18. Beso

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Y así estuve por lo que me parecieron horas, apoyado en una sola rodilla haciendo equilibrio, pero solo fueron segundos eternos, esperando la respuesta de Ava.
- Y ya me puedes decir algo?, me estoy acalambrando.—le dije mientras me sentaba a su lado en la cama sobandome la rodilla.
- Perdón Vincent, me tomaste por sorpresa,—me dijo sin soltarme la mano y mirando mis dedos con mucho detalle.—sin duda y sin pensarlo demasiado creo que me encantaría conocerte porque me causas una curiosidad que no logro comprender.
Lo dijo sin mirarme a los ojos, pero de repente subió la mirada y sus ojos sinceros se encontraron con los mios que eran de total sorpresa.
Sentí una felicidad indescriptible, mi corazón se aceleró y vi sus labios; se apoderó de mí el deseo de besarla y aunque tuve miedo de que no saliera bien, igual lo hice, la besé.
Sus labios se sintieron como lo imaginé, suaves y por alguna razón dulces.
Luego de unos segundos donde sentí que volví al cielo, nuevamente nuestros ojos se encontraron, no supe que decir, quería quedarme viendo esos ojos grandes y preciosos para siempre, pero su abrazo interrumpió mis pensamientos, me puso los brazos al rededor del cuello y sentí el aroma de su cabello, dulce y delicioso; su calor corporal se sentía muy bien, más porque yo casi siempre estaba frío por alguna extraña razón.
Y ahora me dieron unas ganas inexplicables de llorar, me dio la impresión de que mis emociones eran una montaña rusa (aunque nunca me había subido en una), pero lo imaginaba.
- Estas bien?.— me preguntó mientras tomaba mi rostro con sus manos y me miraba con absoluta preocupación. Sentí tanta paz de tenerla a mi lado que la abracé con una intensidad que solo quería que el tiempo se detuviera en ese instante, en ese abrazo.
- Si este es un sueño, no quiero despertarme nunca más.— le dije mientras me hundía en su cabello, en su aroma.
- Déjame informarte que no lo es, no es un sueño. Estas en mi habitación, sentado en mi cama, entraste por mi ventana y nos besamos.—dijo con total sinceridad pero con voz nerviosa. Luego de sentirme extremadamente feliz, después nostálgico ahora pase a sentirme apenado y preocupado.
- Yo no fui muy consciente de lo que hacía, no quise incomodarte aquí en tu casa.— Sentí la necesidad de ponerme de pie y no causarle ningún problema a la única persona por la que daría la vida literalmente.
- No te vayas Vincent,—me tomo por los hombros y me obligo a sentarme, no me había dado cuenta que en realidad me había puesto de pie.— me gustaría que te quedaras esta noche, si quieres, porque ya esta tarde y no quiero estar sola y de verdad no quiero que te vayas.
Nuevamente ese sentimiento de extrema felicidad se apoderó de mí al escuchar esas palabras y al ver su mirada tan sincera y dulce.
- Si quieres que me quede, me quedo contigo.— le dije de inmediato. Y ella automáticamente se puso de pie y saco de debajo de la cama donde parecía que había solo un cajón, (el cual no lo era) una cama. Yo solo subí mi pierna a la cama del susto.
- Listo, alguien pidio una cama? ahora tenemos una cama como por arte de magia.— dice con una sonrisa pícara y adorable.
- Eres increíble, eso sí me sorprendió.— le dije con total admiración.
Ella solo me miro de reojo mientras sacaba unas cobijas de su clóset.
- Vincent, mañana yo te voy a avisar cuando puedes salir, porque hay que esperar que la dueña salga. Digamos que esa fue una de las razones por la que no dejé que te fueras.—me explicó mientras organizaba las cobijas en la cama mágica.
- Y cual fue otra de las razones?—le pregunté observándola fijamente.
Nuevamente estaban esos ojos enormes mirándome con picardía.
- Ya te lo dije, me gustaría conocerte más y tu presencia me hace sentir bien, digamos que me gusta estar contigo.—dijo con una sonrisa sincera de esas a las que ya me estoy volviendo adicto.—y hablando de conocerte más, cuantos años tienes?.
La pregunta que menos me gusta responder, porque me siento tan mentiroso al responderla; si pudiera le diría que tengo siglos, pero eso era antes de tener un cuerpo humano.
- Tengo 28.— contesté sin mirarla.
- En serio? Yo también.—me dijo llena de emoción y algo me decía cual sería su siguiente pregunta.— y cuando es tu cumpleaños?.
Ahora si que está vida me la ponía más difícil, si es que era posible algo así. Pero me tocaría decir una mentira, que si la veo bien, no era mentira.
- El 26 de mayo.— le dije un poco más tranquilo, bajando la mirada, sin sentirme mentiroso, ya que un 26 de mayo recibí este cuerpo y podría pasar por el día en que nací.
- Que raro,— me dijo con la cara pálida y los ojos llenos de sorpresa.—yo también nací el 26 de mayo. Como es posible? Esta es una gran coincidencia.
- Así es, una gran coincidencia.—le dije con tranquilidad sin mirarla, ya no quería recordar el día del accidente, eso es algo que he querido guardar y esconder en el fondo de mis pensamientos.
-Por que lo dices así?— me pregunto con curiosidad y con su mirada dulce de siempre.
-

Por nada,— le dije intentando sonreír para disipar todos esos pensamientos.— solo recorde algo, pero ya no importa.
- Y tu familia?, Con quien vives?— me preguntó sin hacer caso a mi cara de impacto.
- Vivo con un amigo y su hermano; digamos que ellos son mi familia.— le dije con toda la sinceridad que pude, no quería mentirle a Ava, quería ser lo más sincero que sea posible con ella.
- Bueno, yo tampoco vivo con mi familia, solo los visito los fines de semana porque ellos viven lejos de aquí. Y vine a vivir a esta ciudad por que quería trabajar y estudiar y no tenía esa posibilidad en mi ciudad.— me explico con naturalidad y mucha confianza, como si me conociera desde hace mucho tiempo.
- Es genial que trabajes y estudies. Eso es admirable.— le dije sonriendo, lleno de orgullo.
- Gracias, Vincent.—me dijo mientras se mordía el labio inferior.— y no se si sera muy irrespetuoso de mi parte preguntar, pero, que te paso?
Solo la vi nuevamente con algo de sorpresa.
- Perdóname Vincent, no fue mi intención preguntarte eso. Cuando tu quieras contarme, estaré allí para escucharte.— me dijo con absoluta vergüenza y ya metiendose debajo de las cobijas, no había notado que tenía una linda pijama rosa pastel de pantalón.
Yo solo me quite el zapato deportivo y lo deje a un lado de la cama, me acoste con toda mi ropa (que por suerte no estaba incómoda aunque era un jean y una sudadera tipo hoddie color vino) y apoye mi rostro en mi brazo derecho para ver a Ava a los ojos.
- Tuve un accidente de tren, hace varios años. Posiblemente tenía que morir en ese accidente, pero no lo hice.— le dije llenandome de valor, cerrando los ojos.
- Lo lamento mucho Vincent, de verdad que debio ser terrible en todos los sentidos. —me dijo afectada pero con una sonrisa hermosa.— aunque también es otra oportunidad de vivir si lo vemos de otra forma; y ahora mírate, estas aquí conmigo.
- Así es, que extraña es la vida Ava.— diciendo esto, el sueño se apodero de mí, me senti tan tranquilo a su lado y con tanta paz que mis parpados se pusieron pesados y aunque quería seguir viendo su rostro, no pude más y me deje llevar por el cansancio.

Vincent [Actualizando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora