5. Patrick

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En todo este tiempo viviendo de esta manera pensé que la vida te quitaba y así mismo te recompensaba luego. Si hacías buenas acciones estas se te retribuirian en algún momento. Siempre fue mi manera de pensar, desde que era un Ángel que cuidaba a las personas que se me asignaban, pero ahora esos pensamientos se reafirmaron en esta nueva vida que se me otorgó.
Muchas veces tuve que dejar de comer para darle a alguien que tenía más hambre que yo.
Por eso un día que estaba caminando por una zona bastante agradable de la ciudad, solo bajé la mirada y allí estaban 10$, mire a mi alrededor y no había nadie, por un momento pensé que era un billete falso, procedí cautelosamente a recogerlo y definitivamente no era falso. Que clase de suerte o coincidencia era esta?, anteriormente me había encontrado algunas monedas y hasta billetes de 1$, pero 10$ eran palabras mayores.
Y pensé en tomarme un delicioso Capuccino, esta era mi oportunidad, y en esa zona había una cafetería tan bonita y con un toque elegante que siempre que pasaba por allí me deleitaba con su aroma, ese lugar de verdad que me llamaba la atención. El único problema que podía presentar es que no me dejaran entrar, como ya me ha pasado en otros lugares.
Pero igual seguí adelante con mi plan.
Al llegar a la hermosa cafetería, pienso mucho en si entrar o no, estaba frente a la puerta y me daba un poco de vergüenza, no quería incomodar a las personas que estaban allí, ya mis ganas de entrar se fueron apagando, pero alguien abrió la puerta repentinamente diciéndome:
- Vas a pasar o no?
Me quedé pensando si hablaba conmigo o si tenía a otra persona atrás de mi, me volteé para constatar que no había más nadie, estaba solo.
- Hola! Vas a entrar o no?.— Ese chico ya me miraba con preocupación, creo que ya estaba preguntándose si era sordo o si tenía algún daño cerebral. Y prosiguio a detallarme.
Por suerte en cuanto a mi apariencia ya no usaba la sudadera y el calentador que me donaron en el hospital, junto a Stan encontramos ropa en muy buen estado, pude encontrar un pantalón Jean negro y un abrigo negro que estaba un poco desgastado pero era elegante, también pude hacerme de una camiseta gris muy útil, el problema eran los zapatos, yo solo necesitaba un zapato derecho, pero cuando encontraba alguno en buen estado y de mi talla solo había izquierdo, y el que me dieron en el hospital que era un zapato deportivo blanco, ya estaba muy desgastado.
Aparte mi cabello ya estaba largo y aunque intentaba cuidarlo, era complicado sin los productos y los cuidados necesarios. Pero por suerte soy casi lampiño así no necesitaba afeitarme muy seguido.

Por fin reaccioné y entré a la cafetería, el chico seguía aguantando la puerta para que yo entre, cuando entre me quede fascinado con el lugar, hermosas lámparas araña en el techo, un papel tapiz color turquesa y oro de formas marroquíes, mesas de diferentes colores con sillas forradas de diferentes estilos, y sobre todo el aroma era adictivo. Hasta tenían pasteles que se veían verdaderamente deliciosos.
Intente reaccionar ante tal lugar y me sente en una mesa cerca de la puerta dejando la muleta a un lado, el chico seguía parado mirándome y me ofreció el menú. Lo acepté, pero yo ya sabía que quería.
- Me avisas cuando tengas tu pedido y vengo.— Me dijo amablemente el muchacho.
- Ya se lo que quiero, quiero un Capuccino y también un pedazo de pastel.— Le dije con más emoción de la requerida.
El muchacho se quedó sorprendido pero complacido de anotar mi orden.
- Que sabor de pastel deseas? Hay zanahoria, chocolate, cheesecake de cerezas, almendras, Red Velvet.— Me dijo con entusiasmo.
- El que me puedas recomendar.— Tuve que dar esa respuesta porque jamás me decidiría por alguno.
- Ok, Algo más, tal vez?.— Me pregunto amablemente.
- No, solo eso, gracias!.— Le contesté con una sonrisa.

El muchacho se fue y me percaté que no tenía uniforme como el resto, tenía cabello castaño, piel blanca, ojos color avellana y un rostro redondo muy amable y al mismo tiempo que inspiraba confianza. Les aconsejaba que hacer a los otros chicos, me pareció que era el jefe o algo así pero se veía de unos 25 años como mucho.
Luego de unos minutos de espera el mismo chico me trae el café y el pastel, me sorprende ver que pone la bandeja en la mesa y al mismo tiempo se sienta frente a mi como si me conociera de toda la vida.

Vincent [Actualizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora