La primera mañana de diciembre comenzó con vientos fríos y un manto gris que lentamente cubrió el cielo. El pronóstico del tiempo en la televisión había anunciado que las lluvias comenzarían durante esa tarde, por lo que los pequeños puertos de Iwatobi ya se estaban preparando en caso de tormentas.
—Tenemos tantos canales de televisión y tú prefieres ver ese canal local sin nada interesante —comentó Gou con diversión desde un costado de la sala, mientras guardaba algunos objetos personales en su bolsa de trabajo.
—¿Estás lista? —preguntó Rin con tranquilidad, aunque con ese tono apagado que se había vuelto tan común en él.
—¡En un minuto! —dijo con energía y se alejó por el pasillo.
El pelirrojo volvió a quedar en soledad con sólo el sonido de la televisión acompañándole. Observó un instante el noticiario, ahí seguía la misma reportera hablando sobre la situación en el puerto. Cogió el control remoto y cambió la señal aleatoriamente; noticias internacionales, un campeonato deportivo, un programa de cocina, un documental sobre animales...
Rin suspiró aburrido. Desde hacía tiempo que no había nada interesante en la TV. Nunca fue un fanático de ella, pero sí cuando más joven disfrutaba de los canales deportivos y musicales. Ahora no le atraía nada, no tenía ningún interés ni nada causaba curiosidad en él.
Eso mismo se aplicaba en otros aspectos de su vida. Recordaba cuando años atrás pasaba sus días libres levantando pesas y trotando para ejercitar, o recorriendo los centros comerciales cuando se le antojaba. Ahora no había nada de eso, simplemente pasaba los días en Iwatobi sentado junto a su soledad tratando de olvidar recuerdos amargos, mirando las nubes grises de otoño y preguntándose cuándo diablos saldrá el sol.
—¡Estoy lista! —anunció Gou desde la puerta, portando un grueso abrigo y un paraguas. Cogió la mediana bolsa que siempre llevaba al trabajo y la colgó en su hombro.
Al salir de la casa el viento les golpeó con rudeza removiendo los cabellos rojizos hacia un costado. Parecía que las lluvias comenzarían antes de caer la tarde. Subieron al auto, Rin siempre al volante para trasladar a su hermana al hospital.
Hacía una semana que el joven había regresado a la casa de su madre. Los primeros días habían sido un poco tensos producto del reencuentro con la ciudad que le vio crecer y todas las memorias que venían a su mente, pero ahora ya se estaba sintiendo levemente más cómodo. Miyako y Gou eran personas muy gentiles y preocupadas por él, le demostraban su cariño a cada instante, no lo juzgaban y no hacían preguntas que pudieran atormentarle, más bien lo comprendían y le entregaban el apoyo incondicional de una madre y hermana, respectivamente.
Sin embargo, Rin era consciente de que las cosas no podían seguir así eternamente. Aunque ambas mujeres le insistían en que no se preocupara por asuntos monetarios, el pelirrojo no soportaría seguir viviendo por mucho más a costa de su madre y hermana.
—He estado pensando que debo conseguir un empleo —comentó él de improviso, manteniendo sus manos en el volante.
—¿Eh? Hermano, sabes que no es necesario.
—Es necesario —corrigió Rin con tranquilidad—. No regresé a casa para ser un estorbo ni ser un parásito de ti o mamá.
—¡Pero no lo eres! —agregó Gou con rapidez— Mamá y yo estamos felices de tenerte de vuelta. Sabemos que todo esto ha sido muy difícil para ti, así que no queremos presionarte con nada. Pero, tener un empleo no es mala idea si tomas en cuenta que así puedes tener tu mente distraída.
Rin observó brevemente la amable sonrisa de su hermana, mas guardó silencio y volvió a poner sus ojos en la carretera. Ella tenía razón, con un trabajo mantendría alejados los malos sentimientos que le aquejaban. Era lo mismo que él solía hacer en Australia, ayudaba a Russell con sus asuntos todos los días y así mantenía en el olvido todos aquellos recuerdos dolorosos.
ESTÁS LEYENDO
Cuando Llueven Estrellas
ФанфикSe suponía que la llegada de un bebé no afectaría sus destinos, que estarían juntos hasta la eternidad. Pero ya van ocho años desde que Haruka ha estado solo junto al pequeño Sakura. El tiempo pasa, pero el recuerdo de Rin sigue presente. Las herida...