10. Recompensa

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En casa de Patrick todo estaba tal cual lo dejamos ayer en la mañana. Me quedé un poco tranquilo al ver cómo ellos simplemente no me dijeron nada en absoluto y se pusieron cada uno en lo suyo.
Patrick se fue a su habitación a buscar ropa sucia para ponerla en la lavadora y David se fue a la cocina a sacar cosas de la nevera para cocinar.
Yo simplemente estaba parado allí como tonto viendo todo lo que hacían.
- Sientate y ponte cómodo Vincent, estás en tu casa.— Me dijo Patrick concentrado en los botones de la lavadora.
Pensé “en mi casa?”, pero no entre en detalles y me senté en una silla de la cocina.
- Patrick, no tienes fideos? Quiero hacer una sopa de fideos. Y tienes cebolla?. Siento que no hay nada en tu nevera, que comes?.— Empezó a sermonearlo David.
- La verdad no he tenido mucho tiempo para ir de compras.— Dijo Patrick disculpándose.
- Ya veo, voy a ver que se me ocurre hacer con las tres cosas que tienes en tu nevera. Luego tenemos que ir de compras.— Dijo David decepcionado de la poca variedad de productos alimenticios de la cocina de Patrick.
- Si, mañana podemos ir a hacer compras.— Dijo Patrick como niño regañado.
- Y se me olvidó comentarte que cancelaron el congreso de medicina al que estaba por  ir la semana que viene, así que vamos a ser compañeros de casa otra vez.— Dijo David con una sonrisa de oreja a oreja.
- Pensé que ya no querías vivir conmigo.— Dijo Patrick con sorna.
- Como voy a querer perderme de tan maravillosa experiencia Patrick?.— Dice David con un sarcasmo burlón.
Cuando Patrick estaba a punto de empezar una discusión sonó su celular que estaba en el mesón de la cocina, fue dando traspiés para atender y cuando lo hizo se fue caminando hacia su habitación con el teléfono en la oreja.
- Vincent, tienes alguna comida favorita?.— Me pregunto mientras tanto David sacandome de mi letargo.
- No, todas las comidas me gustan, no tengo ninguna que me guste más.— Le contesté con sinceridad.
- No puede ser que todas te gusten. Debes tener algo que te guste mucho más.— Me insistió David.
- Bueno, tampoco es que he probado muchas cosas. Solo la comida del hospital y algunas cosas en la calle.— Dije con tranquilidad.
David me miro con compasión.
- Es verdad, no recordaba que tu eres nuevo en muchas cosas. Lo siento.— Me dijo David con tristeza.
- Tranquilo.— Le dije dándole ánimos.
En eso entro Patrick a la cocina con una cara de total sorpresa.
- No van a creer de que trato esa llamada.—Dijo alucinado.
- Si no nos cuentas, no sabremos.— Dijo David tajante mientras decidía que ella utilizar.
Patrick lo miró con cara de pocas pulgas.
- Era la policía, me dijeron que ya puedo ir a retirar el dinero que intento robar el ladrón y que Vincent no permitió.— Dijo picandome un ojo.
- Que bueno, esas son buenas noticias.— Dijo esta vez muy sincero David mientras cortaba un tómate.
- Pero eso no es todo, quieren que vayas a la estación de policía Vincent, te van a dar una recompensa por haber entregado a ese ladrón a la justicia.— Dijo Patrick con absoluta felicidad.
Solo pude mirarlo y estudiar sus palabras en mi cabeza.
- Una recompensa?, a mi?.— Dije con asombro.
- Si, a ti, resultaste ser todo un héroe.— Dijo Patrick con orgullo.
- Que extraño.— dije pensativo, nunca me hubiese imaginado que ese hombre tuviera valor para la policía.
- Mañana podemos ir a la estación, te parece?.— Me pregunto Patrick.
- Claro, está bien.— Le contesté.
- Y quiero hablarte de ciertas cosas que debemos poner en claro ahora que vas a vivir aquí.— Y diciendo eso se sentó frente a mi en la mesa la cocina con una expresión seria no muy convincente, en ese momento me dio ganas de reír al verlo.
- Que pasa porque pones esa cara?.— Me pregunto dudoso.
- Nada, es que me acordé de algo.— Mentí aguantando la risa.
Pero David se dio cuenta de la situación y se hecho a reír primero.
- Que seriedad, casi te creo.— Dijo David riéndose a todo pulmón y yo le seguí.
- Que les pasa?, No se burlen, intento tener una conversación seria.— Dijo indignado.
- Ok prosigue con tu conversación seria.— Dijo David más tranquilo.
- Bueno, ya que vas a vivir aquí tienes que permitir que te apoyemos y te cuidemos, por lo menos un poco. Se que eso no te gusta, pero creo que debes aceptar nuestra ayuda. Y se que no tienes ropa, nosotros te podemos ayudar con eso también, David tiene ropa que no utiliza y yo tengo zapatos que no uso y están nuevos, tienes que aceptarlos.
Sin refutar, ni poner peros, seguí escuchando las peticiones de Patrick con atención.
- También pienso que hay que hacer unas mínimas adecuaciones al apartamento.— Dice de repente David sentándose junto a nosotros en la mesa.
- Que clase de adecuaciones?.— Pregunta Patrick con interés.
Yo también estaba interesado en escuchar esa información.
- El baño, tiene que estar adecuado para que Vincent lo pueda usar sin que resulte peligroso para él.— Dice David.
- Como peligroso?.— Pregunta Patrick con curiosidad.
David lo mira como si tuviera un gran insecto en la cara.
- Como peligroso!, en en serio tu pregunta?, Patrick, imagina que no tienes dos extremidades, como te bañarias?, si para una persona con todas sus extremidades un baño es bastante peligroso, imagina como es para una persona que le faltan dos, sin ofender Vincent.— Dice David mirandome disculpándose. Yo lo miro con cara de “no te preocupes”.
- Y que se supone que hay que hacerle al baño?.— Pregunto Patrick con más curiosidad que antes.
- Tranquilo, yo me encargo de eso Patrick, para que tu cerebro no colapse.— Solto David.
Ya no aguanté más y tuve que opinar.
- No quiero empezar a llevar la contraria, pero no deben preocuparse por eso, yo me adapto a cualquier baño, no hay problema.— Tuve que opinar acerca de esa locura de adaptar un baño especialmente para mi.
- No empieces Vincent, las condiciones que ponemos no son descabelladas, así que silencio.— Me dijo Patrick riéndose con un dedo sobre sus labios, como para que no diga nada más.
- Es más, luego del almuerzo voy a ir a hacer unas compras. Si quieren me acompañan.— Dijo David poniéndose de pie rápidamente para terminar lo que sea que estaba cocinando.
Vi el reloj que tenía Patrick en su cocina y marcaba la una y media del medio día. Pasaron unos cinco minutos hasta que David nos sirvió unos deliciosos espaguetis con una salsa tradicional de tomate y albahaca acompañado de una limonada.
- Bueno Patrick, lamento decirte que todo lo que tenías en tu alacena murió. No hay nada, bueno, te quedo una zanahoria que no use, y al menos que seas conejo no te va a servir de mucho.— Le dijo David tomando un sorbo de la refrescante limonada.
- Me lo imaginé, pero te perdono, porque esto está de verdad delicioso, no has perdido tu toque.— Dijo Patrick saboreando los espaguetis.
- Si David, muy delicioso, Gracias.— Le dije agradecido.
- Que bueno que lo estén disfrutando, pero coman rápido para irnos.— Nos apuro David.
Luego de terminar me puse de pie, tomé la muleta y con la mano tome el plato para llevarlo al fregadero. No era difícil, ya tenía práctica en llevar cosas así, solo necesitaba coordinación en mi brazo para mover la muleta. Pero a Patrick casi le da un infarto al ver mis facultades de equilibrio, corrió a quitarme el plato de la mano.
- Como se te ocurre hacer eso?, puedes dejar el plato en la mesa.— Me regañó.
- Ahora creo que me toca poner a mi mis condiciones.— Dije sin más preámbulos.— Yo soy capaz de hacer muchas cosas por mi solo sin ayuda, cuando necesite ayuda la pedire, del resto les puedo asegurar que aunque parezca débil no lo soy tanto.
Patrick y David se me quedaron mirando con sorpresa y admiración.
- Lo haremos, respetaremos tu espacio y tus decisiones de independencia. Verdad Patrick?.— Le pregunto David dándole un codazo en las costillas.
- Claro lo haremos.— Dijo Patrick con una sonrisa rara la cual preferí ignorar.

- Bueno ya vámonos.— Dijo David mientras se dirigía a la puerta y tomaba su chaqueta.
Le siguió Patrick haciendolo mismo y a mi me toco seguirlos.
De momento cuando ya estábamos afuera del apartamento Patrick entro corriendo otra vez, David y yo nos quedamos viendo la cara como “y que le pasó a este?” y aparece con un suéter de lana azul.
- Toma esto, se que ya debes tener frío.— Y sin más, me lo entrega sorprendiendome una vez más.
- Gracias Patrick, tu de verdad estás en todo.— Le digo mientras me lo pongo, porque de verdad habia bajado la temperatura. Y sin más tomamos el ascensor para bajar y tomar el carro de David, ya que el carro de Patrick seguía en casa de su mamá.

Sin hablar mucho nos dirigimos a una gran ferretería, esta vez si nos bajamos los tres del auto.
No estaba muy seguro de lo que buscaría David para mí seguridad, lo único que venía a mi mente era un pasamanos. Y no me equivoqué, ya adentro lo primero que busco fue no uno sino tres pasamanos de hierro. Pero mientras Patrick y yo lo seguíamos de cerca nos sorprendimos al ver que se quedó buscando algo especial en la sección de sillas, le pregunto algo a uno de los empleados y este le mostró una silla bastante rara, medio compacta mitad de plástico y mitad de aluminio con posa brazos especiales y huecos, ahora si me sorprendí de David, también fue a la sección de alfombras de baño y tomo una bastante resistente.
- David de verdad tu crees que todo esto sea necesario?.— Tenia que preguntárselo.
Volteo a verme con cara de indignación.
- Claro que es necesario, quedate tranquilo, te estimo desde que te vi por primera vez y esto no significa un gasto para mi.— Me dijo tomándome por los hombros.
- Pero la verdad me da vergüenza con ustedes.— Le dije con sinceridad.
- No lo tengas, olvidate de la vergüenza con nosotros.—Me dijo con una sonrisa llena de solidaridad.
No pude decir nada más, esos ojos bondadosos ganaron la batalla.

Patrick y yo acompañamos a la caja a David donde pagaría las cosas; luego de esperarlo un momento, salimos los tres otra vez hacia el auto.
- Muy bien y ahora nos vamos a la casa?.—Pregunto David encendiendo el auto.
- Yo creo que no, pasemos rápido por la estación de policía por favor David.— Dijo Patrick suplicante con ojos de cordero.
- Ok vamos.— Dijo David.
- No iríamos mañana?.— Pregunte con interés.
- Lo pensé mejor y creo que mejor vamos hoy mismo ya que estamos a solo una cuadra.— Dijo Patrick relajado.

Al llegar a la estación David se quedó en el auto mientras nosotros entrábamos, muy amablemente un policía le hizo llenar un documento a Patrick para poder entregarle el dinero, y luego yo también llené un papel para poder recibir la supuesta recompensa.
Pero la sorpresa más grande nos llevamos Patrick y yo cuando vimos el monto del cheque de la recompensa.
El cheque era de 80.000.00$, si, muchos ceros. Tenía suficiente dinero como para comprar un auto si quería o una casa, como es posible?, mi cara era de absoluta sorpresa y ni hablar de la cara de Patrick.
Cuando nos subimos al auto y le mostramos el cheque a David se sorprendió mucho también. Nos quedamos sentados sin saber que hacer, Patrick fue el primero que habló.
- Hay que ir al banco para cobrarlo, no, creo que primero deberías tener una cuenta, pero no tienes identificación para poder crear una cuenta, entonces necesitas una identificación, pero no tienes nombres ni apellidos, entonces hay que buscarte nombres y apellidos para que te puedan dar una identificación, hay que registrarte como ciudadano.— La retahíla de Patrick nos dejó peor de lo que estábamos.
- Patrick de escucharte creo que me dolió la cabeza. Hay que buscar una solución a esta situación, vamos a la casa a ver que se nos ocurre, A Vincent posiblemente le hagan preguntas cuando intente cobrar ese cheque con ese monto tan exagerado.— Dijo David.
- Me podrían llevar a la cárcel?.— Pregunte asustado.
- No Vincent no creo que eso pueda ocurrir. Solo hay que ir al registro y asesorarnos. —Contesto David tranquilizandome.
- Si, es una buena idea. Ahora que Vincent tiene suficiente dinero como para ponerse nombres y apellidos.— Dijo Patrick muy feliz.

Todos nos quedamos un poco más tranquilos esperando lo mejor. Llegamos al apartamento nuevamente, por alguna razón ya lo sentía como el hogar que nunca me imaginé tener.

Vincent [Actualizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora