Los días cambian, el reloj avanza. No hay pensamientos, solo enseñanzas.
Ayer yo fui una persona pero hoy no soy nadie, tal vez hoy sea tú y mañana seas yo.
Hemos cambiado de caminos, nos hemos separado, no he dejado de pensar en ti desde aquel día pero, ¿Eso que importa?
Ya no estas en mi compañía.
Mis verdades se han vuelto mentiras y la confianza que muchos me tenían ahora son dudas. Quiero hacer muchas cosas, quiero dejar de perderte... pero ese es el destino.
Amame. Odiame. Olvídame.
No te detengas, pero tampoco me hagas caso, si me amas, dame un último adiós, antes de odiarme, ámame, un ultimo abrazo, un ultimo beso, una ultima sonrisa.
Y ama a otros.
Da de ti lo nuevo que eres, da de ti eso que estuviste cultivando durante tanto tiempo,
hemos cambiado, ¿Tu y yo seremos uno?, ¿Las cosas ahora son como queremos?
¿Todo valió la pena?
Nada se siente igual, aunque yo lo quisiera. Aun siento que algo no se ha acabado por completo, siento algo que no puedo quitarme de encima.
¿Lo haces apropósito?
No puedo dejar de dedicarte cartas, aunque quiera cambiar de opinión, siempre termino llegando a la misma conclusión.
Las horas cambian, nosotros ya no somos lo que éramos.
...¿Algún día seremos grandes amigos?
¿Cuando se romperá este muro?
. . .
¿Tengo que romper este muro?
El reloj ya ha avanzado un par de minutos. Ha cambiado.
Y han dado las 2:14.
