23. Metamorfosis

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Miguel seguía conduciendo, no sabía a donde quería llegar, tampoco tenía idea de donde estabamos, era una zona de la ciudad que nunca había visitado. Había muchos edificios altos y demasiadas tiendas departamentales.
Luego de aproximadamente 30 minutos eternos Miguel se estaciona.
Estabamos en una tienda grande y muy elegante. Ir de compras nunca fue de mi agrado, la poca ropa que tenía eran regalos de Patrick o de David o también ropa de ellos que ya no usaban y la cual muy amablemente me donaron.
Me gustaba cuidar de mi apariencia, pero solo lo necesario. No me agradaba la idea de ir a una peluquería o probarme ropa en una tienda.

Y claro que estaba consciente de mi "apariencia", sabía que aunque no tenía un brazo y una pierna, mi cuerpo era delgado pero bastante atlético y un buen cuerpo, si soy sincero.
Y mi rostro, no sentía que fuera mío. Demasiado "perfecto" tal vez, aunque sé que no hay rostros perfectos, el mío al parecer se salto esa regla. Ojos grandes demasiado azules, nariz recta y de tamaño ideal, labios definidos.
Aunque mi apariencia estaba bastante bien, no sentía correcto celebrarla.
Será que mi autoestima estaba mal?

Como sea, esta vez me tocaba complacer las peticiones de Miguel, no podía negarme.

Me baje del auto resignado y camine atrás de Miguel y Uriel hacia la tienda elegida.
Uriel sostuvo la puerta de vidrio del almacén para que yo entrara.
Y me quede pasmado viendo a mi alrededor.
Era una tienda demasiado elegante, una gran lampara con miles de cristales estaba arriba en medio del salón, espejos del piso al techo por todas partes, el piso tan brillante que casi podía ver mi reflejo y el aroma de ese lugar era delicioso, una combinación de nuevo con vainilla.
Un instante después uno de los encargados de la tienda se le acercó a Miguel, empezaron a hablar en voz baja mientras me miraban.
Empecé a sentirme incomodo y preferí mirar hacia otro lado. El encargado se retiró y Miguel se acerco a mí.

- Vas a necesitar algo de ropa Raguel, por eso te traje a este lugar.— solo me quede viendolo sin oportunidad de decir nada, porque al instante llego el encargado con unos trajes formales y camisas en las manos.
- Aquí estan Sr., puede pasar a los probadores.— dijo el joven encargado amablemente a Miguel indicandole que le siguiera.
Mire a Miguel y a Uriel el cual estaba entretenido viendo los suéteres de un mostrador.
Resignado caminé detrás del encargado y de Miguel, rumbo a los vestidores.
Entramos a una sala circular muy elegante, con un sofá que se veía confortable en el medio y los vestidores estaban dispuestos al rededor.
Uriel inmediatamente tomo asiento como si fuera a presenciar una obra de teatro solo le faltaban unas botanas.
Y Miguel empezó a ver las prendas de ropa una por una rápidamente, como si buscara algo en especial. Hasta que eligió una camisa de algodón celeste pálido, un traje azul marino muy oscuro y por último tomo una corbata azul brillante. Puso todo eso en mis manos (o mejor dicho una mano y medio brazo) y con su rostro me señalo uno de los vestidores.
Sin ánimo de discutir, como pude entre al vestidor y cerré la cortina a mi espalda, dentro había un asiento amplio donde coloqué toda la ropa y me sente a pensar en esta situación tan surreal, por si fuera poco sonaba "Lovesick Girls" de Blackpink. Nada tenía sentido, en realidad en mi vida nada tenía sentido, desde que desperté en el hospital todo era absurdo, tal vez mi existencia era absurda e incluso innecesaria.
Todos estos pensamientos llegaban a mi cabeza mientras me sacaba el zapato y el pantalón.
Aveces tenía la sensación de que todo era un solo un sueño y que en cualquier momento podría despertar o simplemente caer en un sueño eterno sin pensar. Pero como todo eso eran solo pensamientos allí estaba Miguel para sacarme de mi letargo.
Apareció su mano con una caja de zapatos.
- Raguel midete estos zapatos, si no es tu talla me dices.—dijo con un tono relajado.
Tome la caja y la abrí, dentro había un par de zapatos color café muy elegantes y unos calcetines azules oscuros.
Por suerte solo necesitaba un zapato y un calcetín, o para mi mala suerte, depende como lo mires.

Empecé a vestirme rápidamente, cuando terminé me vi en el espejo que estaba a un lado y para mi sorpresa, ese hombre que me devolvió la mirada era alguien que no conocía. Esa ropa me hacia ver y sentir diferente.
Salí para que Miguel y Uriel juzgarán por ellos mismos.

Cuando me vieron, sus rostros tenían la misma expresión que puse yo al verme.

- Estas increíble Raguel,— Uriel que es muy expresivo y sincero no evito ser el primero en dar su opinión.
Mientras tanto Miguel se acerco para arreglarme el cuello de la camisa y hacer el nudo de mi corbata.
Uriel se arrodillo para atar mi zapato, ya que el nudo que hice no fue el mejor.

Me sentí entre incómodo y honrado de tenerlos a mi lado haciendo eso por mi.
Miguel tomo un pañuelo de un bowl lleno de pañuelos de colores que estaba en la mesa y lo colocó muy artísticamente en el bolsillo de mi saco.
Luego Uriel tomo una tijera, que no se de donde la saco y empezo a quitar las etiquetas de la ropa y se las entrego al encargado de la tienda.
- Voy a pagar, nos vemos afuera.— nos dijo Miguel.
Mientras Uriel tomaba rápidamente mi ropa, la caja con el otro zapato y el calcetín.
Yo me quede nuevamente en trance, viendo como pasaba todo eso a mi alrededor, hasta que Uriel me indicó que salieramos de allí.

En el vestíbulo Miguel estaba terminando de pagar la ropa y yo seguí a Uriel hasta el auto, entramos y me acomode en el asiento de atrás, como siempre, callado y a la expectativa.

A los minutos entro Miguel al auto, pero primero saco algo grande del maletero. Estaba en una bolsa blanca de tela y era bastante largo.
Se volteó para verme a la cara y entregarme ese extraño paquete.

- Ponte eso, debe quedarte bien, tiene tus medidas.— diciendo eso se dio vuelta nuevamente hacia el volante y encendió el auto.
Yo me quede atónito con sus palabras y procedí a abrir esa bolsa, lo que encontré en su interior era algo que simplemente nunca imaginé, por un momento me sentí alucinado.

Era una pierna protésica.

Vincent [Actualizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora