero era inevitable mi nueva realidad, al fin hablé.
- Todo ocurrió por salvarla a ella, verdad? —Dije intentando sentir conformidad.
- Si, esa fue la causa. —Dijo la voz sin añadir más.
- Y ella está bien? No le pasó nada? —Pregunte con preocupación.
- Si, ella está bien, sana y salva. —Me confirmo.
Suspire con alivio.
- Por lo menos todo esto valió la pena. —Dije más para mi que para mi interlocutor.
- Eso piensas? que todo valió la pena? Te sacrificaste por alguien que no sabe quien eres y al final perdiste tú. —Me dijo sin titubear.
- Eso no importa, lo importante es que ella esté bien y No me siento arrepentido. Y que perdí? Solo perdí mi condición de Ángel. —Le dije resignado y con más bríos de los que quería demostrar.
La voz no habló, el silencio otra vez se apoderó del lugar. Y Senti miedo, un miedo que no había sentido nunca. De repente hablo con más cautela y muy pausado.
- Recuerdas que te lanzaste a los rieles de un tren? justo en ese momento pasaste de ser un Ángel a un humano. Entiendes la magnitud del problema? Parece que aún no lo has entendido. —Me dijo.
De repente entendí sus palabras, estaba tan preocupado por el bienestar de esa chica que ayudé, que me olvide por completo de mi. Yo nunca había tenido que pensar en mi.
- Y dice que estoy entre la vida y la muerte? Que tengo que hacer ahora? Que va a pasar? —Pregunte con un poco de miedo.
Luego de una pausa recibí la respuesta.
- Solo tienes que luchar y creer en ti, de ahora en adelante es lo único que puedes hacer. Se acabó el tiempo, siempre estaré para ti.
- Espere, que haré ahora?
Ya la voz se apago, ya no había respuesta. El cuarto blanco empezó a desaparecer y llego la obscuridad.

Vincent [Actualizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora